lunes, 12 de diciembre de 2016

RECUERDOS DE TU ROSTRO DILETANTE / Poesía de José Ignacio Restrepo



OLAS SECAS


Oxidante labor la del recuerdo
que ensambla tiernas imágenes mutantes
en abreviadas y lisas latitudes
entre labores simples de llamado,
porque reinan los próceres de miel
curvando lastres prófugos y olvidos,
y no quiero que pases
como estación de ciervos y rapaces,
prohibidos después
en amplia veda por dedos conmovidos
y días que se van entre llamados
dormidos y distantes...

Ingrávidos y blancos monasterios, 
que se diluyen mansamente al viento
sin que vengan tareas por callar
o haya culpa en algo...
rompiente de olas falsas que delinquen
para llegar sin turbias digresiones
a la calma aparente de mi oído,
con tu voz por hallazgo de alma fuerte,
y este vino que mengua en la botella
diciendo lo que es y lo que no es,
con su acento de afable peregrino
mientas las cosas pasan en mis ojos,
sin que afuera sucedan...

Convergen los oníricos lamentos
que atildan manos y ojos,
y yo firmo sonatas en el viento
solo tolerantemente, digo, 
en un otoño que mengua mas no acaba, 
mientras viajan ayeres en el hoy
bajando por suntuosas escaleras
con peldaños de plata,
y viaja el deseo de tiempos esteparios
alejados de minutas y doctrinas, 
hasta volverse olas en el agua...
de un vaso transparente y sin embargo
pintado de mis mugres 
con medio espacio lleno solamente
y el otro ya viajando
entre rones y sales
destripando...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 21 de noviembre de 2016

UN AROMA COMO AGUA / Poesía de José Ignacio Restrepo



CYRANO RECARGADO


El estar,
un momento peculiar
mientras me hago al corriente de tu gracia
-plena de mohínes y maromas-
a cual más fabulosa
que cruza felizmente entre mi piel
y sazonada errante
por la pintura brillante
en la pared...
...ni el frío ni el calor pueden con ésto,
salivado fermento de colores
que siento como si fuera de verdad
tu lengua de virtud maravillosa
que me toma por carne o por helado
con la fe de un faisán que posa quieto
para servir de imagen o moneda
en su talle alabado,
origen de recuerdos sin olvido
que llevan desde siempre
atado un nombre...

Tres veces aclamada
y bien zurcida
con la fuerza distante de su aliento,
la llevo como un mapa lisonjero
al sitio donde está aunque no esté
reclamando sus loores al olvido,
dueño de tus privados intersticios
y que entrando a mi dolor
alabo....
Y luego
ciego hago de presencia,
extiendo hacia el oscuro mis dos manos,
para buscar los bordes de su cuerpo,
y por segundos siento bien su aroma
que se vierte como agua en mi cerebro,
y creo, creo, creo...
en denostar al silencio desatado
con la más infiel de las palabras,
que para quien ha odiado lo que amó
y luego odio por ello haberlo hecho,
es ahora un Cyrano desatado
que clama desde afuera
por su amor...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright © 

sábado, 12 de noviembre de 2016

ESA HORA SOÑADA / Poesía de José Ignacio Restrepo


ESTAMPA



Baste decir que soy el bies de tus deseos,
el yugo que no pesa y hace que vuelvas
a esta casa de juego donde vivo
sobre todo en el tiempo reparado
que deja libre y sentido
tu trabajo...
Con ese raro y débil fundamento
que explica que hay del otro entre tu espalda,
en los pelos del pecho, en las mejillas,dejo 
semillas en forma de palabras
para que leas tarde
mientras grabo en la horma de tu voz
ese murmullo exangüe,
algún poema
que huya de los pálidos esquemas
con que todos dijeron que te amaban.
Y lanzo mi canción en bocanadas
para que la repitas si no estoy,
cuando me llamas acaso con la fe
de que sea el mañana de nosotros,
aunque el hoy nos limite,
y no nos deje acaso ese regalo
de vernos en el otro reflejado...

Baste decir
si no ha quedado claro,
que llenas esta casa de alquiler,
a la que llegas tarde y muy cansada,
incluso muchas veces
no hay que hablar
y en el silencio ronco de un abrazo
te pago lo del hoy
y me rindo con vos a ser tu sueño,
opaco y desabrido en esta edad
de mozuelo en afán envejecido...
Luego veo la casa algo vacía
mientras el gato gris
pisa detrás,
y me acerco con él a la ventana
para mirar la acera, el arce triste,
los pájaros dormidos en filita,
y ese cacho callado de la luna
que alumbra tras las nubes...
mañana la veré cuando nos deje,
preguntará a mis ojos si va bien
y yo con ellos tibio le diré
- belleza-
a otros vas a alumbrar
por ocho horas,
yo seguiré estirando la alborada
y luego me apearé muy aburrido
a hacer mi desayuno en singular
y a soñar con la hora
en que regresas...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ®

