jueves, 28 de mayo de 2015

MEMORANDO / Poesía de José Ignacio Restrepo


VELA


Hay un dolor que vive entre el callar y el decir, 
se hace transparente como gota de lluvia
y va a alojarse luego en el tatuaje del brazo, 
que dice que te amo entre olas de mar
y se cubre en el eco de la palabra aurora. 
Y luego en espirales cayendo de lo alto 
de la boca hasta el curso marcado por los pies, 
decantando virtudes y dolores pintados 
en suspiros hechos de vivos colores...
Tus ojos son cual redes que se atoran en piedras,
y que rinden homenaje a tus hechos de vida,
me pintan ilusiones mientras duermes o cantas,
mientras unes segundos con hilos que no veo
que forman en mi cuerpo sagradas telarañas...
Vela para mirar tus cien recuerdos anchos, 
vela para enlazar los labios y el deleite
desde ese rincón de asbestos y de fuegos, 
que ha dejado perlado el puente de mi boca, 
que une cuello y cintura con la sal y el azúcar
y pone surcos de oro sosteniendo el portal
que justo tras los ojos sostiene a la memoria...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 20 de mayo de 2015

OLVIDA QUE ME FUI, ME TIENES / Poesía de José Ignacio Restrepo


SOMOS UNO, CASI...
 
 
Y más que una morada 
rosa hogar...
Sobre la piel tentada y ofrecida, 
está de ambos la sal como aderezo, 
el juego de ponerla y de quitarla
es eso,
tan pronto llega pasa,
la sombra de tu piel nombra mis ecos
con granos de ilusión y de recuerdo,
o payasos o reyes
de algún modo
en nuestro circo sin feria ni animales,
mientras guardamos miradas siniestradas
en esa vieja caja de caudales,
pues nada nos dijeron
una noche,
no nos dirán aquello necesario
cuando sean los ojos mensajeros
y todo lo demás
un mar extraño...
Como si fueras mi sufragio vengo
a pedirte aquello que no doy,
confiado en que comprendas
o me riñas,
o me des con tu maldita fusta,
o me escondas de nuevo la pregunta
y me sujetes más
con mis diez menos...
Pero pongo en tu muelle lo que tengo,
receloso, cansado, quejumbroso,
con mi frío buscando tu calor
mientras recuerdo
que todo lo que soy,
un verano extendido
cuyo sol ha mermado o ya se ha ido,
no tiene más lugar para quedarse
que este muelle lejano y desgastado,
que pega contra un morro alto y pendiente,
y ese rosa que tiene duelo propio
- tus dolores privados -
ya lo sabes,
lo sé,
no me sujetas,
si quisiera, es verdad,
pero no quiero...
no quiero ya la extraña libertad,
esta celda pequeña bien me viene,
hazme sitio mujer
detrás de tu fatiga va la mía
pidiendo tu dormida compañía...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

jueves, 14 de mayo de 2015

DE LOS DÍAS PERFECTOS... / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
MARCO POR CUADRO


Con narrarse el amor a los luceros, 
no vuelve Pompeya a ser lo que era...
Ceniceros se llenan y se lavan, 
se despide la gente y a la orquesta, 
se riega ocho veces más la grama...
se convida al sol a la mañana, 
confiando que regrese, 
solo eso nos queda...
y la ternura...
Simples latencias de 
voces resguardadas, 
esperando el cómo de los cuándos, 
para correr a abrir esa ventana, 
donde mirarte llegar es dulce premio...
Silvestres los amores repetidos, 
las palabras ajadas siempre nuevas, 
los elementos que nievan en su cinto, 
las fresas que te comes cada noche...
La sazón que a tu gula favorece, 
muda su rostro en el siguiente instante, 
cuando el grito que la nombra descompone 
el cuadro donde la atas para amarla, 
y el cielo que le muestras no es azul
ni tiene golondrinas que lo crucen...
Y ella solo mira lo que ves
mientras tu mano se alza y lo señala,
sabiendo que ella sabe que no existe, 
mientras corre ese minuto
raudamente...
sonriendo para ver que eres feliz, 
pensando de verdad que te lo crees...
 
