domingo, 29 de abril de 2012

LOZANÍA DE ARDIENTES RECUERDOS / Poesía de José Ignacio Restrepo

ODA A UNA BOCA


Cuerpo marsupial
dejando racimos intactos de recuerdos
en estaciones perdidas...
La verde floresta,
que apenas ha recibido nombre,
toma mis nociones del pasado
y maternalmente las envuelve,
vida por vida...
El día cálido abraza
a la tenue oscuridad,
fémina intensa,
y se hacen el amor
el uno sobre el otro,
inseminando el tiempo...
Entre el verde selvático
te estoy poniendo,
en las brillantes alas de los loros,
en las piedras acuosas
que se lavaron del calor en la lluvia,
en los rostros intensos y las risas
te estoy poniendo,
para verte poder todos los días
y alimentar ese rastro de tu cuerpo
por mi piel adolorida,
porque no hay en este encierro abierto,
en este tiempo sin etapa,
en esta latitud que entorpece
la pulcra acción de toda brújula,
un olor que fiel se te parezca,
entonces todo viene a recordarme
qué debo hacer
si busco entre el recuerdo
el valor inapreciable de tu talle,
así deba abatirme para ello,
y saber qué es lejanía,
qué son voces y gestos,
y sonrisas y gentes,
y verde sobre verde y ante verde
que no te tiene por sendero alguno,
que de algún modo
perfecto indomeñado,
esconde para si
el lleno incomparable de tus labios
y el azúcar de miel de tus sonrisas,
que no puede saber de tu volcánica prisa
por volverte lava,
cuando intuyes que te canto entre mi boca,
cuando a golpes de pasión
se envuelven
en quemantes silencios
mis palabras...
En una bolsa del vientre
al quehacer del recuerdo ya dispuesta,
viajas entre dormida,
entre despierta,
la noche suave canta,
estás segura,
sea que en sueños viaje
o seas tu de algún modo
mi equipaje...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 28 de abril de 2012

MÓRBIDA VOZ QUE VIAJA EN TU SILENCIO... / Poesía de José Ignacio Restrepo

LIBERATUM


La sapiencia de la piel nada sospecha
y este encuentro desigual nos trae danzas,
para abrir de par en par los poros
y cerrar los ojos
al extraño sortilegio de la vida.
Navíos procurando playa
en este mar sin seguro puerto,
vos y yo,
nuestras manos, nuestras bocas,
somos la colisión y la tormenta,
antes que nada déjame decirte
que estas noches de puerta y cerradura
a cuyo lar llegaron nuestros nombres,
tienen la marca penetrante de los vientos
y el aullido de lobos y lechuzas,
como en los cuentos sin tiempo
que hace tanto leyeron nuestros padres
llamando  al sueño,
llamando al lecho,
duerme que te duerme,
y ahora en este insomnio de mil años
el que atranca la piel a su fatiga
de yo sin ti,
de tu sin mi,
y entonces los ojos no se cierran
por el deseo de mirarse en otro,
hada de taciturnos toma un rezo,
con las manos,
con los ojos, 
con el sexo,
que se meza en un vuelo de palomas,
y que alcance destino,
mano, puerta,
camino, chimenea, cerradura,
poros de piel abierta de asoleada,
abierta piel que de sabia sabe nada,
expuesta a la tormenta que me asola
de la errancia del azul sin fin,
al naufragio...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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OTROS SIGNOS EN LA CASA DE LAS LUCES... / Poesía de José Ignacio Restrepo

DECIR DE LOS OJOS...


Un guiño te hago desde aquí,
la casa alta de los juegos de luces,
bella Artemisa,
a qué una oda corta cantarte
si tus ojos le cantan a los bosques
y los ríos te buscan
para solo sentirse en tu piel...

Un guiño amoroso,
un tenue flirteo,
y la danza feroz de mis manos,
a la espera de tu húmeda,
tu grácil y silvestre compañía,
todo escenario gris hoy espera,
aguarda los colores
que siempre sin saber tu traes...