martes, 1 de noviembre de 2016

FERVOR TRAS LA PENA / Poesía de José Ignacio Restrepo



TENUE


Censos de alma sutil 
como la tuya
que le imponen a todo lo que tengo,
mientras yo muero atrás de la pared...
mi tiempo es diferente,
consigo lo que no quiero y diverjo
de mis sueños pulidos y atrasados,
en todo caso sueño
deseos invaluables desligados
de aquello que hace tiempo se llevó
mis muérdagos de fe,
cerebrales señales de abandono,
mosaicos con lo ileso
que es bien poco,
atados a la sombra de mi pie,
ves, si llego a caer
el aire de mi todo se entremezcla
con el aire que tienen los viandantes,
y esos otros que ven y que no vemos,
que inspiraron las lineas encantadas
de los libros de gnomos,
esos sabios pequeños...

Bifurcadas mis ínfulas te nombran
sobre todo en los días de solsticio,
nácar llueve
y yo me desmorono como laja 
calesitas de azar envueltas en vil plomo,
el alma descubierta es pedernal
puesto allí por error
y al sol de más de un día tengo miedo
por no decir pavor,
pues es de todos acá muy conocido
que el verano extendido,
clama extraños sudores en las almas
y los pies van rendidos,
sobre un mapa que de nombres carece,
un mapa muy doblado
entintado en las puntas,
que en silencio creemos llevará
al punto donde unirnos no es difícil,
donde habla la verdad
y es de virtud
lo que antes fue punible...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

lunes, 24 de octubre de 2016

TEMOR DE DESPERTAR / Poesía de José Ignacio Restrepo


ENSOÑACIÓN


Perlas de luz
que ruedan por tu cuerpo
mientras las pruebo con mi boca humilde,
ojos cerrados,
manos que descubren
todo lo antes sin mella descubierto,
abierto corazón,
piernas abiertas,
boca que mide nombres encubiertos
dejando piel encabada entre mi talla,
mientras cabalgas,
mientras corro legendario
y olvido fechas, lides, quehaceres,
para que calen eventos repetidos
que entre mis manos
parecen singulares,
yo voy cubierto por tu largo pelo,
sudo contigo,
me sueño aún despierto
y tú te aromas
de todo lo que soy
tomando entre tu piel
mi ser de amor...

Sudores fríos 
que cálidos se nacen
y pasan de tu cuerpo hasta mi piel,
y luego en el descanso comedido
para tomar el aire yo te digo,
no he tenido nunca ni tendré
algo a lo tuyo
siquiera parecido,
y antes de que digas, yo tampoco,
te diré que soy ánfora, soy mar,
soy lanzada ventana, pedernal,
donde apoyar lo que me traes hoy,
lo que espero mañana y lo que aguardo,
y que descubriré camino dos pasos
a mi razón de ser
bien adherido...

Tengo temor de despertar al hoy
y descubrir que riño ante el olvido,
por lo que trajo a mi vida
sin pedir,
y ahora es mi más cálido tesoro,
ya eres mi mapa,
mi faro...mi palabra...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

martes, 18 de octubre de 2016

ESTANDARTE PARA TU PIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo




COMO CORSARIO


Desde tarántulas cansadas de viajar
hasta senderos de sagrados tulipanes,
largos caminos que suman en renglones
mi vanidad por ser y no cambiar,
esa patente impávida de corso
que lo que tiene a la mano
no se niega,
aunque aspavientos librados en el viaje,
terminen siendo mórbido equipaje...
primero, inicialmente,
aún me acuerdo,
por apostar medir entre tu piel
esa avaricia ahorrada por mis dedos
y luego cuando logré la potestad
de pronunciar con todas sus letras 
mis te quieros,
todas las veces regué mis galanteos
como si cada vez que te encontraba
yo me perdiera entre pulsos pignorados,
entre la sal ardiente de tu piel,
que aunque me mienta
o calle, que es lo mismo
sé que mucho antes de verme me esperaba
y cada apuesta sin nombre
 de mi boca
entre sus poros de noche era pagada...

De los libros leídos en mi infancia
sobre corsarios y héroes deleznables,
tengo de mi recuerdos similares,
reminiscencias de culto e innombrables,
donde te hallabas referida en sueños
con la mitad del rostro entre albornoces
y la otra entre luz difuminada,
como si un viejo artista
te pidiera,
no te me muevas de allí,
por el amor de dios
tú no te muevas...

