viernes, 27 de diciembre de 2013

LOS PREMIOS SOÑADOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


MIRARSE ASÍ
 


Hallas fibras del pasado renacidas,
volcadas sin permiso en nuestra piel,
que nombran lo que ardió, quemó y huméa
sin que nadie al rededor pueda decir
que mirándonos vio el fuego sobre nuestro,
como un gesto inacabado y aún dispuesto,
a prender en nuestro cuerpo su calor...
Hay vida cuando late el sentimiento
pese a surgir de un fuego del pasado,
y el rostro que sin ver nos mira ahora
tras el amplio ventanal de este café,
musita sin hacerlo cosas bellas
en la sonrisa inacabada que completa,
con el solo deseo de empatar
las que muestran golosas nuestras bocas,
aún más bellas por ser miradas ahora
como a esos globos que migran o regresan...
Y de la piel se alzan en compás
las piezas que formaron cosas bellas,
pertenecientes a dos, por dos tenidas
como algo importante y diferente
que hacía parte de un clásico escenario:
un espejo, una caja de cerillos,
la hebilla más hermosa que tú vieras
y que carece hoy de una correa,
el metro hecho de pequeños dibujos
comprado para un niño prometido,
un bebo que pobló los pensamientos
y convirtió en deseo el sueño mutuo,
sin llegar a ser nuestro, ni ser algo,
por lo ido y funesto que ganó,
esto que juntó la calle y las miradas
que hizo al vidrio de fusta y frío afán,
diciéndonos, salí, corré, abrazá,
cuidado con un carro,
yo me paró, esperá vos ahí, que yo ya voy,
mas corré, esperame vos sentada,
no dejes de hacer trinos con tu cara,
que esa inmensa sonrisa, esa promesa
es un gran galardón, una presea
para este hombre de miles y decenas,
de intentos, fugas grandes y proezas,
caídas con testigos malogrados
en aras de decir y de soñar, 
espera que ya llego, no te muevas,
con el caudal de cosas que eran tuyas
y se quedaron en mis amplias comisuras,
en mis dientes cariados, en mi sombra,
y ahora toca y no puede creer
que no ganó ese tiempo presidiario
que nunca pudo derretir ni  derrotar
 con sus horas malevas, con sus días,
con sus años penosos y suicidas,
la magia rescatada de este amar...
 

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 23 de diciembre de 2013

EN LAS HORAS DE VELA / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
USTEDES Y YO


Ustedes deben saber mejor que yo
sobre esos calores compartidos
que dividen el lecho pero juntan,
todos esos placeres presentidos
como nobles y bellos,
como pan,
en los bordes lejanos,
en los sueños,
cuando poco sabíamos
que era eso de partir el verbo amar...
Ustedes tienen su historia
yo lo sé,
y yo cuento lo atado y lo servido,
establezco las guías bien sembradas
que en el día yo lleno
de lo mio,
letras vivas que queman mi mirada,
para que ardan sin pena ni disfraz
en el cuerpo cansado
que resuma lo previsto y negado
por lo bello,
su sendero que muestra donde pierdo,
su mirada que ríe y me demuestra
que nada puede ser más efectivo
que reír ante el duelo y la dolencia
para curas hallar
con fundamento,
ustedes pueden decirme que me engaño,
que las marcas que tengo por sublimes
son solo cicatrices y averías,
por pasar el mercado de la vida
soñoliento,
hambriento,
trastornado...
Pero debo insistir,
venir un rato,
abrir el corazón como cartera
y mostrar nuevamente mi riqueza,
mientras ella respira ya profunda,
con mi media ternura refundida
en sus ojos cerrados y viajeros,
yo gastando un poco de la mía,
dando fe del milagro
que tenemos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 18 de diciembre de 2013

LA MARCA DE TU COLLAR / Poesía de José Ignacio Restrepo



 ESTA VEZ...


Nombro,
esa caricia tantas veces repetida,
tan tierna cuando surge nueva,
elevada de todo cada noche,
incierta como yema que se asoma
a mirar sus sortilegios como propios,
estíos que se incuban,
y esos otros
pasajeros de cosmos interiores,
que se bajan de mi para subirse,
un momento en tus ojos
cuando lloras...

