sábado, 25 de abril de 2015

LOS SUEÑOS DE AYER / Poesía de José Ignacio Restrepo



VELADA


Del momento de leer los obituarios
tejidos en tu piel sin darte cuenta
por el tiempo inmediato y el de ayer,
que coincide con la entrega ante el espejo
que sin brillo te mira como hermano
cuando pasas la mano con cuidado
para sacar de allí lo innecesario,
léase rouge de marca cuestionada,
polvo que integra el tono a bajo precio,
linea de negro que hace ver más grande
esa mirada tierna pero fuerte,
te vas librando del mágico artificio
que a duras penas tus años disminuyen,
para que quede limpia y como antes
la cara donde pongo mi deseo
cada que mi deseo vuelve y nace
y sin pedir disculpa se aproxima,
lo que no ocurre si no hay una llamada
de tus ojos en tránsito y tu alma,
abriendo tu portal en cualquier hora...

Pero hoy el cansancio tiene tema
y es superior y anterior al que propongo...
Con quien recuesto yo mis necedades
sino con tu interior cansado,
las ecuestres fisuras que son tuyas
de jornadas sumadas que te restan
quedan expuestas que triste si me acerco,
para encontrar qué decir
en favor de mi causa que es la nuestra,
sabiendo en mi interior como escolar,
que hace rato ha hecho su tarea
que hace años está ya todo dicho.

Solo quieres dormir este cansancio,
tus dos ojos callados me musitan
que acaso nuestros juegos retrasados
puedan esperar hasta mañana
cuando estaré mi amor más relajada...
y ese permiso de hembra enamorada
me sabe a mermelada deliciosa
untada diestramente sobre el pan,
mi si brota sincero una vez más
en dos lentos y amables parpadeos
que ven como reclina sobre mi hombro
el sueño que traía desde ayer
y que por su labor no había gastado,
dormida queda entonces a mi lado
en su inocente ley...
 

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

viernes, 24 de abril de 2015

JUSTO DECIR PASADO / Poesía de José Ignacio Restrepo



RECORDERIS


Motivos de llamarse siendo aroma
de la piel natural que todo tiene 
y apodarse como esas espirituales 
deseada de vivos y de muertos, 
cual reina en un inquieto pedestal,
por alguna razón en movimiento
ni vago, ni terco malestar.
eso sí latiendo como loca
en cada lugar del cuerpo bello
que no deja sendero sin pisar,
ni quieto a compañero de pregunta, 
que puede ser motivo para un viaje 
para indagar entrambos la respuesta...
Nadie que tenga volátiles recuerdos, 
de pieles que a sus almas redescubren 
en cada yema marcada de dos manos,
en un par de ojos que miran y que asolan, 
para dar a ese nombre que hubo antes, 
entierro mientras salta en sacrificio....
 Y en tanto me interrogas por las mías
yo te contesto amigo que no tuve,
todas fueron llegando libremente
y así mismo se fueron sin mostrar
fracturas en su azaroso movimiento,
solo trastabilla la voz por un momento 
y el sentimiento de dos a dos despide
por el regalo que a duras penas llega, 
y se marcha si es ya lo oportuno,
 entonces es el haz de lo tomado 
y la luz bien gastada en lo donado, 
lo que ata al recuerdo y permanece...
y es justo ese fuero del pasado 
cuando lo nombra en silencio tu presente...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

martes, 21 de abril de 2015

ATAS LO QUE SE PUEDE, NADA MÁS / Poesía de José Ignacio Restrepo


NO ETERNOS


De la línea ecuatorial que te circunda
extraigo el tema de todos mis poemas,
cuando te toco llegando la noche
me invade sin más esa fiebre por decir
y un viento cantarín se hace a mi lado
para parlar sin tregua cuando calle,
toda locuacidad recién nacida,
catarla como niño con premura
que no sabe qué mana cuando chupa
si es vino del mejor o leche del seno,
esa vida que de la vida se sustrae
para ganar el pan de la inocencia
de llegar a otro sol,
en medio de esta tierra de carencias...

