sábado, 27 de abril de 2013

MÁS QUE MERECIDO / Poesía de José Ignacio Restrepo



SEÑORA MÍA


Qué te puedo decir,
sin duda me perturba esa mirada
que en manera tan larga
y descarada,
le dispensa un invitado a mi mujer,
justo como si yo no me encontrara,
al frente de los dos presente,
y como si ella por pena conturbada, 
no pidiera perdón por ese idiota,
qué le vamos a hacer,
ha debido beber más de la cuenta,
yo que soy indulgente
en mi pregunta,
lo soy aún mucho más 
en la respuesta...

Ella todo agradece,
la conozco,
me mira prometiéndome un regalo
cuando todos se marchen de la fiesta,
y yo mientras sonrío,
le agradezco,
al fulano borracho sus miradas
que dejaron mi amor de manifiesto,
y me trajeron un premio insospechado
de sus manos, su piel,
sus ojos bellos,
el contorno de enigma de su cuerpo
y ese cabello oscuro
que enamora,
al señor de su casa dócilmente,
y a cualquier invitado que repare,
que aquella que hoy ofrece este festejo,
disfrazada de señora es de verdad
toda una reina de hermosa majestad...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


jueves, 25 de abril de 2013

ACRÓBATAS DEL TIEMPO / Poesía de José Ignacio Restrepo


NO OLVIDES


Edecán sin vergüenza 
el calmo tiempo, 
que está aquí mientras hace las maletas, 
roba las flores más bellas que nos traen, 
lisonjas desoídas y canciones, 
oculta los recuerdos en rincones, 
que después encontramos amarillos, 
como los laudos breves e incipientes 
de aquellos que supieron bien amarnos, 
aunque fueron bien idos a la postre...
Destejados momentos
ya sin clave,
adornados por cosas en exilio,
los caminos que llevan a la casa
tienen mucho de montes y de trinos,
parecen más la selva de mi padre
que se dejó montar lo declarado,
cada rosal un arce, cada palo,
el boscoso sin dueño ni heredad
caprichoso rencor de lo olvidado,
galanteando conmigo y mi pasado,
sobre todo lo tuyo que fue mío,
rendido de esperarme y esperarte,
todo verde y crecido el monte mío,
cada beso entre el más lívido apuro,
y mis manos, ¿recuerdas?
qué buscaban,
apuradas e innobles te ceñían,
sin que tú les prohibieras esa urgencia,
qué me diste mujer
y esta impaciencia,
contra el tiempo, el olvido,
contra todo,
son joyas los recuerdos que tejimos
este brillo exaltado que me deja
que recuerde qué hice,
enhebrada palabra en mi salterio,
verso inquieto que llega como niño
mientras velan los restos de lo otro
contra el muro crecido de camelias,
allá afuera inmenso
en la ventana...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright

miércoles, 24 de abril de 2013

DESDE UN LEJOS ANSIADO / Poesía de José Ignacio Restrepo



DUERMES


Vas lejos ya...
tu sueño, esa mar tibia y ajena,
como servido oleaje te apacienta
y solo puedo escucharte respirar
serena, y turbia,
cansada de este día y sus haceres,
nadando fieramente
es ese mar... 
Estas tomada dormida
de mi mano,
qué seré para ti si vas henchida
de sueños para mi desconocidos,
mi mano quieta
para ti es un ancla,
un referente de piel, tacto, y acaso
un poco de algún sueño cabizbajo
que comenzó hace horas
y ahora es más,
profundamente lejos te posee,
igual que a una estrella
que viajera,
cayera a cualquier hora y se ahogara
muy clara ya le dijo soy ajena,
pero él mirando su belleza desde cerca
 la hubiera convencido de dejar,
el pasado allá lejos en el cielo,
para poder emprender los dos el viaje,
no importa a dónde
solo lejos, muy lejos
de este ya...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright

lunes, 22 de abril de 2013

PARA EMPEZAR, EL MAR / Poesía de José Ignacio Restrepo






LA PLAYA


 Icónica expansión hecha palabras, 
a la palabra filial en esa estampa, 
superpusiste egregia tu finura 
de amante equilibrista aventajada, 
y lo trajiste de vuelta, vivo y puro, 
a tu amor de la brida en el recuerdo, 
caballero de tu horno y de tus predios, 
con nombre enjaezado a tu calor,
 a tu vientre letrado, a tu estupor...
En tu rostro se lee declarado
ese dulce recuerdo de hace años,
tú con él en la playa disfrazados
de desnudeces heroicas, perfectas,
la piel que era tan simple se volvió
una manta completa y los cubría,
el cielo y esa mar embravecida
hicieron de testigos a esa hora,
cuando no hubo pudor delimitando
aquello que el amor urgía tanto...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©