Todo tiempo abdica de su trono
ante la inmensidad del tuyo fuego,
la prófuga idea de encontrarte,
la dulce cercanía
de tu existencia de sueños y de miedos,
de algún modo se avecina
en el invisible calor
de mi augusta fogata...

Dama serenidad
no renuncies al miedo,
se tu mi sobresalto, mi misterio,
de ningún lugar venido
que ha de robarle a tu noche
el sueño nacido sin fatiga,
ése que nada cura
y se asila 
en tus vejeces prematuras...

Desde esta casa de luces
en que todo es y no es,
mis manos que danzan y mis ojos
que miran hacia adentro un mago,
casi quieren tocarte,
si se de abrazos a la luna
en senderos de soledad,
te reconozco,
mis manos saben por que
aunque el oscuro puente roto
en sus pasos
 ya bien no lo sepa...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 26 de abril de 2012

ESE SIGILO ESPECIAL.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

MIENTRAS TU VAS


Ante el paso de tu sueño
hoy estoy ebrio,
y en mi elocuente nerviosismo
aquilatado,
por tus formas desnudas habitado
me conformo con mirarte,
solo eso...
Tu sueño casto implorante me divisa
desde algún puerto 
al que debiera ir a atracar,
y las olas de mi mar concupiscente
solo atinan con mis ojos
trastornados
a mirarte ya de frente,
ya de lado,
cuando simplemente giras para ver
de mejor posición
tu propio sueño...
Que locura,
me dirás mañana,
con tu risa que canta sortilegios,
leerás con amor estos diez versos
y volverás de nuevo a preguntar,
¿es esto seña de tu amor mi vida,
la licenciosa prueba enamorada
de lo que haces 
cuando estoy dormida,
tendida a diez leguas de tu afán,
profundamente lejana
de tu viña,
corriendo como niña por lugares
que tu mismo ignoras
mi don Juan?
Y yo me reiré
 frente a la prueba,
recordando lo mucho que la quiero
y como sufro
 cuando se duerme antes que yo
 y yo me quedo despierto
en este juego,
de mirarla en su perfecta desnudez
como si fuera una canción la madrugada
y esta prueba enlazada por los dos
de nuevo amor por obra de la magia
una vez más nuestra primera vez...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 23 de abril de 2012

¿RECUERDAS ESO AMOR? / Poesía de José Ignacio Restrepo

AQUEL MILAGRO

RECREO

Al menos 
fue mensajero el ruiseñor
de la tarde que oliendo ese romero,
por el viento de enero resarcido
con tu cuerpo y el mío en el abrazo
de lo mutuo y lo fiel bien abrigados,
le fue posible en su aleteo devolver
el momento mejor y menos cruel,
y mi memoria eligió el que fue preciso,
ése en que vos y yo como uno solo
entre el silencio,
felices como nunca,
olimos el aroma del romero,
mirándonos la cara
en el milagro,
de hacer allí perfecta sintonía
con el Amo y Señor
del Universo…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 22 de abril de 2012

¿ES MÍO ESTE OTRO DIENTE DE LEÓN? / Poesía de José Ignacio Restrepo

CORONACIÓN

tarjetas cumpleaños 003

Aunque fuera
pedido y no negado,
en tu beso hago yo nuevos remansos,
los acojo como pétalo al rocío
que ante el tacto es un gozo renacido
y espera darse todo enteramente,
con su rezo clemente haciendo fuego
convertido en un ángel verdadero,
salido de las viejas escrituras.

En tus manos residen pergaminos
que explicarían todo en buena forma,
las tomo, las acaricio, las detengo,
hago migas de pan, les leo cuentos,
deposito mi diezmo en sus arrugas,
les pido hagan con sombras mil figuras,
luego enlazan mi pelo para orar,
trenzas breves me alcanzan a formar,
y yo con mi mejor caricia viva
las amarro a mi rostro circunflejo
para que no se sientan golondrinas.