Cortado por mi filo ya maestro
el vector que te tiene sin ser yugo
y aún de mi no recibe bautizo,
suelta de si deseos remanentes
antes de que en la noche y concluído
todo lo que exacerba de tu cuerpo
merezca titilar de sueños frío,
y entonces con mi lápiz lisonjero
ato de cada breve epistolario
todo lo que yo quiero de tu cuerpo
amalgamándolo al brillo de tus ojos...
Y en la hoja que inmensa se quisiera
vierto de la manera que se llegue
ese feliz instante de tenerte,
no sé, sospecho, que es un ángel el que escribe
y no interrogo al mágico segmento
pues de alegrías muere y también vive
este hilo que es fuerte
pero también delgado filamento.

Y en breve será lo breve que no vemos
y el instante se marcha eso es seguro,
pues átomos hay que moran duraderos
pero estos no, lo digo y lo lamento...
estos hilos se arden mientras tiemplan
la angustia del crecido corazón,
que tiene por misión tan solo amar
mientras del miedo aprende a dar cariño,
si
porque se atreve a recordar
que aunque lo sienta ahora como quieto,
ni la vida, ni el otro, ni el amor,
son bienes que se queden aunque atados,
están hechos de hilos invisibles
que van de corazón a corazón,
rodeándonos si,
sensibles si...
pero tan invisibles como eternos...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 13 de abril de 2015

LOS MINUTOS PASIVOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


SIN AGENDA


Con tu rostro de niño
que viene vestido de gendarme,
para mermar el abrazo desteñido
que pone a tu cuerpo contra el mío
por diez instantes solo,
como luces de olvido
que pensaron llegar para quedarse,
vienes vos
tiempo de seriales que detesto
entre números y horarios indigesto,
no nos dejas vivir
mencionando sin voz como regresa
mañana, en la mañana
ese astro mezquino,
y dejas en la piel la luz de ayer
para que hagamos de ella
cuento fino,
con que contar mañana estamos vivos
narrándolo sin más como a una joya,
un canto que nos une
el cuero compartido de revés...

Amanece entre tanto en otras partes
y dolientes que nos son desconocidos,
han dejado su queja a buen cobijo
para cerrar los ojos y dormir,
pero vagan sin ellos sus espíritus
por estos linderos
que ayer fueron jardines,
sus voces consternadas puedo oír
delirando a mi lado por lo mismo,
no existo por que sepa y lo comprenda
o porque esté a tu lado,
o por el vago atar de nudos ciegos
que de tu piel hace tiempo
tengo en mi,
no existo
por el tórrido latido
que alimenta mi pecho y lo que soy,
existo por saber qué me motiva,
qué hace que levante mi cabeza
cuando el fierro
sin más me va a pegar,
y por causar en ti dolor y apego
al acabar la noche y el placer
tomar rostro de hermano decadente
que busca, encuentra y vive
el rasgo que bautizo mal humor,
un gigante a la espera de que el sol
seque el agua nocturna de la banca
cuyo granito
conoce desde siempre
la curvatura intacta de mi espalda
y el peso de mi inhóspito trasero,
gastador de teñidas e infatuadas
letras de paño y pana
con bolsillos,
donde cabían los sueños de estudiante
y hoy duerme cuadrado
el mítico papel con el poema,
que se cayó a la calle
y recogió
un gamín al que llaman calavera...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

domingo, 5 de abril de 2015

TASCA RENDIDA DE LA TÓRRIDA MEMORIA / Poesía de José Ignacio Restrepo

PARDO ALIENTO


Pero, 
antes de que la tarde haga del rojo
un bergantín sin rumbo que se marcha
sobre el negro ataviado de la noche,
libera al silencio atrapado entre tu almohada, 
desde el ayer vencido e insurrecto,
y no mires si te sigue hasta el armario...
Ponte la ropa
de fríos ensamblados llora el cuerpo
y clama en majestuosas soledades
que ahora son capricho
en la rosa entregada
por mano masculina
que no sabe de ti más de lo que brinda el ojo...
Y este vigor que pone tu palabra, 
ármalo cuando pases tus diez dedos 
por la cuerda ceñida a tu garganta, 
que dicen que se llama escapulario...
Gloria al padre, deseo, 
gloria al hijo, 
está preso en tus diez dedos con su imagen, 
hombre de rostro inmaculado,
rescatado de inocente olvido,
que te saluda desde una ventana
poniendo su infecundo amor
en cada alado vuelo de su mano...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©
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