martes, 29 de octubre de 2013

TEME EL VAIVÉN QUIETUDES / Poesía de José Ignacio Restrepo

DAMERO


Tendido como manto ajeno
estoy de vidas hecho azul clamor
en nubes voy sin cielo alzando vuelo
hoy tan solo tan completo como ayer
y doy esos tres pasos adelante
defendiendo los mil que di hacia atrás
con las manos tomadas de los ojos
mirándote ungiéndote ciñéndote
como abeja al estambre coloreado
convertido de amor enajenado
solo dándole dando recordando
que de esto ahora soy en tu pasado
raya al borde segmento pixelado
el devenir de mis rayas en azul
dobre tu hermosa hoja de cuaderno
que tiene tinta en orlas letra inmensa
ojos que siempre miran laxitudes
callos de ser la forja y el modelo
y observadas miserias por ir solo
cuando ayer era tu sol y tu peligro
animado ecuador rosas delirios
un sembrado jardín con nombres míos
y tus manos en él regando a diario
rosas claveles grandes margaritas
floridas aromadas pruebas justas
que fueron herraduras a mi suerte
esa sentida y llamada  y resoluta
además de labrada intransigente
por los ojos mirar y siempre amar
esas solas y tuyas hermosuras
que llegaron del mar tan solo ayer
y acaso sean mañana
mi desierto

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 28 de octubre de 2013

ENTRE VOCES DE MAGIA Y PIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo


DEBO ACLARAR
( ...el cómo y porqué ocurre...)

A los pequeños rodeos, 
sublimes y sentidos, 
sin casi pormenores, 
hechos del mismo afán,
grabados en miradas gruesas
lanzadas en la cama, o el diván,
para que duren en vos el día completo,
y te manchen de celos y de apego
cada que te convenzan de rodear
conmigo en el recuerdo y la ilusión,
de nuevo y como un juego,
mi palabra llamándote a tu talle,
al hombro, que no verlo es un ultraje,
a la subida y bajada de tu espalda
que son dos recorridos bien distintos,
si los ojos cerrados te convocan
o los dejas abiertos,
abriendo como yo hago sin dudar,
el ancho y el alto de mi boca...

 

  A las breves maromas con sus gestos,
algunas ya aprendidas y grabadas
en la mitad de mi feo cerebelo,
y otras que nacieron del afán
de tenerte, como vino y como pan,
le debo yo el descanso bienvenido
de mi fatal retórica de autor
a la hora final de convencerte,
que sigo siendo el tuyo y el mejor,
voz de azúcar trenzado y caramelo,
de salina mención y ardiente flujo
con mirada sincera y sin reflujo,
como brazos de mar sobre las rocas
que no llevarán nunca una violencia,
con qué matar al otro si equivoca
el deseo de paz
por corta guerra...


 A la rutas pequeñas, más baratas,
resúmenes de noches sin recuerdo,
que se quedan sonando como arpegios
y permiten su uso repetido,
debo yo esta noche fresca y larga
compartiendo deseos y caricias,
en mutual reverencia que se agita
como trago feroz por todo el cuerpo,
vos en mí, volcánica y sin pausa,
y yo en vos como viento azul y tibio
recuperando climas, y sabores,
olvidados, menguados pero vivos,
hacia tu oído traídos sin esfuerzo
por dos o tres palabras cuasiformes,
que llevamos grabadas y servidas,
para juntarnos y entablar derroches,
cosidas al fervor
de nuestros nombres...

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 24 de octubre de 2013

CONTRAPUNTOS DE MIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo




CONCURRENCIA



Ya duermes,
que es como decir que me diluyo,
 y convenzo a la fuerza a los recuerdos
de salir a ocupar espacios nuestros,
en desbocada forma, incontinentes,
con el debido respeto  con tu sueño,
cortado, necesario, acaso leve...
Ciertos de haber llegado en esta noche
atendiendo un llamado extraordinario,
de mi cuerpo cansado aún despierto,
que te observa sin voz
se salen los recuerdos del presidio,
a la sazón pasado,
como vagan los vientos que atacaran
las colas de las nubes, las montañas,
sin destino, envueltos en si mismos
-remolinos de sal seca y ardiente-
en mitad de algún mar  o algún desierto, 
de tu amor y mi fe ya renuentes...

