martes, 28 de julio de 2015

ESTA NOCHE...LLEGASTE / Poesía de José Ignacio Restrepo


PERDIDA
 
 
Que haces lazarillo de la luz
a esta hora impía y en desgracia,
mirando desde esa verja algo oxidada
con esa facha casual de ser gentil
que no halla su morada,
su morada,
su lugar donde el cuerpo reclinar
y los sueños
sin más
dar a volar,
en medio de tragedias destiladas
por horas que no tienen buen final,
porque alguien se fue
de tu plumaje
y no llama o no llega...

Gorrión ya estás perdido,
ya no importa,
igual quédate hoy te doy licencia,
te pongo un poco de agua en el balcón
y pedazo de pan del desayuno,
el viento está arreciando
y eso es signo
que llegará después una tormenta,
por mí puedes quedarte solo hoy,
solo hoy,
y al regresar el sol te vas en vuelo
a dónde,
sabes más que yo mejor
cuales son esos cielos y esos suelos
donde le va a tus alas la aventura...

Se abre la puerta de hierro y ella entra,
con la cara casual y el paso torpe
que tiene quien consigue
quien corona
sin siquiera palabras, con mirar,
el juego de lograr sin casi hablar
lo que ella necesita,
lo que quiere...
un lugar en la mesa ya servida
aunque es una mujer desconocida,
la promesa de un sueño, en la mirada,
y el permiso de más
no sabe cuánto,
cuando pase la noche y llegue el sol,
y sean otra vez desconocidos,
Ėl, el dueño de casa
y ella un triste gorrión,
solo lleno de sueños,
que viene entre un hola
y un adios.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

lunes, 20 de julio de 2015

EL CUERO DOMADO / Poesía de José Ignacio Restrepo



PROFILAXIS
 
 
Después o antes
no existe diferencia
entre ambos o si no por separado
has de llevar a cabo sutilmente
aunque sea uno
uno por lo menos,
de eso que llamamos bobamente
ejercicio de serena profilaxis,
que tenga meta, objeto, buena causa,
un método probado anteriormente
que obre como discreta garantía
para que llegue el después
y viva el antes...

Con la mano extendida
y sin afán
esa higiene de mutua complacencia
que no teme mirar
por eso mira,
y se encuentra en el plexo del haber,
en la frente cansada del soñar
y en ese labio herido
que no cesa de repetir una palabra
ese nombre rival que es el del otro,
ese único y veraz que se pronuncia,
su lugar permanente, el domicilio
donde habita el deseo de latir
en el pecho proscrito
pero amado...

Y este laxo deber de hallar cobijo
en el tiempo gastado en esa piel,
donde duermen los ecos
calcinados
como en una silvestre chimenea
donde vivo se estremece
aún el ayer...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

domingo, 12 de julio de 2015

TELÚRICA MISIÓN DE AMARTE / Poesía de José Ignacio Restrepo



LA GUERRERA



Cortan mi faz los bordes de las horas
y mi inquietud estelar de capellán
cuando he tomado la gota que caía
justo en mitad del labio
para medir esta sed que tiene nombre
cada que abro mi boca
es solo el corte
de tu recuerdo tejido ente mis hilos,
y esos balidos largos sin oveja
cuando mis manos medían lo que eras
 tomándote sin más
de la garganta
como si fuera el único camino
para que abrieras la negada puerta,
ubérrima lección a mi ignorancia,
solo mostaza a granel
y un vuelo sordo,
para tapar el silencio producido
por tus letargos de piel
muy mal dormidos...

Cortas cuando santiguas tu llegada
con concordatos que no tienen dilema,
y mido mi escarceo que aún no nace
entre el filo despiadado de tus ojos,
tanto que veo solo sangre y sal
cuando te pido
sin voz
solo un momento,
y luego lentamente veo brotar
a mi silencio en lacrados filamentos,
pues eso tiene el abrazo entre guerreros
que da la vida
y la muerte
al mismo tiempo...

Nada de algo que no se reconoce
es casi siempre magia al descubrir,
que todo lo inocente que se ignora
trae dolor brillante y mala hora...
pero en un solo instante brota en piel
vestida de jaén y de turbante
y con sabor a miel
la adoratriz
naciéndose en la flor de un bello instante,
en el que descubrimos la guerrera
convertida ante el brillo
de su espada
en una amante impávida que espera
que solo nos libremos de la capa
para iniciar del fuego
la faena
que no teme pelear sin presumir
de llevar escondida
aguda espada...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

jueves, 9 de julio de 2015

ANTE EL UMBRAL / Poesía de José Ignacio Restrepo



ÁNGELES

Y posó el beso en su frente como un padre
que ya hace mucho no da sino de ésos
y la boca le escoce de acidez
sabiendo que los dientes incompletos
son feos al igual que sus dos pies...
La boca aún galante cuando habla
refleja su bondad si es que se calla
y recuerda en su piel que hace años
rubricaba con gracia despedidas
en besos que tardaban dos minutos
y luego solo quedaba tomar aire
pues era menester seguir con ellos,
a veces no llegaban a marcharse
pues el adiós era de nuevo bienvenida
y entrar por esa puerta de salida
era para ambos el único remedio...
Pero ha pasado el tiempo horriblemente
y la boca templada se ha marchado,
de las dos comisuras sutilmente
brevísimas arrugas al sonreír
prolongan estos gestos tantas veces
adornados por la ducha juventud
que hoy parece de engaño contrahecha,
el recuerdo invernal de primavera...
Despedida con un beso en la frente
y una mirada de calor caritativa,
que ella no desprecia pero asila
como si fuera un gallo sin corral,
una hucha de ron de ayer vacía,
una calle cerrada o una herida
que se tarda en sanar sin un motivo,
luego ella voltea y le sonríe
por todas las virtudes que presiente
y le devuelve el beso de la frente
en la mano huesuda fría y llana...
Tienen ojos de ángeles que vuelan
y que hallaron ayer un hueco inmenso
completando la fuga discutida
en la hora compartida del almuerzo,
no pueden bien volar pero lo intentan
con las manos febriles retenidas,
un minuto de voz y otro callado,
para dar este vuelo sin peligro
de novatos atados por deseos
que solo pueden leerse entre sus manos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor
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