jueves, 27 de agosto de 2015

SÁBANAS LIMPIAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



SIN TÍTULO
 
 
 
Y llega luego el gesto interno que me dice
que es hora de gestar el algo en la palabra,
mudo a mi lado ronca el silencio con frío,
parece un monzalbete que durmiera su siesta
justo antes de tirarse a la vía del tren
pues le llegó un mensaje, una corta misiva,
donde dos veces dicen que no tiene futuro
y que de nada le sirve que busque en el ayer
lo que amó, lo que dió pues son lujos perdidos...
Calefacción me pido pues el frío me llena
y la piel que tenía para estos efectos
ha menguado cual zapa cuando hubo luna llena...
la enciendo y luego meto mi cuerpo entre la cama,
con la botella a medias en mi mano pagana
y en la santa ese libro que apenas empecé,
luego en un dos por tres el cuerpo entra en calor
y siento ese motor, particular, constante
que me pide que espere, que no tarda, que aguante,
que ése día es hoy, que hoy rige la vida,
que esta noche es la noche de las caricias tibias
del desdén olvidado y el afán generoso
de darnos el calor que tiene cada uno
esperando en las manos...
 
 El sonido en el baño me dice que se arregla...

La promesa lanzada, el vino sin abrir,
las dos copas silentes, silentes y aún limpias,
el libro ya en el suelo sobre el peso doblado
con la página herida pues nunca fue leída,
y el poeta dormido vencido de cansancio
con todo por hacer y el sueño desbocado...
tiene ese rostro infiel que a veces reinventa
cuando chupa una menta y escribe de la vida,
con nombre de mujer y gozando a escondidas...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 25 de agosto de 2015

NO SIN ANTES DECIR.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


A DIOS LO QUE ES DE DIOS 
Y AL CESAR LO QUE ES...
( a mi amiga Maria Alejandra Fuenzalida )


No llega la petición como novia que ama,
colgada del brazo y atenta a la palabra,
no llega,
y el deudor detiene
el paso morador del silencio
que hace siglos hizo par con la palabra,
aunque no lleven al cinto armas de duelo
sino fervor de vida
y lisonjero,
fervor de siglos postrados ante dolosa historia,
que hace sitio en la piel
y mueve el rojo a los labios
que tiene su hangar allí
su acápite evangelio...

No llega,
pero eso no es hueco en la escalera,
ni tampoco baranda rota
ni perdida serenidad
sin rostro,
o río cruel de nacerse y al rato verse seco
sin dejar de mirar el mar de otro...
pero ya,
el poema...
viértete 
que eres más cascada viva
que domicilio de embargo entre cisterna...
Que no tiene al final mora o repaso
pues es nuevo 
como tatuaje que en el brazo
dijera con la tinta
todo...
todo...
que es bella su palabra
y su silencio prosélito valioso,
y del sereno pecho en donde nacen
los latidos también son rojo fruto
y todo el que la lea
la enaltece,
y en silencio la ama...
qué le vamos a hacer...
vestida como viene su palabra,
como novia que ama...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO

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lunes, 24 de agosto de 2015

JUGAR ESCONDIDAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


OBITUARIO FALAZ
 
 
Y el sentido tocado, 
el tacto en la distancia 
disparando dardos sin veneno...
al contrario, 
puntas hechas de lava de verano, 
gentiles y rendidas súplicas 
hechas con aroma de tu aliento, 
cuando ya la botella de anís 
anuncia por su terca transparencia 
que el licor de tu cuerpo 
se ha acabado...
...debí dejarte amor, 
cuando te me partiste, 
una loma pintada 
de fuego que era sangre....
de otros mundos paralelos 
que se duelen de este...
tus hermosas palabras 
abriendo cielo y venas 
para que las cantásemos, 
cuando vuelva a la boca otro sabor 
y no este, 
de sangre seca y muerta, 
de mentiras ansiosas de servir 
como red para mentes sinuosas
que no quieren morirse en el vacío....
El sentido recatado y sublime
enseñándole la puerta a mis pasos,
debí dejarte
amor,
cuando el pulso era firme
y el verso me bajaba la bragueta,
en la mano de nadie que seguía lo prescrito,
cualquiera,
que me llenaba sin pedir
y cuyos ojos decían del amor
más de lo que los tuyos dicen hoy...

 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 20 de agosto de 2015

RESTAS SUMAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


CALLE CANCIÓN


Lo que das ya no es tuyo,
esa selva de abrazos al regreso
progreso ya no tiene 
mas que al lado de allá de la pasión,
tu joven corazón hiede a sufragio
si busca multiplicar desde la suma
y no hará más que restar
si talla brumas
en el cielo apogeo de su voz,
delito es posponer el débil trance
haciendo una balanza por ganar,
aquello que se da
no lo reproches
para que ella regrese por las noches,
es el curso, el asunto, la cuestión,
el balance no dura ni un segundo
y es mejor revertir a esa secuencia
poblada de cien ires y venires
que no reinan,
lo sabes,
no regresan...
desequilibrio al fin llena las manos,
carente es la tierra humedecida
en la mano callosa y perjurada
del sapiente hortelano,
que al final de la hora agradecido
decide orar no por ser nacido 
sino porque tal vez no sabe nada...