Tengo ciegas avaricias por la vida,
y entretenidamente me dispongo
a vigilar los pasos de mi atrás,
al menos por un rato, sin malicia,
con otras ya viajeras y olvidadas
en la reja del tiempo que es tan alta,
sin voz y sin profética querencia
con la visión del alma compungida,
a los ojos mirar,  a las sandalias,
al traje que vistieron para verme,
a sus manos que no puedo tocar,
y el cabello ensartado con el aire,
y los labios, si, los rojos labios,
que como lastre han quedado dibujados
atados al recuerdo de lo hecho
que sabe que sin sueño ando despierto,
como leña sin fuego,
como lunes de adviento
sin su pascua mordaz o laudo cierto...
Que no se diga más y entonces vengan,
el sueño es traicionero, mudo, errante,
solo verla en esta suma libre
de lo vivido ya e instranferible,
bostezos ha causado a estribor
y mareos sinceros a babor,
que pueden ir llegando  sin mi ayuda,
entonces qué, recuerdos,
¿sí vienen? o corro tras su sueño,
y alcanzo ya mismo a mi mujer,
que duerme tan profunda que no ve,
la plática entre el hoy y el pardo ayer...


  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 23 de octubre de 2013

TANTA SED, Y EL AGUA NOS RODEA / Poesía de José Ignacio Restrepo



TRUENA AQUÍ 
Y LLUEVE ALLÁ

Sapiencias que emergen 
de escondidos viajes, 
lunares como mapas que no olvidas leer, 
semántica aún ilesa de mi piel ornada, 
que te narra sin habla, y te reprende,
dibujando en tus ojos mis trabajos
de origami hecho de ansias sin papel..
De ese pacto lúdico con la palabra, 
cuya sagrada hoz me tala y luego siembra
la cereza del pastel que siempre como, 
y esa ansia demacrada pero viva
por saberla sin doblez ni maquillaje, 
nace ayer esa puja sin frontera
feroz por darle gloria y que la oigas, 
pues no es nunca sobrante ni equipaje
del bien decir que hacemos diariamente, 
y también de ese llano experimento:
vierte música si te halla ante el espejo, 
buscando tu misterio entre su piel
para luego encenderlo sobre mí...
Ejes de tu dicción son los silencios
gemelos del ayer de las palabras,
y ese modo que les das para que digan
lo bendigo, lo amo, y me resiente,
por las distancias que hay ahora mismo
entre el decir del eco bendecido
y la geografía que dibuja
todo lo que nos une
y nos distancia...

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 21 de octubre de 2013

UN JARDÍN EN LA PIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo


SOMOS


Vos sos el comezón que amo,
la broma en que se ríe bien mi piel,
el anagrama que contesta todo,
el silencio de hoy vertido ayer...
Vos sos ese regalo fascinante
que yo quiero mostrar a cada rato,
de mis mejillas eres el color
y de mi cuerpo todo lo que ansío...
Ayer dejé en tus ojos un rocío
sin culpa, te lo juro, sin querer,
y hoy al despertarte me dijiste,
qué solo un fue un mal sueño,
qué lo olvide,
"porque yo simplemente lo olvidé"...
Tu fruición y tu estampa me dan vida,
y bendigo mis bondades destiladas,
porque encargo al hacer de mi jornada
lo ante ti y ante mi alma prometido,
concuerdo con la voz de un lazarillo
o con esa que algún ciego replicara,
pero es aún más profundo,
mucho más,
la verdad es que somos dos fervientes,
somos dos compasivos que alucinan
y ese fatuo comezón  que hace picar,
nuestros cuerpos de noche hasta muy tarde
construyen el mensaje de la sangre
que nos dice que late muy de prisa,
muy dentro, y dispar, pero sin pausa,
la fuerza que nos hizo recorrer
este camino juntos y afanados,
cargando nuestra piel
como eso que es,
- el mejor regalo, el más ardiente,  
el obsequio mejor y diferente -
 