Y ahora me hallas 
de nuevo 
como siempre
en la hora final de cada tarde,
revestido de amor por tus recuerdos
en donde tengo un rol
bien especial,
robarte del cansancio o la fatiga
con mis chistes copiados de la red,
y frontalmente darte como ayer,
el mejor de todos los abrazos
y ese beso precoz
pagado a plazos,
que te sabe a robo sin autor...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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jueves, 6 de octubre de 2016

DERIVADA / Poesía de José Ignacio Restrepo


ÚLTIMA PALABRA


Turbio, enhiesto el envión
de mi silencio arropado todo el día
contra el saludo harto de la escena
y esa capa caída,
para abrir nuestros minutos constelados
yo de frente o de lado
y tú al revés...
los dos vamos cansados
a terminar con dignidad el día,
y ese beso que apenas nos convoca
podría estar de más
si así las cosas alcanzara nuestras bocas,
por eso nada alardea,
sale tímidamente de mis labios
y aterriza sin más en tu mejilla,
en rápido aspaviento adulto
que no quiere referirse al tema...

Sin lo mío o lo tuyo,
por obstáculo,
con lo nuestro por útil y bandera,
capeamos ese tiempo inocuo
comiendo algo liviano,
hablando de los perros y las cosas
que pasaron hoy pasado meridiano,
sin ir a interrumpir
pues es pecado
y causa de dinámicas incordias,
pero te miro y tú también me miras
como diciendo 
¿es ésto lo que queda?
¿nos hemos malgastado sin saber
que eso que llamamos futuro
no era más ni menos que una siesta
de esas que se dan a ojo cansado
pero sin atrevernos a dormir?

Recoge ella los platos,
yo los lavo,
solo un par de llamadas y después
a terminar el juego de las horas,
sacando los pelaos a la calle
para que hagan sus heces y se estiren,
nuestros hijos peludos,
nuestros perros,
que crecen sin casi nuestra ayuda
y se convierten en sumisos compañeros
de esta historia sin aunques
y sin peros...

Una hora después
ya estás dormida
y yo poniendo letras que me brotan
para que luego y sin mucha gallardía
unos ojos lejanos sin esfuerzo,
repasen los que soy y se comparen,
somos tan parecidos al final,
la miro mientras cuento de nosotros,
es tan bella como hace quince años
pero esta cotidiana liviandad
de ser lo que solemos parecernos,
para poder mirar
un poco más allá,
nos va a matar de tedio...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

lunes, 26 de septiembre de 2016

NUDOS Y LAZOS / Poesía de José Ignacio Restrepo



GESTO POSTRERO


Qué decir de ese abrazo abotagado,
que lucha por no llegar a desprenderse
pues previo a este momento
ya escuchó
que ahora viene el adiós ineluctable,
y no podrá la sal de algún poema
ni algún canto callado,
revivir 
lo que huele a flor marchita...
A qué sabe ese beso compungido
reducido y sin fuerza suficiente,
que parece algún ciervo en la campiña,
que está doblado ya
escuchando acercándose a su oído
la broca de la muerte...

Cómo no azorarse ante el augurio
que en las manos igual se despelleja
y hasta arde en los ojos,
por no poder dejar e ir a llorar,
cada uno a solas por su cuenta,
pues aún no termina su quehacer,
de este rol de uno
que son dos...
cómo no secarse desarmado
latiendo y muriendo hasta el final
de ese sendero que ha logrado andar
junto al que llora distinto,
en otro tono,
a él abrazado......

Y en un árbol caído sin remedio,
se habrá de convertir en dos minutos
pero mientras lo abraza fuertemente
buscando que se acabe
lo acabado,
para poder saldar a cielo abierto
el final de este pacto...
Se miran, no se miran,
parpadean,
luego van haciendo una palabra
y los pechos que logran despedirse
 ya no buscan con afán fundirse,
sino recuperar lo que allí había
antes del primer abrazo,
previo al nudo inicial
en ese lazo,
que ahora están a punto de soltar
ignorando cómo sucedió
y si queda algún cuándo...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 20 de septiembre de 2016

COSAS PUESTAS EN ORDEN / Poesía de José Ignacio Restrepo



LISTA DE AMOR


Y esta lista de cosas por hacer
separadas por comas,
todas ellas servidas en la piel,
goteadas,
perplejas,
combinadas,
con elixires fuera de su sitio,
un frasco, un tocador, un bello guiño,
las podría nombrar en estas lineas,
y ver su almíbar propio gotear
de mis manos sin más entre sus ojos,
solo un vuelo casual
de palabras tan dulces y sonoras
como esa visita en la ventana
la mañana de ayer,
esa bella y callada golondrina,
que vino a saludar,
y vio migas de pan y mermelada
en tu hermosa morada
cuando ya te habías ido...

Esta lista
que puede ser un molde
en el próximo detallado amor,
que podría ser solo una cita,
un cortejo que no sabes si dure,
esa dulce emoción en el tranvía
porque la has visto ya,
y ella hoy mirando de reojo,
te avisa sin recato
que te sabe...
hace rato, acaso un mes sumando,
y sientes que aún eres eficaz
aunque hoy muy bien lo sabes,
no gastarás en ella ningún dardo
solo gozo del bueno...

