viernes, 28 de febrero de 2014

CADA NOCHE AFUERA, DENTRO TUYO / Poesía de José Ignacio Restrepo



DEL JARDÍN Y LOS FRUTOS


Ósculos derivan por la piel
cuando ya te has marchado
sin marcharte,
yaces entre Morfeo que te mima
del lado de mi piel que ya te extraña,
mientras rojos en rosas cicatrizan
en mis ojos que de ti estaban urgidos,
migran ya sin la prisa del cansancio
hacia sueños baldados
que no fueron...
Pero no puedo dormir,
tú no me dejas,
es tan próxima tu clara compañía
que dudo de saber si apenas tuve
todos tus atavíos, tus organzas,
los olores maestros, y sus fuentes,
y esta mi catarsis de lamento
vale cada momento, y el tesoro
de poder recordarte 
vale oro,
vísteme posesión con tu belleza
allá entre tus sueños que no veo
quiero ser transeúnte desalmado
que no tiene una meta de llegar,
quiero que tú me lleves al lagar
donde haces tus rosados alimentos,
y poder de tu mano ser yo boca,
hogar de cada insumo y su sabor,
despierta,
yo no puedo así dormir
doblegado por tu miel
y su recuerdo...
No puedo ni gritar ni precluír,
de este pedido justo en cada noche,
entonces me visto yo con tu sueño,
le coloco botones de quimera,
veo al sol que ya brilla en su portal
y el jardín del deseo te condona,
ya vendrá esas noches otra vez,
con minutos de táctiles tareas,
sin florales crepúsculos que nieguen
el deleite ya amado por tu piel...
aguas que buscan fuegos
más abajo,
aguas que lavan solas soledades
que salvaron recuerdos de lugares
que quedaron atrás,
desnudos de nosotros y sin fruto,
tan distintos del hoy
en el que somos ambos
un manjar escondido
entre el fruto adobado de estar vivos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

jueves, 27 de febrero de 2014

ECOS DE AMOR INESPERADOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


SERENATA


El vaivén de su rústica entonada
tiene piel engarzada suavemente
de otras noches, de deseos de clientes
que ansiosos esperaban como en vilo
que la toque,
que no deje de tocarla,
que alguien de los que escuchan
se las pida,
esa hermosa canción inolvidable,
ese tema de amor,
esa llamada...
Rojo es el corazón cuando allí empieza
sin que nadie la espere ya al final,
como bolero que a todos convoca
los solos, los amados por igual,
mientras ella sencilla tararea
el tema favorito de sus padres,
son ellos,
son los héroes de la cuadra,
la voz como una sola de esos quince
que le hacen serenata a una doncella,
revive en las ventanas esa luz
que hacía horas estaba ya apagada...
Yo nunca había visto a la muchacha
hasta ahora en que le hacen su homenaje,
la vislumbré sonriente, acalorada,
vestida en una fiel levantadora,
y ese chal hermoso
de su madre,
prestado para el frío de  esta hora,
yo desde mi ventana entre dormido
me dispuse a partir así la noche,
y aquellos doce temas que tocaron
levantaron mi amor
de los rincones,
y le dieron ternura a aquella cama,
que está sola y vacía,
mustia y fría,
desde que yo la eché con mi conducta,
después de hacer tres años de pareja,
nadie muere de amor
a uno lo matan,
y esos bellos mariachis que ahora cantan
muy bien me recordaron lo que hice,
bendita serenata que revive
en una noche triste
la esperanza...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 26 de febrero de 2014

DESCONTAR VESPERTINO PARA VERTE / Poesía de José Ignacio Restrepo


ABRIENDO LA TARDE


La llamada,
volver a oír su voz
dejada con lazo en la mañana
como un regalo dado por un hada,
a ese dormilón que le abre un ojo,
y le da su sopor de despedida,
pequeña alma herida que se marcha,
a ese otro hogar que es su oficina.
Ha pasado igual el mediodía
y bello es encontrarla con su risa,
así sea en el cable color beige
de ese auricular que hace de puente,
preciosa alma henchida de bondad,
bella esposa querida, bien amada
que llamas al hogar donde estoy yo,
cuidando lo que amas
y esperando,
a que lleguen las siete de la noche
y vuelvas con tu risa cantarina,
aunque se oiga cansada,
mi princesa,
asida de tu piel y tu mirada
que muestran cuán pesada es la jornada,
y cuán valiosos son estos momentos
testigos hacedores de lo nuestro,
mensajeros que hacen la promesa
que guía nuestros pasos desde siempre,
llamada dulce amor fiel esperanza...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 22 de febrero de 2014