  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 18 de octubre de 2013

EN EL PARDO DEL ÓXIDO, ESTÁS TÚ / Poesía de José Ignacio Restrepo

ESAS ESQUINAS NOBLES
QUE YA NO BRILLAN



Suelen ser mensajes juiciosos pero neutros, 
esos trazos que parecen mapas, 
la dádiva genial del ferroníquel 
que cansa sin cesar nuestras palabras, 
atadas a sus máximas de piel, 
que retan los instantes, 
los inviernos, 
el decoro funesto por lo solo, 
la huella fratricida del ayer...
Mirarnos no era difícil sí el mal tiempo
traía soledad con la tormenta,
y yo me recluía a recordar,
el espejo era un mueble igual que otros,
ocupando como yo este muerto espacio,
pero ahora después de estos congojos
parece haber una magia dolorosa,
pensarte mientras veo cicatrices
ya no es del brillo ver preciosas piedras,
veo absueltas y libres cortaduras,
que corroboran sin más como se oxida
todo lo que en la vida levantaste,
incluso este momento tan bonito
que el hoy sin más llamar
trae propicio:
sonreir al mirar tu boca roja,
el escote que mueve tu volúmen,
la cadera a la altura de la mía
sin música ensayando 
un cuplé avaro,
sendas místicas sobreviven al reparo
de tenerte grabada para siempre
en las rutas porfiadas, 
en mi alma,
que no tiene atacadas por orín
sus mil zonas de ansiosa fantasía
donde vivo contigo aunque no estés,
no es difícil, mi amor,
es más que un hecho, 
es de verdad un viaje necesario,
entre ubérrimas nubes del ya fue,
lo prefiero al silencio incognoscible
de quién sería ésa,
yo no sé...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 16 de octubre de 2013

AROMADOS DEL LUJO DE SABERTE MÍA / Poesía de José Ignacio Restrepo




 EL SECRETO



Penden de mis balcones interiores
fastuosas azucenas y gladiolos,
que aprovechan sin más este verano
que trajiste a mi vida y regalado,
tras lo cual apenas me pediste 
 vestir con ellas mis otras estaciones
que invernales negaban el color
que dormía en mi ser,
me pediste eso solo y te fui fiel,
me encargué de pintar con tus colores,
a este ser asombrado, agradecido,
terminé los conflictos que tenía
desde el centro al confín,
y te traje a habitar mi ser entero
ya bien remodelado,
como tú te merecías
corazón...

Penden como aromáticas y bellas
muestras de los mil cambios completados,
las flores que me trajiste y has dejado
como prueba incansable de tu afecto,
no cesan de crecer, son monumento
al amor infinito que nos damos,
la gente me pregunta por la cepa
y yo contesto que no sé de su origen,
ya una vez sonriente prohibiste
que hablara con extraños sobre el tema,
y cómo no complacerte conservando
el secreto de las flores del balcón,
no somos personas del montón,
merecemos tener un paraíso
y que nadie conozca ese porqué,
el que infunde la plástica belleza
a las flores colgadas,
y orna igualmente nuestras vidas,
atados como vamos de la cepa 
que eternamente  aroma lo que somos 
y que a diario tenemos,
como si fuera un pequeño paraíso...

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

jueves, 10 de octubre de 2013

SIN EXCUSAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



NO ESPERA

Arrobadas genealogías de lo húmedo, 
tras el concierto de pábidos arrullos, 
y las manos haciendo de conserjes, 
todas las puertas se abren cautelosas,
y repasa la voz la cava ardiente, 
sobre el gemelo crisol que la convoca
ya llegué dulce amor,
dame tu boca...
Comen los comensales lo que haya,
acaso entreverando los recuerdos,
como tarjetas postales aún vivas
se revelan al frente monumentos,
ansias nunca logradas, creativas,
que los días atrás a urgir signaron
diciéndonos lacustres al oído
en el bello lenguaje del sonrojo
préstame tu emoción mi lengua loca,
mientras gestos vitales, cohibidos,
deplegan sin acuerdo la verdad,
que ya estábamos presos y felices
de otra vez bien pecar como aprendices,
y los labios amar de cualquier modo,
como hacemos ahora,
cual novatos que caen y se arrollan,
y no pueden parar ni lo desean,
la comida servida en bella mesa,
toda vianda que humea se va enfriar,
menos la carne roja que no viste,
esa late caliente y ya no espera,
ya está abierta esa reja en nuestras bocas
y no alcanza la espera...
Qué lo demás aguarde,
a que en par nos comamos sin mirar
lo que anunció la boca ya hace rato
que nos llena los ojos y las manos,
y que el placer no nos permite
ya parar...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 8 de octubre de 2013