Esta lista, por dios,
es de ella igual...
ha puesto su acento día y noche,
y el color para repintar los hilos...
Habría que avisarle
que es su fiesta,
que ni siquiera un vino tomaré
que no sea en la copa de sus labios,
en ese hoyo perfecto de su ombligo,
donde recelo al mundo...
y vengo siempre
a ponerle un poco de mi abrigo,
un poco nada más
pues necesito
este que llevo para bien seguir
y no perderme en cosas que no son,
como revoluciones sin sus ojos,
peleas por llegar a la verdad
que me alejen de ella más de un día,
o rastros de mi sal en compañía
sin su piel delicada
que se cansa en pálidas contiendas,
para poder segui llegar, reír,
como aves mortales y sinceras
buscando en esta tierra algún camino
que atados de las manos
nos regrese
a ese sitio que está casi olvidado
de donde ayer salimos...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 15 de septiembre de 2016

PALABRAS, ANESTESIA DELICADA / José Ignacio Restrepo



3 a.m.


Después del tacto que nos tuvo por objeto
y los restos pegajosos que quedaron
apañados sin más en la amplia alfombra...
Después de ir y volver entre tus labios,
y gozarnos sin un solo resabio
los sitios que nos llaman en el día
para que al irse el sol
hambrientos de querer los repatriemos,
se llega ese silencio raro, triste

parecido sin motivo a un reproche
que no quiere en te amos desleírse,
como un tranquilo aroma,
a ver dale vos, empieza vos,
porque estas extrañas situaciones
siempre lucen a broma,
a chiste recordado que recobra
en nuestra alcoba tibia
cruel vigencia,
en ti podré estrenar otra palabra
que envíe a ese silencio sin mediar
a un merecido corral sincero y hosco
en la memoria
que no tengo contigo...

Pero no dices nada
y yo no digo...
Si lo pasaste bien 
puedo decir
que yo hubiera querido ese vaivén
que tuvimos aquella madrugada
en la hamaca prestada
de esa finca,
recuerdas...
Y podría sincero repetirte
que tuve sinsabores en el alma
cuando pensé que te ibas a quedar
a trabajar más tarde en la oficina,
casi calqué mi inquina
de otro día,
pero te vi llegar...
Y la ronda de neutros desahogos
que vertía en al largo crucigrama,
por la ventana abierta se marcharon
y te dije un te quiero
largo y lento,
pues desde la mañana no le hablaba
a nadie que en la noche fuera bello...
pese al gasto y a la suma de impaciencias.


- Te quiero,
aún más cuando terminamos
y el silencio nos quiere demandar
por lo que hicimos mal
hace ya tiempo -
Es una maga...
Qué bella su voz,
cómo no desear el dar amor
a un ser que te escucha cuando callas
e interpreta de pronto con gran calma
lo que piensas que tienes
y sin embargo sabes,
que a pesar de buscar
aún te falta...
Cómo no desear volver a amar
a esa que se asoma sin saber
y cose entre su propia timidez
la mía,
que hace oscura hasta la luz
prendiendo con cuidado y con pudor,
esa flama viajera
que duerme enlazada en la quimera
como luz interior....

Gracias, amén,
cállate,
amémonos,
que ya llega la mañana
y el tiempo que es un timo
se nos marcha...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 14 de septiembre de 2016

DEL EXTRAÑADO AMOR / Poesía de José Ignacio Restrepo



BALDÍOS


Ve a tomar juicioso los talleres
de acercamiento,
flujo potencial,
deseo real de bien tocar,
mientras le miras los ojos sin temor...
talleres de insondables letras
escritos a mano por la noche
que al momento de poder utilizar
- cuando llega ese instante necesario -
se reducen a balbuceos cortos,
rutinas de vuelo inacabadas,
torpedos que no salen,
que no aciertan,
sueños cortos de guerra,
mientras la cama entera
se llena
de frío...

Ve a tomar tu curso favorito
de conquistar lo inerte de mi cuerpo,
mientras miras no sabes bien a dónde...
y eres, amiga,
la fiel ocupante hace ya tiempo
de este lugar de mitos y leyendas,
señora de las mareas y reflujos
que no sabe nadar, 
te digo algo,
tareas como amar son de segundos,
anidan herramientas y mareos
en los ojos que no hallan cierto sueño,
y entre las manos llenas de sudor
que buscan retener al ruiseñor
que yace
ya tatuado en tres colores...
no hay borde que no se haya recorrido
en pos de ser del otro
el escondrijo,
y tú asistiendo a foros...