Luego tus ojos se detiene a mirar
a ser testigos de este aviso valedero
esperan a que pueda confirmar ,
la verdadera historia que nos trae
a un minuto por hora hasta el altar,
no se mi enamorada,
yo te adoro,
con los astros dando egregios testimonios
de que esto que nos ata más nos une,
y un deseo de hacer franca perorata,
de oír voces de ministros transeúntes
que se avengan a explicar lo inexplicable
y a calibrar nuestro rito y su canción,
no produce ninguna comezón...
El corazón llevamos compartiendo
y acaso en la mitad de los latidos,
se sostiene vigorosa esta lisonja,
con la otra mitad tejes coronas
que me colocas en la testa cuando duermo,
el sueño se me alarga mientras veo
tu feliz empeño de adorarme,
y despierto enamorado como antes
con mil flores de todos los colores
en mis cabellos atadas con tu arte…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 20 de abril de 2012

SIEMPRE TE DESPIDO CON MI BENDICIÓN / Poesía de José Ignacio Restrepo

COTIDIANO


Como bola de papel humedecido
del periódico de ayer
ya fenecido,
queda mi corazón cuando te marchas
y me dejas tan solo con mis cosas,
vas con tu fuerza haciendo
en otras vidas
aquello que en la mía hiciste un día,
queda esta vega desierta pues no estás
sembrada en ambos lados
con tus rosas,
que dan aroma al cuarto de los dos
que sin ti es como un cuadro,
como el cuartito azul
de ese Van Gogh.

Que le cuenten las manos a los dedos
de la paz que tu traes,
de tu risa,
solitario me confundo cuando espero,
al pensar si te tardas
que algún mal se te oponga
cuando vengas mi amor ya de regreso,
y se vuelve de sal
mi vista tuya,
y ansiedades se vienen y me llenan,
porque tiene ya el mundo
explicaciones,
van tejidas a la dote de tus dones
que eligieron domicilio aquí en mi casa,
y al duende que yo soy
como casero.

Bienvenida mi amor
hoy y por siempre,
no dejes que un destino malhadado
te empuje por error fuera del rumbo
que sabes de memoria y sin esfuerzo,
mis cejas llevan el velo de tus besos
a esta mirada que sin ti
vaga extraviada,
que te dice que la vida es transeúnte
y nosotros estaciones,
mi querida,
no dejes que mi sed ahogue el verso
que tejido ya espera en mi garganta
para elevarse en cantos cuando entres,
por la puerta que cierro con cuidado
con mi dulce hasta luego 
enamorado...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

miércoles, 18 de abril de 2012

EN OTRO SIGLO FUE... Poesía de José Ignacio Restrepo

A UNA MUJER 
DESCONOCIDA


El azar de un hada sin su traje, 
destinada a viajar por mar inmenso, 
sin goleta, sin cielo, ni oleaje,
 en medio de recuerdos abatidos
que su viaje hacia el cenit dificultan,
padre nuestros sin voz,
 rezo en la vera,
y el crepúsculo azul que trae sombras
de amor ya perdido a su querella
y le deja agrietada la dulzura,
dulce amargo en la queja
razón y sin razón
de su penuria...

En el parque 
sentada cual llorona,
destejiendo quebrantos infatuados,
desdoblando pañuelos mal lavados
que en su tul llevan manchas adheridas
que le cuentan a su dolor niño de brazos,
como duele al marcharse la esperanza,
de que tamaño es la duda atravesada,
cuando tu alma sencilla enamorada
decide en contra del viento y la marea,
mantener ese agridulce sentimiento
pese al paso del tiempo,
y al olvido que ya le ha hecho mella
aunque sonría el corazón cuando lo nombra
con media boca y un poco por desidia,
lanza al cielo ese rezo apasionado,
no me dejes amor,
aun te espero mi amor,
el recuerdo es un puente si ambos vamos
unidos aunque estemos separados...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