miércoles, 17 de abril de 2013

A LA HORA DEL CAFÉ / Poesía de José Ignacio Restrepo


SIN ACRÓSTICO


Dirás
seguramente
que es mentira,
que corresponde solo a mi delirio,
a ese afán de nombrar lo inexistente
fabulando y armando con palabras,
que el fuero declarado de escritor
me dota sin ayuda ni muleta
de musas distintas al silencio,
y otras que ya tengo capturadas 
y como harem me soplan los poemas
en los quicios más acá de la memoria,
y sin duda sin saber, amor, aciertas,
tengo acuerdos de oro sublimados
para hacer de este sencillo tratamiento
un fugaz y perfecto cace justo,
sin que estorben los dados que no tengo,
ni esa luna que no acudió de día
a una falsa redada en plenilunio...
Pero debes ceder, y no al contrario
que someto lo que hallo sometido,
aquello que por piel encuentre ungido
tiene la boca mía puesta encima,
antes fue la mirada inquisitiva,
y un poco más allá mi pensamiento,
tienes la culpa tu, mujer perfecta,
las rosas que te dejo en el umbral
en forma de palabras, luz y tono,
se vinieron pegadas de tus ojos,
y de esa otra adorada facultad,
que yo llamo feliz cual cosa mía,
tu bendita bondad de hacerte amar...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

sábado, 13 de abril de 2013

SUELE PASAR... / Poesía de José Ignacio Restrepo



EL ENCUENTRO


Mirarla ser de otro, cascabel,
danzando enamorada, efervescente,
verla tomarlo a él con ambas manos
del talle como a un árbol fiel que crece
que sabemos que es nuestro así lo corten
así lo puedan ver también los otros,
es un bello regalo, en cualquier vida,
un gesto que me dice y que me calla,
que invita a que convide, y los salude,
a que festeje la bella coincidencia
y generosamente salude a la que fue
por decir de algún modo
mi mujer...
Saludar, 
tomarlos a los dos como si fueran
hermanos que no veo de hace tiempo, 
 - la vida trata bien a los que quiere -
viven cerca de aquí o vacacionan,
¿y los niños?, ¿son dos? ah, parejita,
tienen suerte de contar con bellas suegras
que los puedan cuidar para que salgan,
un tiempo de solaz es necesario 
para darnos aquello prometido...
Ella mira mi boca, lo hizo tanto,
él no deja de ver mi tez morena,
ambos tienen las manos aferradas,
se ven bellos así, no queda nada...
Caminamos conversando 
lo divino y lo humano resumido,
ya se van, yo me quedo, lo esperado,
los abrazos, los besos, vuelvan pronto,
no olviden que aquí tienen un amigo,
se les quiere de veras...
Ya se alejan...
Puedo verla voltear para mirarme
una última vez no es por alarde,
pero lleva en su rostro esa sonrisa,
no podrás olvidarme, 
en silencio tomada de su mano, 
atrincherada en el hoy ante el ayer,
me recuerda que fuimos más que amigos,
compañeros de almohadas y de cama,
su sonrisa feliz me dice ardiendo,
lo que lleva el fulano fue muy tuyo,
 insistiendo, susurra lo que pienso,
nadie puede afirmar que no regrese
por el resto de lo bueno
que me diste...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

jueves, 11 de abril de 2013

LA PIEL TIENE VOZ Y RAZÓN DE SER / Poesía de José Ignacio Restrepo



ARDOR


Ardor,
piel que trashuma tiempo y prisa,
eligiendo el envés de mi camisa
como lugar de conjuro y domicilio,
hacer que el bardo silencio grite anhelo,
hacer que venda confites de consuelo
si ella mirara mi foto largamente,
esa que me tomó en algún invierno
cuando me iba sin ella hacia otro sitio,
en ese muelle azotado por el viento...
Ardor que sentenciaste sí mi olvido,
tomaba fuerza de algún perfume nuevo,
y declaraba por cosa innecesaria
todo lo bello que el azar nos trajo,
si yo y mis manos aliadas para el crimen,
y un par de cajas cuadradas de zapatos,
guardaban esos recuerdos alejados,
por tantos días ya puestos en los cuerpos,
el tuyo veo no cambia en mis recuerdos
mientras el mío sin mi venial permiso
ya se destempla sin pena ni complejo...
No soy un criminal aunque sospeches
que persigo momentos desleídos
con personas de inquieta procedencia
para dar funeral inmerecido
a nuestros bellos juegos de regletas,
nuestras mañanas sin vino aderezadas 
por esos juegos sin nombre que llamamos
sinceros bautizos que las manos
hacían felices de todos los lugares,
mientras ardores sagrados y sumisos
volvían sales a los cuerpos que sudaban,
todo ello ataviado y con licencia,
esos juegos que ahora no poseo,
los que el mítico tiempo relatara
como sagrados y bellos...
No puedo demandar de ti lo mismo,
ignoro hoy tu lugar de domicilio,
pero prometo,  las cajas de zapatos,
y esas más grandes de enseres ya dañados,
yo mismo iré a botar a dónde sea,
pues si le diera ese sitio a tus recuerdos,
allí se irían también juntos los míos,
que a solas tengo para dar sentido
a estas letras de emoción
y ardor por dentro...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