Tan diverso de vos...
también de mi,
que echamos porvenires en la noche
en la alcancía de reproches redimidos
mientras hacemos amores predispuestos,
de rangos inexactos,
amoríos,
con conocidos extraños,
con parientes tacaños,
con esposas que tornaron en filiales
al volver ansiedad en dicho y hecho...
y por dentro mantener la reverencia
por algún loco amor
que murió joven
tirado en la avenida alguna tarde
mancillado por la mano que decía
con su gesto de adiós
la profecía...
fue esto lo mejor
y lo metí sin pudor a la alcancía...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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jueves, 13 de agosto de 2015

RECORRIDO SILENCIO HECHO DE VOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
RESURRECCIÓN
 
 
Todo lo sabes de mi silencio testarudo,
ante mis propias preguntas
sobre la turbiedad de las razones
y el alquímico paso inocente del olvido,
obstas al resumir tus argumentos
llevarlos hasta el punto vigoroso 
tras la frase en que nuevamente callan...
no sé, dame amo precioso unos minutos...
y yo como ramera le concedo.
Dale, mis piernas son muros conspicuos
desde donde avaro puedes asomarte
para ver las maletas donde guardas
todos lo mapas, todos los deseos,
el curso de los pies enfebrecidos
que partieron de alguna extraña piel
al placer buscando un raro día
y llegaron tan mal encaminados
botando el destilado y puro semen,
como si fueran letras del mejor
escrito hasta el menguado día de hoy...
 
Y callo como Lancelot herido
que ve llegar al resto del equipo
y no puede con poco esclarecer
lo que toma sincero todo un libro,
el torso, las dos manos, el cabello,
el teatro completo de lo mío,
sirviendo en catapulta como un grito
para dar un segundo mi pregón,
y si puedo vencer, comunicar,
conseguir que me entiendas por ventura,
seremos del amor historia pura,
diáconos al servicio de la piel
y entonces saldrá la hiel apretujada
entre ahorros fornidos que tuvimos,
liberándonos a ambos del remedo
de este amor de intocables y sufridos,
que herimos con nuestro hermoso sentimiento
y el del favor del tacto no invitado,
el tacto gallardete enamorado
que tocaba la puerta y no le abrían,
que tocaba la cama y se dolía
de solo conseguir errar altivo
ante el amor del otro que dormido
lo botaba hacia afuera de la cama...
ese mundo adorado en solo un cuadro
que soñábamos reino para el cuerpo
y solo fue el quehacer del ermitaño,
cada día del mes, y todo el año
hasta que mi silencio derribó
tu sonámbulo sueño, tu calvario,
y te trajo de nuevo resurgida
a mis manos, mi vientre, mi decencia
furtiva dama hecha de saliva,
brillante porque pude descender
al limo de la fe que presumía
de ser tu calma esquiva...
y regar el vergel
donde ahora mismo capitula
abriendo sin temor su amada entraña,
las piernas que solían ser dos muros,
para que sea albergue de mi boca...
 
 
 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©



lunes, 10 de agosto de 2015

LOS REGRESOS SE CUBREN CON TU SOMBRA / Poesía de José Ignacio Restrepo




LETRAS SALINAS



Que las heridas gemelas
curtidas de ser beso una de otra,
amigas de la ardiente sal de ahora
que tiene en tu piel su campamento,
como tu verso y su eco,
suelan ver en ese mar que habla de ti
cal convertida en letras que navegan
en un curso de ahogo prematuro
repintando muros sumergidos,
tristes y altos sumergidos muros,
cuando la única verdad cierta y posible
es que forma repetidos asteriscos
en mi pecho relleno de tu voz
gritándose como tango atardecido
cuya letra es cónclave de alcoholes
hace tiempo bebidos y olvidados...
 
Un rastro noble
es tu voz cual piedra lumbre
enviada por Cupido en un lo juro,
se le agotaron las flechas tiempo atrás
y tira piedras sin pulso desde entonces...
..solemos llegar precisos al destiempo
con nuestros ahorrados desatinos
como oportunos carteros,
que traen regalos hechos de tareas,
fardos pequeños de recuerdos opacos
formados con letras de algún triste nombre
que a pesar de todo
aún cobija nuestros sueños...

Mar de asteriscos,
no se lee nada,
réplicas de intenciones ahogadas
que pueden verse en el rostro hecho de sal,
de quien pesca con caña y con sedal
desde su torpe deseo preguntado
a esa tarde de ayer que lo llevó
de una playa con nombre de mujer
hasta este borde de océano senil
que nada sabe de callar o de mentir...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

lunes, 3 de agosto de 2015

QUIÉN SABE DE ÉL.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


QUIÉN

Quién 
cuando habla al amor 
con su voz perentoria y desigual
no aviva en él y en el que oye
cada trozo de extraño sentimiento
y también al portento indomeñado
de algún amor sufrido ya hace tiempo
que lleva a cuestas y en vilo
para curarse del mundo
en su interno pensamiento...

Quién
de todos los que aman presumiendo
no invocan al amor cuando está solo
y recibe de él lo que descree, 
pues ya es un mal amado de si mismo
e ignora que lo lleva entre la piel
amancebado como un mal tatuaje
repujado en los bordes de su traje, 
desteñido en sus ansias 
y lo lava de los ojos y la boca
para luego dejarlo en quien se llegue, 
o en quien llame por error o inquieto acierto,
o en quien bello en silencio a él le augure
un cortejo feliz y verdadero
y luego en dos letras le proclame
que no existe nada de éso,
mintiéndole de nuevo en su mirar
al decir sin hablar...
Amado soy como valle
que recibe gris llovizna,
o ladera desdeñada, infeliz, 
llena de briznas cortadas siendo yemas pequeñas, 
dejadas al sol y al agua sin doliente prolijo
que ante un viento hacendoso
deja volar lo que es,
o incluso de cuando en vez
como poeta hortelano
que agua mantiene en su mano
para darla de beber,
amado soy sin saber
de aquello que no fue amado
y me la da de regreso
en el cuenco de su mano...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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