A ISABEL MENDIETA, POETA DEL AMOR / Poesía de José Ignacio Restrepo


DULCE MENCIÓN


De esta pasión sentida, 
omnipresente, 
que describe tu boca sin palabras
de manera discreta, mansamente, 
entre sendos pudores y recuerdos, 
habla la luz al negro de la noche, 
cuando en el alba comienza a florecer
otro día sin él,
por él perdido...
Anda, asoma tu rostro a la ventana,
recuerda cómo era quien feliz,
tomó todo lo tuyo y lo perdió
en jugadas sin tino ni carisma,
recuerda que dejó ir la quimera
que genuina en tus manos le ofrecías,
y verás como crece tu valor,
de esa apuesta infeliz
por él perdida,
cómo del suelo sucio resucitan
esa fidelidad de tus sentires, 
que no están muertos aún se vean tristes, 
que bien sabe querer el corazón 
cuando de adentro 
habla un amor triste...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 21 de febrero de 2014

MIENTRAS DUERMES / Poesía de José Ignacio Restrepo


TESTIMONIO


Que no diga el hoy
ni por error,
que voy perdido en brazos del ayer,
ni que calle por cierto menester
no conocido de tu piel
ni tu misterio,
para que pueda yo mismo complacer 
algún recuerdo que no recuerdo quien 
ha puesto allí donde conmigo moras,
tanto si estás
como si me abandonas...

Que no diga
el temblor o la nostalgia
por ver las señas ornadas en mi cuerpo,
si en la parada del céntrico autobús
veo ese rostro, tan igual a alguna
que bien no engaña a la sola evocación,
y antes construye en un instante apenas
en mi alma grande esa historia bella
donde yo vivo y suspiro sin que veas,
pues no estás tú ni en todo,
ni en un poco,
o la mitad...

Pues no es verdad,
yo vivo del presente,
de tus dos manos, de tus ojos, tus caderas,
del dulce paso cuando corres en mi busca,
o ese lastimero si me voy sin ti,
de los minutos del día que recorro
con esa meta de volver corriendo,
debo contar que llegan sin pedir
esos recuerdos gastados de otro tiempo,
que yo agradezco pues aquí llegué,
a todos por completo yo los miro
pues me trajeron
a tu alma cantarina,
hasta tu cuerpo lleno de sonrisas
que es como un puerto,
como un muelle sagrado,
para esta gitana ansia de viajar,
para este sino inmenso de volar,
que entre tu mar
tiene asiento sereno,
y entre mi cielo
llovizna de verano...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 16 de febrero de 2014

LETRAS QUE COMPRAN DÍAS, AÑOS, VIDA / Poesía de José Ignacio Restrepo



LO QUE DICE 
EL PAPEL


Hoy quiero dedicar letras humildes
a ése que se extingue de inmediato
cuando los ojos turbios de emoción,
terminan de leer la última letra,
quiero que sepan que a él le debo
todo,
lo que hoy habita y vive pecho adentro,
lo que hace latir mi corazón...
Quiero manifestar que es como un ave,
que tiene vuelo corto pero eterno,
o como ese farol que alumbra el paso
justo cuando es peor la sombra inmensa,
y que tiene del querer gentil proeza,
así sea una letra la palabra,
que le dice al que lee que le quieren,
que le llevan adentro al alma viva
como deuda de amor que huellas tiene
de su voz, su presencia,
su osadía...
Recado,
que no eres carta larga,
que no tienes detalles extendidos,
que no defines nada ni suplicas,
pero tienes de piel ese pedazo,
sacado de los ojos y del alma,
donde el dueño distingue quien lo envía,
quien le tiene prendido y no lo suelta,
quien perfume le puso de alma limpia,
de la letra inicial que dice amor,
hasta esa final que dice siempre,
desde un tiempo de ayer
hasta el presente...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 12 de febrero de 2014

ELLA SE SABÍA ESA CANCIÓN / Poesía de José Ignacio Restrepo



VERLA ALLÍ


Quejas del plexo, 
haciendo que del pecho siempre nazca 
el primero y el último latido...
Vanguardia de los ayeres que sufriste, 
el alba que necesita de tu letra, 
que en grávido silencio fiel te asiste,
pone sangre en la pluma
mientras miras,
servir en cada letra luces nuevas,
sueños que hacen brillar allí en la estancia,
elevados motivos nunca vistos
o aclamados sin cítara ni canto
por ese corazón que fiel te lleva,
cual tierno lazarillo de su mano...
Búscala en un recodo del pasado,
para poder reanimar
lo que está muerto,
deja que tu cerebro se abandone
 a la canción cantada tantas veces,
que parece que ya nada te dice,
cuando guarda en la letra
ese secreto,
dónde está, qué la hace conmoverse,
cómo puede esperarte en esa calle
hoy, cuando llegue el bus de tu memoria
y la veas tomando inesperada
el metro en la estación agradecida,
desearás que tus manos
lleven flores,
e ilumine en tu cara esa sonrisa,
que ella hizo nacer alguna vez
cuando viste en sus ojos las caricias
que su piel prometía, y cumpliría...
ese día perdido en tu memoria
que una canción hoy hizo
devolver...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 7 de febrero de 2014