Nombro,
con tu piel y tu sino,
mi esperanza,
le pongo nombre a todo lo que eres
y cuando te apareces y te ríes
sé que el tiempo pasado en estas lides
fue el mejor de la vida,
el destacado,
el más bien desgastado y complacido,
de llevar a lo largo y a lo ancho
tu nombre y el mío como autores,
el anuario estandarte de tu piel
cosido entre mis guerras de fortuna
en la vida, ese grácil escenario
donde hibernan y se cumplen
nuestros niños sueños,
tiernamente y seguros como sabios
que no aseguran nada
mientras ríen de sus glorias
sin la trampa...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright
©

martes, 17 de diciembre de 2013

A MITAD DE LA TARDE / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
LA CARTA
 
 
Puse la carta y luego la miré...
Del pesado libro abierto en una página
extraje pensamientos bifurcados,
unos eran de sangre coagulada,
otros labia manchada del pasado
escrita por ignaros sin trabajo,
tan iguales a mí y tan diversos,
que sonrío al leer,
leo otro poco
esas explicaciones ordenadas,
que estaban hoy allí
ocultas en la página elegida
esperando por mí...
Brujas de cuyo manto me he escapado,
encinas de ramajes puntiagudos,
nubes verdes que traman a lo sumo
dejar caer tormentas esperadas
y ahogar tantas penas,
pero tantas
como las que se exhiben ahora mismo,
en la maldita carta
que de la mesa mira
lo que pienso...
El libro cierra sus hojas,
no hay derecho,
no debo estar buscando sin cuidado
en páginas ajadas y sin dueño,
solo por que labores hoy me faltan
pero me sobran malditas
las preguntas,
al anaquel de nuevo sin dudarlo,
las cartas a su mazo prontamente,
el cajón las recibe y me remango
las mangas de mi camisa
sin arrugas,
porque sí hay menester,
hay por hacer adelantos de mi amor,
una carne bien frita, algún guiso,
una crema de dulces zanahorias,
la ensalada del viernes siendo martes,
dejar platos lavados, loza seca,
y todos los cubiertos esperando,
que ella llegue en el filo de la noche,
cansada de luchar frágil y todo,
para ganar la guerra que luchamos...
Una cena aguardando a que regrese,
eso decía el futuro allí en la carta,
estaba su rostro renovado sonriendo
y ese beso de amor que no se acaba
dándome gracias, 
por el gesto tan sencillo,
un milagro de magias nunca escritas,
regalo para este escritor anacoreta...
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 16 de diciembre de 2013

EN LOS DÍAS DEL AMOR / Poesía de José Ignacio Restrepo



EL CULTO DEL QUERER



Cortejada la imagen por el verso firme, 
cede el silencio su espacio,
y se desboca por llegar
a tu conjuro de latidos vueltos letra, 
como la sombra que dice y resucita 
para que vuelva la luz, 
a ser justa heredera del querer, 
sentido de este gris paso 
de las horas de sed...
Ni que decir que no dudo nada
acerca del brillo resucitado de tu hebilla, 
mucho menos sobre esa certidumbre 
que te abriga desde el nutrido universo que  te alienta
o sobre el calor de esas hebras coloridas, 
de lisonjera casta, largas, después cortas, 
o al ras, e incluso inexistentes, 
que llevas recubriendo el pubis
sombra espejada de miles de recuerdos
que tienes marcados como cuentos breves, 
o como historias largas llenas de poesía, 
lo sé porque fui su errante pasajero 
mis deseos tejidos llegaron  a su sino por azar, 
con mapa delirante de viajero y mago
que llevaba adosados sobre el cuerpo 
mensajes de bello sexo y larga paz, 
entonces vino la fe
del que se queda en un sitio atado y noble,
por el concurso de una bella que no sabe
que es de estos lagos y estas tierras,
la única posible reina augusta,
mi puerto feliz, mi meta intacta, 
que esperaba por mi lengua, por mi falo
 y por mi celo sempiterno y loco,
esas armas aún vivas de mi cuerpo,
para que allí cavará su lugar, 
su cocina de larvas,
su templo para orgías nuevas
donde hacer sus poemas y lactar, 
como chica feliz que se encontró
 donde hacer del silencio primavera, 
esa única estación, el tiempo exacto, 
para ser y vivir, y emanciparse,
mirando como ayer
su cortejada cinta de silencios,
ataviada de recuerdos y palabras...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 11 de diciembre de 2013

SÉ, AUNQUE NO DIGA / Poesía de José Ignacio Restrepo

 
 
SUMARIO


Tantas mentiras, tantas
dije, tallé y probé,
que bendigo hoy
cuando estoy a tu lado,
cuando oro he robado 
sin que caiga castigo,
y sé, estoy convencido
de no merecer tanto,
hoy que brillan mis días,
mis noches, mis augurios
porque tengo a mi lado 
tu sencilla y perfecta 
bendición cual contigua
 y alada compañera
reparando dolores, 
aquietando mi espíritu
como ángela plena 
segura en su labor,
regalando proezas 
que pulen mis dolores,
con la prédica exacta
que regala el amor..