VISITANTE DE TARDE / Poesía de José Ignacio Restrepo


REZONGO


El altar construido por los besos
era pasmosamente bello y gravitaba
ibas tú hasta allá y lo rescatabas
lo traías de vuelta al escondite
entre tanto mi amor yo respondía
con los ojos abiertos o cerrados
fue corto corazón voy medio muerto
lo feliz y lo eterno son hermanos
van tomados sin verse de la mano...
Hubo gozo mi amor cómo negarlo
permaneces atada como osario
a los broncos estuarios de mis ojos
no te puedo olvidar y no te busco
solo llegas casi siempre a media tarde
y te acuestas desnuda aquí a mi lado
te miro con la carne de mis manos
con el lucro cesante de mis ojos
te predigo que aquí te quedarás
como algún travesaño de la casa
elevaste mi alma de cristal
y ahora tienes ese sacro pasaporte
que se llama recuerdo sin olvido
santa paz desnudeces con tu nombre
y placeres rendidos que no son
ay reloj que llegue ya la noche
sino te pongo carne de emoción
y que el reloj se dañe
o dejándote aquí
lo daño yo...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 6 de octubre de 2013

CORONACIONES / Poesía de José Ignacio Restrepo



CIELORRASO


Cómo pernoctan atados por los ojos, 
tus cerebrales gozos al decir,
 cuanto quieres de mí, tómalo todo
mientras tus ojos sin mí yo condecoro,
así comienza ese juego de pedir
 acá o más allá o aún más lejos
de todo lo que te suene perentorio,
y yo dispongo entonces, en respuesta, 
que no debes medir, menos soñar, 
ni encapsular tu voz como martirio,  
grita si es menester, desata todo
a mi que miro sin ojos lo que eres,
casi un recuerdo falaz y desatado
dime, dame lo mío, lo pasado,
y yo veré cómo hago 
para que ese sombrío sacrificio
que no es ni esto, ni lo otro, o lo demás
te lo devuelva todo de inmediato,
menos lo que resientes,
lo que tiene tu corazón de mi extraviado,
esa dulce preñez que yo te puse...
Levántate de tu altar, que amar imploro...
mujer de mis senderos coronarios,
regaliz en mis poros, baño diario,
alta para mis bajos pensamientos,
y para mis orgullos sal de mesa,
todo aquello que soy diario lo parto,
te lo regalo sabiendo que es verdad
que sin ti nada de ésto yo tuviera...
Desde este escenario por los dos vivido
fatuo porque es mutable, 
distante porque lleva en si diez tiempos, 
de donde aprendo a ver voces amantes,
oraciones te pido que no doy...
Un mensaje de texto tu mirada
hecha de diapasones galopantes, 
tu lengua que sin más busca entremeses, 
artes para la piel, fuga de instantes, 
gemelos que nos tratamos cual enfermos 
cuando solos estamos infundados
y otros viajes vamos emprendiendo, 
mensajes de texto nuevos a otra hora, 
esa que tibia llega y la regresa, 
o me retorna a mi desnudo, torpe 
frente a frente con sus manos caprichosas
que no saben qué quieren,
y cerrándose en mi lo toman todo...
 Voy a veces tardándome en llegar, 
por poner caracolas a las nubes, 
cuando miras ardiente el cielorraso, 
y me miras después de darlo todo,
lerdo como un orate que regresa, 
despacioso por querer saber qué sigue
un momento después, o solo antes
de descubrir entrambos esa grieta, 
donde se esconden sin nosotros los susurros, 
que sin medida dimos acabando, 
 ese sudor silencioso que se abate 
de último por nuestros cuerpos extendidos
desnudos con aromas de otro siglo...
Si, no lo puedo ni explicar,
 tardan tanto las noches en gastarse
si pasan sobre nosotros sin decirnos, 
mutando a un placer tono magenta, 
con calor hacia verdes y hasta azul,
y después,
todo negro,
en los ojos cerrados
el silencio,
dormidos solo somos un recuerdo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
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