Mira los cielos de otros,
pueden verse de mañana sutilmente
mientras canciones musitan
sin la letra,
o en la playa más leja,
en el perdido rastro encuentran huellas
de su eterno motivo,
el bien nutrido amor
que canta en voz tenor
e irrumpe con vigor
ayudado por todos los sentidos...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©


lunes, 12 de septiembre de 2016

DEL FUEGO Y DE LA LUZ ENAMORADO / Poesía de José Ignacio Restrepo



DE LADO


Desde el ayer, 
afán,
un trapo de algodón entre mis yemas
para secar mis hondas pretensiones,
vestidas de un color impronunciable
que riman con veloz lubricación
y ese temido instante
que no tiene lugar más que un tu piel,
pero puede ocurrir descualquierado
sobre el deseo bien puesto
o desatado
de cualquiera que llegue,
con las letras precisas en su voz
que vos ya pronunciaste tantas veces,
si por virtud lo quiere,
diciéndome, por dios,
si usted lo quiere,
usted,
que es evidente para mi,
ostenta bien su título señor...
si por acaso quiere...

Desde el engalanado proceder
que rubrica bien todos mis pecados,
ese ser y no ser al mismo tiempo
se inicia con un gesto,
tan breve y tan lozano...y juvenil
como el de un artesano,
perfecto y tan sutil...
Es mi mano que alcanza
la rubrica perfecta, la alabanza,
que se sabe tan digna del regalo
por su dueña desde antes preparado...
aunque ella no sea quien lo traiga;
y al mismo tiempo,
intenta,
salirse de la tórrida propuesta
que lo ha tomado hoy de licitante
para que haga dorado el presto instante
que lo llama a los gritos,
sin saber bien su nombre...

Y yo que antes de ahora renegué
por recibir la fusta del silencio
sobre toda mi piel
que lentamente arruga mientras la veo
su fuerza permanente y dionisíaca,
para volverse verbo enarbolado
en mi cerebro nuevo,
y en mis callos,
la tomo lentamente con las manos
y la subo en mi cuerpo,
como si fuera diosa y yo caballo,
y las pieles un llano
sobre el que hay que correr,
correr,
correr,
dementes si se quiere,
si,
se quiere,
viendo a un sol remilgado
que al nacer este día, como ayer
se volvió solamente
para vernos de lado...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 21 de abril de 2016

REZAR MIRANDO EL MAR.../ Poesía de José Ignacio Restrepo



PREGÓN



Y el poblado paisaje
que fuera el interregno con tu olvido,
cuando dimos por ser todo lo hollado
antes de haber llegado 
hasta este istmo,
de verdor prometido,
no era sino otro sólido espejismo,
un umbral a otra zaga
acaso más doliente que tu antes
y de seguro más que mi después,
cuando a solas te rece
para que en paz me dejes,
sin un daño por mal uso
y en todo caso nunca por desuso...

Me atareo en dejar pruebas en letras
como si se tratara de algún mapa
que fuera a ser de gran utilidad
a ese otro que llegue,
un lógico y púber argonauta
que haya olvidado su vida de licencias
y quiera dedicarse así no más,
a contemplar la era de la siembra,
mientras mide con sus manos lo medible
y con sus ojos aquello
irredimible...

Pero solo estoy yo en este cuarto
cuyas paredes muestran esos rezos,
pintados en todas direcciones 
como fatales y nobles pinceladas
de un viaje a bordo del amor,
ya no puede leerse algún mañana,
mientras el viento va...
voz salida de dónde que me dice
que acaso ya llegué
y debo bajar...

Y en un extremo que se nota intacto
porque el blanco brilla aún inmaculado,
un rezo con tu voz
no con la mía,
murmura una canción de mediodía
pidiéndome que espere...
que no baje del barco,
que mire el mar
una vez más...
como hice ese día que fue nuestro
mientras hilaba a mi piel la fantasía 
y la bautizaba con tu nombre... 


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 15 de abril de 2016

UNA HOJA VOLADA DEL ATRIL / Poesía de José Ignacio Restrepo


VIL AIRE


Suelen buscarse en mi viejos recuerdos
pero no tanto que luzcan recortados,
partidos por los lados,
enconados,
o descubiertos sin más por la mitad,
como esos falsos que repiten y repiten
el nombre nuestro de las seis pasadas,
como si ignoraran que ya bien sabemos
que es harto conocido nuestro nombre
y bonito,
regalo para muchos serviciales
en el día de su incruento bautizo...

Suelen hacerlo en horas indistintas,
con pausas sin tenor, conoidales,
estupendas e incluso necesarias
pues sus figuras aunque son ajenas
lucen tan parecidas a las vagas,
que ofrecidas con signos y señales
en otros momentos nos han prestado ganas
para seguir como número de tómbola,
dándonos contra lo duro y lo mullido...
lo que traiga la vida
que nos grita letrados, alcornoques,
salid, aún no es vuestra la ceguera,
ni pronta está la cama de lisiados,
y tampoco en los ojos la congoja
por la guerra
que se lleva todo...