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 4 de diciembre de 2013

DE VACACIONES / Poesía de José Ignacio Restrepo



TWO GENERATIONS


Comestible que debe con las manos
llevarse como sea hasta la boca,
que se cubre de pasiones en cascada,
 cuando ese sabor de culpa presentida
cual mermelada encinta de aceitunas
me llena, y me convierte en plastilina,
dejando en la lengua una oración
enlazada entre el vasto paladar
por salivas rubicundas recién hechas,
para atender pedidos espontáneos
pero erguidos desde hace largo tiempo,
pedidos con carácter que enmudece
cuando traes tu piel a bordo tuyo,
sin permiso pedir
de ausentarte
de esa sin razón imaginaria
que lleva con virtud tu nombre,
reptando desde tu cuello por la espalda,
hasta los pies juguetes de tu augurio...
Ellos se dejan llevar donde deseas,
como sea que ocurre
yo lo ignoro...
Despierta insurrección de mis sentidos,
que se tiran sobre vos
por mis dos ojos,
abatida penuria que me dice 
que sos perfecta gloria, una delicia,
pero no para mi,
no para mi,
sinuosa melodía vuelta cuerpo,
sobre todo en las cruces de tu medio,
comestible que exhibe tu dulzura
mientras saliva trago, o me resisto,
esperando que no sientas mi mano
y mi pálido abrazo acariciante,
como el cierto infernal gesto galante
que está por ahogarme,
por matarme,
mientras suave, muy suave
enlazo leve,
tu saludo amigable y respetuoso,
de alumna con su profe,
un ser curioso
que despide este año de trabajo
y se  marcha también de vacaciones...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 2 de diciembre de 2013

CUANDO SEA GRANDE TU PEQUEÑO CORAZÓN / Poesía de José Ignacio Restrepo


ESBELTEZ, QUE NO VES
 

De leve a fuerte, 
ese pardo latir inconsistente, 
brotó contra la sangre de algún muro, 
se hizo trueno de oscura certidumbre, 
bogó un poco sin fuerza para arriba
y allí detuvo el lúdico momento, 
ahí comenzó a bajar hacia ese piso, 
sucio por la dinámica del gozo
de tantos tiempos bellos
pero idos...
Demoró, apenas unas horas, 
y al llegar vestido de gotera, 
se dio cuenta que no tenía fuerza, 
 para mojar la baldoza enmohecida, 
y que no tendría voz en ese encanto, 
de epopeya vencida...
 Con el rostro manchado de la luz, 
se hizo sangre de nuevo cuando seca
se ató por fín a su condena hecha de goces, 
pensó más no pensó, pues intuía
que era solo otro actor participante,
con diálogos salidos de la mofa,
no importa que me parta o me divida, 
me estrelle como idiota contra el muro,
y llore por haber salido viva
de la vena del gozo...
El pasado tiene múltiples tesoros, 
aunque deje ese rastro maloliente,
lucro cesante con su vana huella ardiente...
Y una mustia pelea con conserjes, 
bajo la negra mirada de algo enorme,
lágrima resentida de recuerdos
que revive una gris policromía
y la noción incierta de que fue,
pone todo sin piso, 
incluso la perdida y elocuente, 
búsqueda de la paz en plenitud,
en la siguiente etapa
de este cuento...
Voces que nada dictan pero brotan, 
ecos que tras su duda multiplican 
el acuerdo feroz por los axiomas, 
besos que se duplican en su karma, 
para luego morir entre el aroma, 
de una capa callada, una cortina, 
o el sesgo de un renglón que lleva prisa...
Acaso un viento ajeno, inacabado, 
que acentuando otra vida predecía,
me pega duro al rostro, recordando,
 que todos, y otros más, nos mirarían,
cuando fuéramos la huella
del quebranto... 
 
 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...