DRAGÓN
El que le falta el canino es un vergajo
cuando ríe su boca reacciona
y el efecto que causa es inmediato,
se me parece a un viejo que de niño
conocí colgando del trapecio,
en un acto soberbio e hilarante
que por si solo pagaba la boleta…
Mientras él tira los dados y se ríe,
observo el movimiento de sus manos,
el sudor de su rostro corajudo,
que lo ilumina todo incluso el tajo
que llevo en mi mejilla sonrosada,
elemental recuerdo del puñal
que encontrara mi cara aquella tarde
que me enfrenté a la muerte y la vencí,
en mitad de la pampa casi selva,
por salvar a una hembra del destino
de soportar la baba de ese indio
en su sexo tomado por la fuerza,
porque ella era mujer y él era macho,
se midió a mi fuerza al defenderla
y murió por el filo de su hoja
que inflamada primero de mi sangre,
se metió entre su pecho como un flan
y le dejó allí muerto en buena hora…
El recuerdo devuelve su mensaje,
y el trapecio se extiende majestuoso,
en los dados al cuate reconozco,
él me mira igual que aquella noche
cuando firmara el papel que le tendiera
mi mirada de niño y su quimera
dibujando el autógrafo con celo,
una x perfecta que decía
que ni firma tenía,
el campeón del aire y el destiempo,
no sabía firmar pero era bello,
en el aire su cuerpo discurría
la caricia entre el ya y el casi pudo,
sacando de ese público diez gritos,
y el alivio sonado en las gargantas
porque luego de volar con eficacia
sin más alas que su real pericia,
en el extremo opuesto aterrizaba
extendiendo el fornido brazo arriba,
con la V de la victoria por remedio
para jugar devengando todo al riesgo,
y solamente ganar como hace ahora…
Él se percata que lo veo y lo releo,
y de repente tensándose la boca,
me dice oye, que te traes, suelta ahora,
yo me sonrío otra vez como de niño,
y elevo allí la V de la victoria,
el mueco ve de pronto su pasado,
del laberinto del presente va al trapecio
y mientras ríe con el resto de sus dientes,
rescata el vértigo especial de las alturas
y en el abrazo que nos damos salva el acto
antes de enviar el circo a sus recuerdos
de donde lo saqué al rojo esta noche
sin que nadie pagara su boleto…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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