jueves, 26 de noviembre de 2015

FLUJO ANORMAL.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


PERO HOY NO...


Y tiene nombre
cómo no,
pero hoy solo será ausente,
frío borde de calle,
viejo saco con rotos tirado, enredado después
sin llanto en un cable,
vecino de la cerrada ventana,
eco
pagando exilios no comprados,
fotografía movida
- si es él no se ve,
si es ella,
igual,
alumbra demasiado su rostro
abajo de la alta marquesina -

Tiene nombre,
está sudado ahora
mirando su quehacer sobre la cama,
esos dos duermen,
arreglaron con él desavenencias
y luego arrojan flatulencias
en su desnudo rostro que los mira...
Tiene nombre,
está puesto en sus fotos, en sus cartas,
lacera y cruza todo lo que hicieron,
certeramente,
igual que dos balazos
que hicieran diana por el mismo hueco,
lo llaman y no viene,
es como niño,
y llegan sin que sus dueños las convoquen
esas letras iracundas que lo forman...
cuatro letras infames o divinas,
cuatro que se convierten en dilema
si uno de ellos
sus dueños
a alguien traen,
a conocer la cama,
la cocina,
a mirar el lugar...
con solo que aparezca y le provoque
con la mano probar de qué se trata,
llega este niño amor,
amor sin nombre,
y sin decir más
con todo acaba...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

viernes, 20 de noviembre de 2015

EL TEXTO DE LA MEMORIA Y DEL OLVIDO / Poesía de José Ignacio Restrepo



PACIENCIA 


El libro de amor tiene seis capítulos, 
largos y espejados, 
llenos de ilusión y misticismo. 
Hay una palabra inaugurándolo todo, 
una bella palabra que nada tiene de ruin 
y está allí para alejar los agravios 
o traerlos de vuelta 
y darles justo y mutuo finiquito. 

Paciencia. 

Parece un logaritmo perfecto 
que abriera todas las cajas de caudales, 
o terminara en el momento oportuno 
con todas las tormentas, 
o pusiera un abre bocas  
intenso y verídico 
en la mansa cabeza del que escucha 
para dejar destellos en el pecho del otro
cuando llegue su turno
de mostrar que el yerro 
no es de el solo.

La tomo por las letras de los extremos 
para evitar que se me rompa 
con el cuidado temido y proverbial 
de quien lleva en la mano 
su último sustento 
y la pongo de título 
en mi último poema, 
que obediente espera 
el texto fluido y simiente, 
de algo no dicho aún 
y sin embargo mil veces repetido...

Paciencia.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

viernes, 6 de noviembre de 2015

LOVE´S HURT... / Poesía de José Ignacio Restrepo


ROTO


Estoy en el suelo, reptando...
No sé hace cuánto,
no sé cómo caí, si era alto...
Me palpo,
siento sobre la piel que algo se mueve,
algo brillante, viscoso, está caliente,
debe ser vida que se está saliendo,
debo estar roto,
algo debe estar partido,
el dolor llegará, aún no lo siento,
pero si algo se partió
por violencia sé yo
que va a doler
más allá de los ojos
y la piel...

De pronto se levanta la frazada
y tengo conciencia de un mal sueño,
veo sobre el suelo las cobijas,
al lado hay una copa vuelta trizas
y una fotografía sobre el suelo...
no estoy roto, no sangro,
si me duele...
algo que necesito y aún no tengo
causa un vacío inmenso, 
será el hambre...
Estoy reptando, ebrio, me levanto,
el mareo no me deja
y hallo el suelo...
esa solícita y fría superficie
donde me siento seguro por ahora,
recojo los pedazos del retrato
desde donde tu bello rostro me sonríe...
cómo pude quebrarlo...

Me corto,
hay sangre, es mía...
es brillante, viscosa, está caliente,
sin que lo pueda evitar se está saliendo,
debo estar roto,
ven por favor, amor
es temprano pero...
ven, que se hace tarde...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright © 

martes, 3 de noviembre de 2015

DATO SOBRE LUGAR Y DESTINO / Poesía de José Ignacio Restrepo


SONATA DOS


Cuando las manos se juntan al bailar
casi orando porque nada falle
podemos ver qué somos realmente
una maceta con la llave abajo,
una ventana de donde mirar juntos,
un antes,
un después amanecido,
una mancha que no pudo quitar,
una mitad,
un quejo,
un estribillo,
la mirada atenta en el portal
pues son las diez pasadas
y no llega...

Cuando las manos se juntan en el pecho
siguiendo la música y su brillo
entrelazadamente amantes
y tan vivas,
solo queremos que el murmullo nunca pare,
que el final no sea el de la calle,
que entre los ojos more una mirada
que solo nosotros conozcamos,
reos de amor,
salvados para siempre,
una sonata sincera, silenciosa,
que no quiere marcharse de la mente,
amorosamente repetida,
sentida en todo el cuerpo,
intransigente,
que tarareamos en el viaje en tren,
mientras la mente camina hacia el trabajo
y los pasos nos llevan de memoria
al zaguán del hacer y el deshacer,
al pasillo de cruces y de olvidos
que suman siempre
las horas de vivir
y los minutos que tarde ese regreso...

Cuando las manos se buscan para hallar
la manera sutil, el dulce ascenso
hacia las bocas que aun no saben nombres
ya la música se canta desde adentro
como un fanal de notas imperfectas
que solo allá en calor
se purifican...
los ojos dicen que al fin hemos llegado
a ese lugar que nos produce paz
cuyos sonidos en un milagro ajeno
suelen sonar
mejor que tu silencio....

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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