martes, 9 de abril de 2013

PULSACIONES CON SENTIDO / Poesía de José Ignacio Restrepo


GRATA AL OÍDO


Terminé viéndote, 
completa sin tus risas, 
sin tus notas, alhajada de pianos, 
con estrellas colgando de tu pelo,
 sentada mientras lustras unas botas, 
llegadas en mis pies de guerras crueles, 
que no sabían nada 
de qué bronca peleaban, 
ni del fragor de ademanes 
ahora extintos, 
como uno afamado y que no sobra,
ese lindo y sucinto bello abrazo...
Tome sacra tu piel por templo ido,
tantas veces que me fui
de tus distancias,
me desnutrí de ti, morí de ansias,
tantas noches funestas malherido,
y creí reparar con el olvido
la ausencia de tu mágica fragancia
pero no fue posible,
de tu piel y tu voz soy instruido,
de la paz de tus ojos penitente,
y lo ignora la gente...
Vuelto soy,
solitario y recobrado,
en el hombro difuso que es tan tuyo
hoy mi rostro agrietado
pongo, apoyo...
Y lloro por este mundo calcinado, 
que no sabe mirar lo disponible, 
y crepita entre el fuego y entre el hambre, 
por lo iluso, lo que luce intrascendente, 
a mis ojos de amor, de amo lacayo...
Por mi lloro,
claro...

Terminé viéndote
directo y a los ojos,
convocando el trino inmenso de tus labios
que en los míos se jactan de ser pan,
de tener en su insípida propuesta
la ferviente y gentil habilidad,
de hallar esas ya míticas respuestas
que los doctos y sabios
nunca pueden,
no conocen y harto que bendigo
que seas reverente a mi destino
con solo mover rápido tus labios,
de ese rojo turgente, embelesado,
que por estar callado
jamás miente,
hinchas mi porvenir de galas fastas,
y cuando me miras haces entremeses
de mis ávidos labios que te extrañan,
como el vino a la boca declarada,
su libada sincera heterodoxa,
en la paz o en la guerra,
lamedora,
venturosa asistente en la quimera
y en el minuto corto
reina y diosa ...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

sábado, 6 de abril de 2013

ELLA SABE...ÉL NO... / Poesía de José Ignacio Restrepo



A SOLAS


Unces plegarias 
cercanas a su oído, 
cuando el amor termina 
para estar por fin dormido...
Unces pasos que no has dado todavía
caminos que habrás debido recorrer 
en tus sueños de mujer
amada y tibia
pero no ha sido ayer, 
ni hoy lo es
acaso en mayo...

Unces temores 
como collares silenciosos,
y el amor se silencia adolorido
tu querida, adorada de un veraz
recordado de tu nunca y tu jamás,
olorosa en la cama
encadenada,
como un suave  manojo de camelias 
que aromaran sin estar sembradas...

Unges
con tus hartazgos viejos, albos,
atascados como maderos solitarios
tus manías que se fueron con sus besos, 
que sin embargo se buscan en rincones
como lo hacen tus manos ateridas, 
sabedoras de que el sueño no pregunta,
simplemente te acoge, te oye, se unta 
él te abraza, te puedes ir con él, 
¿es posible mi bien...?

