DOS POR DOS
Arde la mano
y más con el jabón,
ella corría, pero él, que más quería,
más pasos dio en menos tiempo y pudo
poner bajo sus brazos y su boca
todo lo que dijo querer
como un amigo fiel,
tan libremente,
pero eso fue
ayer,
y hoy es hoy
Ella corrió,
pero no fue por temor,
no causa miedo quien te ha querido bien,
y siempre dijo sentirte de mil modos
antes que entre su piel, entre sus dedos,
por tomarse del sexo y presentir,
este momento incubado en solitario
que no tuvo su origen ordinario,
sino que fue forzado,
ese miedo nació cuando miró
en los ojos de él algo distinto
Amor brujo,
amor desconocido,
del amigo y hermano que se cambia
por amante nefando,
por Mefisto,
y las manos sangradas nos dirán
que el amigo perdió tal vez luchando,
por negarle a su piel ese deseo,
y el hombre que lo habita
le ha ganado
y algún gusto se dio
pero maltrecho
Ella quieta
quedó bajo su peso,
la amistad se murió mientras nacía,
la ley de la atracción favorecida
por la tierna mirada de dos seres
que aunque ahora en sus ojos se ensombrece,
tiene dentro la lucha enternecida
del amor que su sexo presentía
y hoy pasó de amistad a acometida,
santa barda que alta los mirada
ahora sobre el suelo está tirada
de la piel recubierta y algo herida,
por los dos derribada y renacida…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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