sábado, 14 de abril de 2012

EL FAVOR DE TENERTE... / Poesía de José Ignacio Restrepo

REMINISCENCIAS


De un angosto pasaje delicado
que dejamos olvidado en el camino,
traje yo en mis manos tus sandalias
que sabían desde antes el destino
de tus pasos valientes hilo de oro,
y si siguen o sigo no es tan obvio
no es ya decisivo ni importante,
antes fui nube errante de tormenta,
de palabra mutable y quebradiza,
y a partir de hacer ronda hacia tu vida,
compuse bien las cargas, bien lo hice
para evitar que existiera una caída
en mitad de la vía que me lleva,
senderos del recuerdo que idolatro,
pues tu imagen persiste si los hallo,
en la noche larga que cobija
nuestros murmullos y tu lencería
hago paz con tu querella hermosa
y con tu cuerpo de mujer pelea guerras,
quemo las naves que avisan mi partida
y lanzo anclas pesadas en mi espíritu,
no tengo más deseo que tenerte
y guardarme del dolor innecesario,
de los regalos obvios me resguardo
sobre todo si vienen enrejados
con promesas de amor sincero y puro,
que puedan compartirse en un minuto,
pongo la clave en mi rojo corazón
y una copia se la entrego a esa
que hace tiempo de mi amor
se encuentra presa,
carcelero no soy de mujer libre
pero llegó acá con su paso perfumado
y tiene aun su bello aroma
inmarcesible.


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

miércoles, 11 de abril de 2012

CUANDO EL SOL DECAE, EN MI ALMA TE LEVANTAS... / Poesía de José Ignacio Restrepo

A ESA HORA BESTIAL...

rush hour │hora punta
Image by jesuscm via Flickr

Por el borde infranqueable de esta tarde
cuando siento la fatiga sin reproche,
dejo lista la labor para mañana
porque hoy el trabajo se acabó...
Llevo algunos asuntos empezados
que de otros lejanos son parientes,
y los junto en el fólder de la urgencia
con tarjetas pequeñas que recuerdan
que debo darles alguna solución...

Pero camino entre los carros y la nada
viendo el brillo cansado de este sol,
ya quisiera hace una hora haber llegado
recién sentado estar sin más objeto
que esperar que la noche te regrese
al hogar de tus besos sediciosos
que se aferran golosos a mi boca,
esta trampa ajustada a tu deseo
y al tamaño medido de tu sueño...

Todo luce del color cansino y pobre
y en las fotos tono ocre ya parece,
los minutos que pasan te recorren
aun antes que mis manos cautas,
cansadas buscarán en cada pausa
que recuerdes el tono y la medida,
de la piel de los dos que va estallando
mientras es el recuerdo el que lastima.

Voy volando a alcanzarte deseoso
y tu mientras esperas que yo llegue,
en este borde externo de la noche
los labios de los dos se saborean,
¿es alarde de la piel o me equivoco?
si mis manos ya sudan por tenerte
y el plexo acalorado dice todo
sobre la imagen viva de tu cuerpo...

Solo dejen pasar mi Dios, qué es ésto,
que ya debo llegar sin dilaciones...
En tu boca y tu cuerpo mi labor
espera que les pague con fervor,
la desgracia infinita de ausentarnos,
al igual que la tarde repelente
cede ahora lentamente su lugar
a la noche bendita para amar...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

lunes, 9 de abril de 2012

OTRA REDONDA ELEGÍA... / Poesía de José Ignacio Restrepo

TU HOMBRO


Tengo del sol quemazones solidarios
sobre mi corazón escapulario,
que suben hasta la piel en escalera
para habitar mi alma desabrida
cuya vacancia hace tiempo ha terminado
y late junto con él en sincopadas
raciones de uno y dos, y dos más uno,
como ritmo maniático extranjero
cuyo tema en otra lengua va cantando,
un rock´an´roll que brinca y palmotea
hecho de nieve que ríos ha formado,
como mi canto en español antiguo
bajando errante a ver ansioso el valle 
por briosos riscos salinos y escarpados,
coronación sagrada de él recibo
 en tu dorada y valerosa estirpe,
corazón tuyo que me habitas estruendoso
ahora llamas a mis lógicos pasados
a esos solos y alados que antes fui
porque volaban sin destino ni hora
para hallar a ésa que algún fin pusiera
al laberinto en mi idílica cabeza
con su propia expectación y fantasía
que cerrara la noche tras el día.