SIN SEÑAS DE LA AMIGA SOLEDAD / Poesía de José Ignacio Restrepo



MARIPOSAS


Esa ilesa pregunta de tu ser,
enjaezada en bocas, almas, penas,
de bardos, de indecibles soledades,
noches, mares inmensos, inquietudes
que han nacido, de ti y a costa tuya,
bogando entre penurias inclementes
muriéndose con las horas sin hacerse,
alzándose de ti y hasta otras cosas,
hacia gentes de nombre ya perdido,
alimentando rostros sin memoria
cuyo destino ya no es conocido...
Cómo se nutren luengas soledades,
buscando en el calor de untar sus cuerpos,
expandir ese brillo tan hermoso
de sudores con nombre y apellido,
dando término al tácito silencio,
que de arena o de fango los cubrió
y ahora nutre ese sueño desatado,
de dar fin a ese frío sin remedio,
que desjuntó los cuerpos, los deseos
 y con brío a los labios los ató...
Y tu voz de esplendor que explica todo,
ese irse y volver tan desprolijo
de días y de noches casi muertos,
de días y de noches largas,
donde no nos veíamos, ni olíamos,
era eterno sabernos por ahí,
doloroso y eterno bien lo sabes,
y también el sabernos sin aliento,
porque el nuestro tenía cálidos caminos,
nombres propios para iniciar en cada día,
y larvas vivas del amado siempre allí,
entre la piel y los ojos ya nacidas,
listas para volar cual mariposas
desde el osado estómago que salta,
cuando me des la cara como hoy
esta feria de intactas mariposas,
brotarán de mi vientre y de tu pelo,
acatando la vida y el amor
y olvidando los duelos,
por no tener al otro tanto tiempo
en la ilesa pregunta de la boca,
sino solo en el tácito silencio...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 5 de febrero de 2014

ESTE SUEÑO DE DOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


CUÁNTAS


Cuántas veces, mujer
 tú dime cuántas 
yo posé mis manos sudorosas
sobre la piel turgente de tus senos
o sobre el vientre tenso, esperanzado,
o en la envolvente curva dilatada,
de tu diosa cadera mi mirada,
cuántas, ninguna ha sido repetida,
cada una fue nueva, diferente,
delicioso visado hacia tu centro
que no sabía cuando llegaría
la cadencia genuina de mi aliento,
en volcánico salto ya anunciado,
para quitarte el aire, ese sustento,
del cual ya poco tengo por tu vida,
pues lo dejo entre ti,
señora mía,
para seguir viviendo...

Las horas que pasé de imaginante
soñando con placer cuando sería,
las devolví con creces cuando supe
que tú de veras eras, que existías,
entonces concebí mapas y fuerzas,
para tenerte y hacer que tu quisieras,
pero perdí la cuenta por tu causa,
sonreíste al saber que yo trataba
por todas las maneras de tomarte,
cuando hace tiempo ya habías renunciado,
a oponer alguna resistencia,
pues tu mujer amada me soñaste,
de la forma que soy y que no soy,
antes aún de habernos conocido,
qué ciencia nos guió, sabio milagro,
que se hallaron sin culpa nuestros pies
andando en un camino no prescrito,
cuando ya era un ensueño nuestra vida,
y se soñaban al pie los corazones,
como si fuera yo aire y tu montaña,
sangre cerrando heridas del pasado,
amuleto que vence algún estigma,
medicina de anciano boticario,
para qué vamos a contar o a recontar,
si es un sueño nuestra tibia realidad...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 1 de febrero de 2014

EN SOLO MEDIO ROSTRO / Poesía de José Ignacio Restrepo



UN MOTIVO DE MÁS


Vos también la has mirado,
entre apacible y hosca,
como se mira el roto sobre el mimbre
de un mueble que has usado
y has querido,
la has visto construirse sobre el rostro
un mil veces seguidas sin quejarte,
y has querido sobre ella
apresurarte,
diciendo una palabra que la ciña,
que la ataque por sorpresa y le dirima
otra razón perdida para estar,
atrás, y no como hace, aparecer
sobre el rostro obediente
y dadivoso,
que tantas veces manso e indulgente
quiso darte señales,
unas cuántas,
tareas para hacer en mejor modo,
consejas sin palabras que entendieras,
sin crítica más llenas de mensaje,
novedades perennes de mi espíritu
que yo no puedo ver,
o a veces sí,
por mi egoísmo agnóstico y sin culpa
que vive reclinado en mi pasado,
ese angosto canal, donde has sufrido,
donde también viviste,
y fuiste...
Vos también la has mirado sobre mi,
lacerada y compleja, inconsecuente,
como queja  de niño que elocuente,
debería decir pero no dice,
esa media sonrisa de mi boca
que tanto has recorrido con tus labios
sin siquiera saber que allí se posa,
mientras te amo yo más,
un hada generosa con regalos,
mientras te hago alegrías que no ves
y te dejo un motivo silencioso
para que me ames más
y yo querer...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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