Y salgo a la ventana a auxiliarme,
con los avisos y las letras informantes
me ayudo sin pasar vergüenzas
a distinguir la básica autoría...
o lo otro,
que toca garitear,
el silencioso olvido que me dice al oído,
ya déjalo...
es como viento ido,
o agua derramada...
solo mugre invisible en el ombligo,
medio recuerdo herido
de algo que no te sucedió...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 2 de abril de 2016

EL CUELLO DE TU ABRIGO / Poesía de José Ignacio Restrepo


DESDE DENTRO 


Es un día santo,
uno salado sin mar
cuando oigo palabras en el closet
y vengo y huelo el cuello de tu abrigo,
y descubro que estás también aquí,
acaudalada, pobre, presente, ausente,
ida,
que está viva en la tela más querida
que ha roto fuentes tantas veces
con nosotros,
mientras salimos a ver ese baile de la muerte
que de una cuadra a otra,
de esta acera hasta la que queda al frente
nos dio paños de agua de memoria
para vivir sin morirnos ni aceptar,
que todo deba tener algún lugar,
claro, somos guerreros y alfareros,
con los ojos tallados de poemas
nos damos sin dudar,
mi primorosa,
amiga del verano encinto de flores,
de aromas silenciosos y vedados,
amiga de las ardillas y los ratones de monte,
de los perros perdidos y encontrados,
de las libélulas de sures lejanos
que hasta estos nortes nuestros
han viajado.

Provoca saber tocar el piano,
te juro que me lleno de ansias
de desdoblar mis deseos consumados
y los que aún no llegan,
y en las teclas de un piano renovado
poner en nuevas notas estas nuestras,
todo porque he llegado del jardín
a buscarte en el cuello de tu abrigo
y recordé de pronto
aquella esencia
que puse a pulso una noche larga
y se regó sin más por todo tu torso
hasta llegar al hueco de tu ombligo,
poema incandescente,
flor inmensa,
regadera de dos, vapor al aire,
nieve confiscada y puesta en frasco,
plenitud de conserjes
que tienen en las manos y ya lo saben
la llave para abrir el cofre viejo
donde escrito con lápiz, reteñido
alguien puso, no más,
id, sed felices...
la marca en el cuello
de tu abrigo.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 28 de marzo de 2016

QUÉ PRONTO NOS LLEGARON LOS ADIOSES.../ Poesía de José Ignacio Restrepo



EL PAÑUELO



De todos modos,
mi quietud de sangría que se cierra
gotea pues tu bella cicatriz
está aún abierta por correr aprisa
por huir de ti saltando en mi estupor
de la ventana al bies de la cornisa,
esa que tuvo copas, tuvo fieles,
dos que del amor constituían
creyentes fervorosos
que de él no huían...
Dice el médico de almas
que adentro me sentencia,
que ésto pasará, su fin no tarda...
a él ya le pasó,
se sabe ese camino de memoria,
y entonces a esperar sin escuchar
esas bellas canciones
que sin quererlo tú,
y sin quererlo yo
llevaban sin abuso nuestros nombres...
Tampoco ir a los parques
ni buscar a la gente conocida,
a esa que compartía con nosotros
la abulia y el bien-bien de la guarida,
no rondar a la ilesa librería
lugar de los impávidos fetiches
que venían inscritos en los libros,
donde vivían nuestros lazos de culto...
Regresar a la casa a otra hora
pues hacerlo según nos ocurría
puede sin culpa hacer que la encontremos
en las miradas inciertas, conmovidas,
de gente que de antes conocemos
por compartir 
la hora del regreso...
el metro es un lugar frío y perdido,
si volvemos solos a encontrar,
la ausencia del amor en el pinar, 
en los pasillos largos de la casa,
en la alcoba enorme que conversa,
o en la cocina noble que servía
para todo
además de cocinar...
No olvides dejar el último recuerdo
para doblarlo adentro del pañuelo,
donde vas a llorar tu hermoso duelo
de tenerla y no tenerla para siempre,
como dicen las canciones bellas
que a dúo no podrás cantar de nuevo,
que te sirva hoy mismo de consuelo,
que la amaste y te amó
sin reparar...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 16 de marzo de 2016

CON LOS CUERPOS TRABADOS / Poesía de José Ignacio Restrepo



CERROJO ABIERTO


Y qué tengo al fin
sino el mapa de todos los cerrojos,
la música interior y taciturna
que me lleva y me saca de tu cuerpo
como un mago de luz y malabares
que no tiene en el mundo más labor
que socorrer de pronto tus altares
cuando llama tu voz,
y aunque no halle más que huellas turbias
comparezca vestido de deseo,
carne nueva altanera y libertaria
para que tu la comas en un plato
que no podemos ver
pero esta allí en tus palmas...