Y ahora,
baja mi vista en renovada búsqueda
por los bucles despeinados de tu pelo,
se desliza impetuosa por tu espalda
sin olvidar a tus redondos hombros
y no puedo zafarme del contraste,
que deja ver el yugo que te impone
sin querer la presencia del brasier
 que otros llaman sin fe sujetador,
 esa prenda peleada con el sol
vecina de una piel que no ha tocado
y que ha deseado algo quemar;
ya he quitado el que hoy llevas,
 que me gusta,
color magenta subido irreverente
pero recuerdo ese otro en tono beige
que parece no existir y ser tu piel.

Y luego,
es un solícito y caliente corredor
el que se llena de mi sangre y tu deseo
y no quiero extenderme aunque podría,
a que llevar invitados a esta ronda
que en la nocturna prisa siempre acabo,
por comprender que es corto si a tu lado,
lo emprendo, lo suspendo, lo imagino,
y con tu rostro mirando el cielo raso
a una hora de ser alba
lo termino.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

sábado, 7 de abril de 2012

CREER QUE SÍ.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

POSDATA


Que abrazo asolador te atrapa
cuando la agotadora soledad llega a tu casa
para dormir contigo nuevamente
porque ojos tuviste para darle
a su trino cobarde,
con el mismo atento alarde que algún brillo
en tus ojos le diste ayer a un talle amigo.

Que detestable aliento el que circunda
tu añorada emoción hoy recelosa,
por no ser ni fecunda ni posible,
tu alma que podría aparearse
luce ajena, inmensa e intocable,
como acero que enmarcara poesía
o eco impuro que nadie ya entendiera,
mientras calla más abajo, ¿dónde?,
la voz viajera en tu recuerdo firme,
que ni tu mismo oído reconoce
y pone broche a tu deseo desmedido,
que a la noche va a buscar el viento frío
para meterlo en la cama con derroche.

Ponle nombre
a tu cabeza adolorida,
y nombra tus recuerdos aunque tardes,
que la ilusión aun yace detenida
frente a los setos abajo en tu ventana,
tiene los ojos amarillo flama,
y una cuenca sinuosa en su alma roja,
sé que te espera para darte abrazos,
y un ultimátum a tus solas noches,
no lo tomes en vano amigo mío
que esa gitana en mi mano
vio tu nombre,
tu corazón
de pasión reverdecido...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

jueves, 5 de abril de 2012

COMO SIEMPRE Y NUEVAMENTE... / De regreso en su casa, la andaluza Carmen Soriano

CARTA 130
de Carmen Soriano


No puedo dejar de amarte
aunque la cordura insista
que lo febril de este amor orate
bien podría matarme un día…
y qué más daría morir entonces
si sólo por ti me siento viva
si sólo tú me sacaste de la cuadrícula
y ahora ondean mis suspiros
en cálidos círculos concéntricos
Me devolviste a mi centro
ya no puede perderse ese universo
que contiene en su borde con la nada
las iniciales de tu nombre
como contiene mi alma
cada hora regalada, cada estrofa
de la historia más bella jamás contada
la historia de la pasión más sincera
de la amistad más sagrada…

Pero no entiende el amor de circunstancias
es la soledad la que se encarga
de engüerar nuestros deseos y la distancia
hace su parte de proyectarlos como sueños
que nos sorprenderán cualquier mañana
cuando del devenir seamos dueños
y juntos vayamos de la mano
a por ese merecido premio
por el que hoy nos castigamos
como si hubiera sido delito el conocernos…

¡Oh mi luz que te debo la vida!
¡Oh mi paz que te debo la esperanza!
¡Oh alma mía que marcaste mi destino!
siempre te llegará una carta que te diga
que un amor así ni se muere ni se olvida
que la senda es paralela
pero es el mismo camino
ese por el que tú vas
y que yo siempre haré contigo…

CARMEN SORIANO LÓPEZ
Derechos Reservados

miércoles, 4 de abril de 2012

ESA MANÍA DE TOMAR EL PULSO / Poesía de José Ignacio Restrepo

OTRO NÁUFRAGO DEL DÍA


Cuenta habiente de mi lastre amigo
que marcha atrás cuando adelante digo,
en mi amado camarote de hospital
tengo un bote que es mi dirección postal,
de este canto ya sé lo que tu dices
sale de mi estómago lavado
que ayer solo las lombrices 
me han dejado
aunque yo le eche la culpa
a un malo amor.