No es posible 
pues él ya se ha marchado....
 noble amor que te habla desde atrás
te lo trae su viento caminante,
lo pasa por tu cara cual fermento,
con su seda en el guante,
y te dice que es él, te lo repasa...
como boca que siembra un universo
en tu piel a las dos de la mañana, 
en mitad de la espalda,
acariciante,
que se mete para siempre 
entre los huesos...
santo beso de amante...
aunque ya nada quede
allá adelante...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

jueves, 4 de abril de 2013

POLÍCROMA SEMBLANZA DIURNA / Poesía de José Ignacio Restrepo


TEOREMA SAGAZ


Mi alma tiene capa, es la verdad, 
soy heredero de reinos en discordia, 
mis plantares semblanzas tienen callos, 
y cada una musita una alabanza, 
a los festivos dardos que me esperan...
como a ti mi princesa...
Haces gala de volar con fina escoba, 
con tu frente tan ancha como sabia,
y tus mapas a lápiz de la luna
donde nunca existieron malas brujas 
solo rastros de hadas, y liturgias,
que labraron en huecos sigilosos
disfrazados de guaridas para osos,
eres igual que una estela de color, 
una maravillosa roca en flor
que al tacto es algodón
tímidamente...

Conciencia secular de superhombre,
latiendo como íncubo de liebre,
me prefiero hortelano aún sin nombre,
regidor de canguros en un parque,
estatuto perdido en un glosario,
regente de demiurgos sin teatro,
hotelero de carpas en la playa,
seguidor de lectores de Platón
que hagan hoy oración adolorida
desnudos en la playa por un día,
asumo que es mejor ser jardinero
vendiendo mi saber por dos denarios,
en jardines de damas que me miren
como a un hijo perdido ya hace mucho,
en la guerra sin nombre
del olvido...

Soy acaso maestro de mi mismo,
perdonador, a veces perezoso, 
apenas hace horas, es decir,
en el día de ayer, hace seis años,
cuando en un delicado antagonismo
a mi rostro privé de su bigote,
la capa decidí dar por perdida,
y entonces recalé en puerto seguro,
lo digo sin dudar y con orgullo,
dejé ya que las letras me invadieran
y ahora llenan todo en esta casa,
mi estupor, el cajón de los olvidos,
el balcón de begonias desnutridas,
la juvenil cocina, el baño sacro,
la lámpara eterna
y mi mesita...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©





miércoles, 3 de abril de 2013

A ESA HORA ESPECIAL, NO PASA NADA / Poesía de José Ignacio Restrepo



DESDE EL JARDÍN


Entre el jazmín
que alienta en mi jardín,
prendido entra de la mano de algún viento,
es vuelo espejado de recuerdos 
desvaídos, pero vivos finalmente,
me enrejan,
y a verlo me aproximo,
ramas de mango que bajan elocuentes
para abrazar rosales ya crecidos,
y alguna penca invasiva
que se enrostra,
entre los otros cual alma seca y triste,
como hacemos nosotros ciertamente
al juntar en los días reticencias
y amores enjaulados y agredidos,
en el mismo almacén,
allí hermanados,
tomados de algún peso, alguna zarza,
hechos de nosotros, casi amigos,
pero no consentidos son entonces
habitantes de más e indiferentes...
Me miran las matas de mi madre,
sobreviven serenas al descuido,
con placer descubro itinerantes,
tomados vitalmente de los muros,
contra esa frondosa independiente,
bestial enredadera enorme,
que ha tomado la pared por fortaleza,
esto parece de verdad mi propia selva,
tiene ya la entereza del que vive,
exceptuando la forma y la bajeza,
de esa falsa armonía utilitaria
que predican aquellos que describen
a la diosa belleza sonriente,
esclava de una excelsa perfección,
que no guarda ninguna relación
con la madre de todo,
nuestra madre,
contenida en un ojo
haciendo al mar,
la gloriosa vestal
naturaleza...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 1 de abril de 2013

ENTRE AROMAS DE TI / Poesía de José Ignacio Restrepo



EL ARO


Resguardado 
de la piel parda del hambre
del olvido infeliz que mata todo,
de los yugos que tienen los que sueñan
amar y trascender viendo la carne,
sigo los pasos de ayeres inconclusos
para forjar ardientes poesías,
ya sé que mienten los ojos que yo veo
-viajan ya muertos entre el casto tiempo-
pero si estás latiendo
pensamiento,
¿cómo puedes vivir si ya moriste?,
¿cómo lates en mí, ardes en mí,
si lo que tengo en mí
tu no me diste?
¿Qué dios pequeño amor,
sos y revives
que del pasado me llamas y me traes,
oropeles, jazmines y dedales
para jugar conmigo y mis azares?
Una dicha perenne e incompleta
que no retire nunca de mi voz
el deseo de verla sostenida,
como un arpegio dilecto en si bemol,
una dicha sin nombre
disuadida,
de llegar a nosotros y llamarse,
que solo quiera por Dios,
apretujarse,
habitar en nosotros
y olvidar lo que en otros ella causa,
esa carga que duele
y que lacera...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...