Redonda la emoción
que me tumba de bruces,
pone agua en mis ojos resabiados
y echa leña al fuego que tenemos
desde hace muchos años,
días solo...
Te tomo por los brazos y volamos
como búhos de paz reconocidos
que se pensaron idos y olvidados...
La risa obra cual faro y redoblante
y aparecen canciones que nos nombran
y en el mapa que tiene sobre el margen
nuestros mutuos vestigios,
se iluminan aquellos pensamientos
que son nuestros lugares,
nuestros hijos,
se niegan a morir de una infección
o de una cortada que invisible
dejara ir la sangre que da vida
y hace que subsista nuestro adagio...

Y somos,
es ese el gran milagro,
de una tierra tenaz, reconocida
donde nacen aguas y alimento
que llevan nuestros nombres
y los pinta a puro tacto
en nuevos mapas...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 7 de marzo de 2016

RECUERDOS.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


ESE FÉLIX


Tomar cada palabra recordada
y plantar con ellas un jardín
llamado desahogo...
dalias te nombran,
atajadas en su ascenso por los muros
por emprendedoras y certeras
enredaderas de mis manos laxas,
que todo tienen de ti
y por eso todo añoran,
cuando de las demandas de la voz
el eco solo responde
para poder vestir
el ansia...

Celestes, añoradas y perfectas
tus palabras hacen curso para canto,
y se ven introducidas en el templo
donde el decir
es tan noble y tan benigno
como sentarse a no hacer
para perderse entonces en recuerdos,
unos lejanos de aquí
otros cercanamente nuestros,
como la vez que vimos ese gato
a unas cuadras de aquí,
que se detuvo urgido a saludarnos,
¿recuerdas amor?
era igualito a Félix, el famoso,
ese que no maúlla, ni molesta,
y rara vez se sube por los muros
y solamente se parece a un gato
cuando sin sueño
se toma alguna siesta...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
 • Copyright ®

viernes, 4 de marzo de 2016

CARTOMANCIA SIN CARTAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



SI SERÁS MAÑANA


Cartomancia sin cartas,
ejercito de bellos pensamientos
que llegan a mi pecho sin reparo
haciendo tránsito leve como barca digna
entre olas triviales y pequeñas
danzando en ríos de azules portentosos,
cruzando por puentes invisibles
o sobre caños de esclusas levantadas,
por alguien de manos fidedignas
que simplemente alza para mí,
para nosotros dos,
o para ése
que se ha constituido en nuestro hijo,
sin que sepamos bien
cómo pasó,
cuándo se hizo grande...
de quién es,
eso que llaman futuro...

Elección que sucede sin esfuerzo
para que llegue el hoy
dejando huellas claras en la nieve,
como un alce que busca en esas ramas
las hojas más pequeñas, 
más bonitas,
ya sabe de hace tiempo que ellas son
el mejor alimento,
el que es más suave,
el que el árbol repara sin esfuerzo
para que siempre esté,
así tranquilamente y al alcance
este sueño de amor tan oportuno
que llega sin la prisa de los otros
para que lo tomemos
en las manos,
lo llevemos confiados a la boca
y con la vista sembrada sobre el otro,
tejamos una vez y otra,
sin pausa,
esos sueños que ayer no se soñaban,
nuevamente y con la fe del instante,
naciéndonos a la jornada tibia
sin el miedo que ya estaba en la frente
como estaca clavada,
sangrante cotidiana maldición,
que les decía todos ¡ay amor!
cómo duele salvarte sin saber
si serás
hoy
mañana
salvación...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
 • Copyright ®


domingo, 21 de febrero de 2016

ENTRE DOS PARPADEOS .../ Poesía de José Ignacio Restrepo


AFUERA


Como un cáncer curado 
que sigue madurando silenciosamente
en mi cuerpo adolescente harto de voces, 
lleno de plásticas mixturas,
de silencios avaros que hablan sin voz,
y corren como metódicos atletas
formando de todo lo que hay
un rostro que se posa
hoy domingo en mi ausencia preñada,
este día de amenes sin sus gracias,
de oradas transfusiones
que se salen bruscamente de la vena,
y se riegan afuera,
afuera de mi brazo,
afuera de la llama...afuera de la casa...
afuera de ese bello color blanco
que llena todos los ahíncos
con los restos cortados de mi laja iracunda,
brillante desde siempre,
disyunta antes de ser un algo de tu piel
 que está junta contigo
y atada con mi alma...