 
 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

sábado, 9 de mayo de 2015

A MI MADRE...EN SU DÍA... / Poesía de José Ignacio Restrepo


EL TAPETE


Como tapete de virtudes
tu vida siempre se extendió completa,
para que yo caminara sobre el
desde que broté gimiendo de tu vientre
como ciervo pequeño,
igual que ballenato,
o pingüino perfecto
atado a la leche de tu pecho,
comiendo lo que me dabas con tu mano,
en la fe de tus ojos de ángel...
Sé de todo por vos,
madre querida,
cada paso que he dado
caminando sobre tu bello tapete,
lo has estado cuidando,
siempre mirando a hurtadillas
para que yo no lo advierta
y pueda de la virtud de tu compañía
acaso sentirme restado,
un poco o mucho descuidado
de mi propia salud
de guardarme con vida...

Cómo no ibas a hacerlo
de la manera bella en que lo haces,
cuidarnos a cada uno de tus hijos
como cada uno logre comprenderlo
- esa sabiduría debe agradecerse
aunque solo sea una vez -
pero yo vengo a esta platea de las letras
a gritarlo, valorarlo, repetirlo,
magna tarea cuidadora de la madre
que tiende su vida como tapete y cobija
para cubrir los saldos de sus hijos
y anda con ellos del amor prendida,
para siempre juntos
atados a un cordel de actos y galas,
donde la sangre que bañó la piel
de cada parto,
de cada nacimiento,
se convierte en alhaja redentora
cada día de vida,
mientras se gasta tu tapete
autora...

Gracias mamá...
feliz día...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 4 de mayo de 2015

SÁBANAS LIMPIAS, ES LUNES / Poesía de José Ignacio Restrepo



MÁS SIN MENOS



Vuelco o atajo, 
el verbo dicho sobre el vaho de los cuerpos, 
deja temblando el siguiente devenir
y entre las manos que se audan e interponen
vence los ecos
de las horas que se fueron,
de las pieles que ahora no los cubren...
Caro y feliz el sendo movimiento
que rodó desde el final de los hallazgos,
se mira muerto recordado y redimido,
la cama mide lo que aun se queda
y entre los ojos el bello quehacer
que se ahorró a la tórrida ilusión,
se viste con los atuendos distraídos
de la siguiente fiesta aun sin fecha...
Cuando las letras duermen justas, calladas, 
al pie de las estatuas, de lo muros,
parecen olas viajeras que llegaron,
voces del mar que aclaman lo vivido,
espumas que chocan por la ley del aire
o empujadas apenas por la lluvia, 
contra un alma dormida en el cristal...
Y en este atardecer que inicia
el día que abre la semana,
entre el fuego de tus nichos nobles, 
con la piel ardida que tan bien recuerda
lo que me diste por gusto decantado 
que no aprobó ni la fecha ni la tardanza
de ese ayer timbrado de papel,
miro mis manos que tiemplan bien la cama
con sus sábanas limpias que parecen ventanas...
De pronto me tiendo sobre el lecho, 
entre dormido o fatigado de no hacer,
a la espera de otra hora 
que te traiga cansada del lejos con tu piel a cuestas
y tus lunares y tu pelo negro,

tu fe prendida de las verdes esperanzas
y los rojos destacados y prendidos,
sobrevividos en tus labios siempre sabios...
Crisoles en la voz prendidos de la mano
llamándose momentos aun sin ser,
ensayando sus vectores color cromo
para lanzarlos de nuevo como flechas, 
a tu pecho y el mío que unísonos palpitan,
y se piensan hoy en sus sabores dormidos y anudados
como ombligos de flores,
como hombros quemados a la luna,
o bocas destejidas y cosidas
doce veces y una...
 Allí empezó todo, amor,
tienes las letras regadas en los labios
y su tinta roja, y mis ojos vestidos para el fin,
hoy a solas
ataviados con moho...

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
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