Ábreme sin saber qué tengo,
qué me viaja amazonas adentro,
qué cosas tiene volando o nadando ese río que soy,
ese cielo que soy que fácil nombras
cuando cierras los ojos azarada
diciendo que soy tu fundamento...
y yo teñido de brumas
formando mi letra
mientras hago maromas
quieto en mi cama de tres por tres y doce besos...
ocelote, ventana, graznido de peluche,
oriundo de dónde,
meado en la propia cama,
niño que nada conoce,
ceniza vos de viento ataviada del curso de un poema
este domingo incauto por llegar a principio de semana
cuando le restas al silencio
de su tiempo precario un poco,
un poco más,
con tu voz palpitante
llamarada de hogar, cuerda que tensa
cada pieza lavada por tu mano amable,
una media, un calzón, un viejo pantalón,
el querido brasier que luce desteñido por el uso,
mi sonrisa callada y definida
que siempre has pensado un atributo...
hoy domingo, no ayer,
mientras pienso, por dios,
qué será de mi mañana
con esa soledad inconfrontable
amasada entre riscos de palabras
y silencios poblados de deseo
de los cuales aún no hallo
dónde nació su verdadero fundamento...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©
( ilustración Max Sauco )


lunes, 15 de febrero de 2016

NO ES CUESTIÓN DE SUERTE.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


NUEVAS FICHAS



Contrario a lo que pueda equidistar
entre mi escueta mirada y el portal,
roto por tu silueta que regresa
a partir mi estancia anacoreta,
es la luz la que dice o niega todo,
la luz que rompe el suave celofán
o viste de altivo ímpetu hasta al moho,
y no tú
ni tampoco el que me habita,
que todo sugiere...
como si fuera él quien me levita
y no tu risa leve
que traducida solo dice hola,
ha caído la noche y no llegabas,
¿me recuerdas?
fue ayer, quizá anteayer, 
la misma hora...

Rompo el hielo con mi ácida faena
de convertir mi frío despertar
en un milagro altivo pero cierto,
que traducido es
si, te recuerdo...
es solo que yo no te esperaba,
habita la sorpresa en mi mirada
y por eso quizá no puedes ver
que estoy alegre
más que confundido,
y sé qué día es hoy
más no la fecha...

Y después el abrazo conjugado 
de cien o más pedazos de otros muchos,
que entre su plexo y el mío vienen ya
a recibir su sana sepultura,
su entelequia de olvido,
su derecho de ser y de volar
como aves que no habrán de volver,
un abrazo de inmenso quehacer
para dos que saben que han perdido
y que perder de nuevo no es posible
si traen nuevas fichas,
y en el juego se lee como hoy
que no darán al otro nuevamente,
lo que antes les causó tanta desdicha...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

lunes, 1 de febrero de 2016

LUNES.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


JUBILEO


Pongo miguitas de pan 
sobre el alfeizar de mi alma proscrita,
leo versos de amor de mi mano a mi mano, 
vistiéndome en rubor 
al decir un te amo a tu eco distante,
creo amigos en un solo segundo 
y en el siguiente instante 
los elevo al nivel de falso amante,
solo para sentir que en la cama tendida 
tú me esperas
y que yo tardo  un poco 
mientras enfrío el champán de este lunes cetrino,
en tanto lento, muy lento tú cierras los ojos
y entreabres las piernas...
y mojas luego mis lentes 
con el fervor de tu aliento...

...no es sábado...
el primer día de este mes de nubes esponjadas
trae un sol de regalo, 
pastillas de humedad extendidas en la grava,
y yo no puedo mermar esta grácil y entera
ausencia de ti que sabe a nuez y menta,
se pone chica, chica,
mi piel que es tu pijama cuando la noche alcanza
 su cenit merecido
y este pardo recuerdo que tiene de vida ya dos noches
hoy es escombro mío,
larva de lo indeciso,
solitario confín donde los sueños niños
esperan tu llegada cansina...

Y este muro de tedio que hace de fiel compadre,
de amigo forastero
de sincero amante,
me pone en el alma un sonajero
cuando llega el turpial por mis migas de pan,
cantando sin ambages
vengo del mar lejano
y he llegado primero...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©



lunes, 25 de enero de 2016

QUE EL PAN TEME EL ADOBO.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


ENTRE EL HORNO Y LA BOCA


Sufro más en el lapso del adobo
cuando el pan está abierto y enfriando,
que en el tiempo de horneo...
puedo ver ese rojo resurgiendo
en las paredes pétreas y duras
con los ojos que lloran sin cesar
pensando que ante el más bello sustento
se queme nuestro hijo,
este amor que es solaz y es alimento
de vos que te sonrojas ante el blanco
y yo que soy el rojo de tu faz...

Como soldado moro que ha poblado 
por siglos una tierra de irredentos,
extrañando la propia que ya olvida
y el deseo por esta y por tenerla,
paso larga mi mano siete veces
cual si fueras mi norte y mi cayado,
o mi era de siembra casta y pobre,
y luego sutilmente te reparo
con los ojos del alma y con mi voz,
cerrando mi deseo encadenado,
para ver si la guerra está perdida
o sin tranzar una lucha se ganó...

Y luego ante la vida yo repito
las palabras saladas,
en la ruta del vino de tu cuerpo
inició ese vaivén desaforado
como si fueras viento en plenilunio,
al fin soy un soldado reza el himno
y esta carne de asueto que nos cubre
es un manto callado,
cuyo roce nos da tibieza y gozo
y olvido de la guerra de tener
lo que fuimos con otros...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

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