Cuento de mis relatos el final
pues se que el auditorio se me aburre,
el sálvese quien pueda de mentiras
a todos sonará muy atractivo
y correrán afuera,
mi corazón vacío morirá
cuando fiel me regrese
a la hostería,
que esa mujer ayer
dejó vacía.

Y colorín colorado, 
este canto de amor se habrá acabado
para cuando este gitano sin desdén
mienta y mate y acorrale otra vez,
para que llegue la noche
y al bajar de su coche,
encuentre en esas manos terciopelo
y el calor sin pudor
que le cobije,
en donde tiene su calor
solero.


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

martes, 3 de abril de 2012

RESTAÑADO A MARTILLO / Poesía de José Ignacio Restrepo

DE ESOS 
MORETONES 
ROJOS


Oleaginosa misión la del que suda,
sobre el cuerpo que siempre ha deseado
las pieles que se frotan y deslizan
cual tuercas que danzaran en bisagras
sabedoras del bien que les espera,
detente movimiento, continúa,
no dejes que el lamento te distraiga,
es senda de placer hecha palabra,
que el canto de las voces en las pieles
haga de cada rojo moretón
una marca que diga en reunión
que fue todo esplendor,
cada mutuo agarrón
apoyo elemental cuasi aceitoso
para llegar henchidos de fervor
a ese último empellón indelicado,
orgasmo decidido y aguardado.

No tengo para adentro más que esto,
tu alargado cabello entre mi mano,
mi puño en amalgamas con tus ojos
a los que soy corcel y cabalgata,
me miran en un grito centenario,
me callan lo que en pos de ti se estalla,
y lo que se deshoja en vil cascada
si era un manantial hecho en cursos de sal
que no por habitarme es algo mio...

Mi pasión es por ti un sello latente,
la siembras cada que hallas mi sino,
que es eso que te ata a mi camino,
y cada que me sigues yo supongo,
que nos sentimos más, siempre más hondo,
como gruta de agua que en su techo
lleva cierta la marca puntiaguda
del hacer de las horas y los siglos,
que al segundo siguiente sin presagio
mora adentro en los pechos,
un latido seguido de una voz
que ya sabe de piel y de sudor.



JOSÉ IGNACIO RESTREPO

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lunes, 2 de abril de 2012

ESE SUSPIRO CRUEL... / Poesía de José Ignacio Restrepo

OSADO


Cada que hincho el pecho para hacer un suspiro,
recuerdo que tu piel fue una isla de Pascua,
sembrada para mi de palmas y de truenos,
solo tu, solo yo, habitantes del cielo,
nada de más teníamos nada de más queríamos,
solo sernos de ambos cual si fuéramos uno,
valiente migración a ese amor tan distante,
nadie osó enseñarnos pues bien que lo aprendimos,
moradores del aire donde el otro es un cuarto,
de muchas más ventanas que ese que habitamos
cuando estamos a solas porfiando que vivimos,
porfiando que algo amamos.

Ahora que no estás pienso que fuiste un sueño,
uno de esos profundos, uno de esos perfectos,
luego busco en cajones todos esos recuerdos
las fotos, los paseos, las guirnaldas, los besos,
y entonces me convenzo que si fuiste de veras,
que soy un bendecido por haberte rozado,
salgo a cantar al parque esas viejas canciones
y los niños me miran, ese tipo es un loco,
y sus madres se acuerdan de esos hombres cansados
que tienen por esposos, que están en algún lado,
no mi amor, no es loco, es alguien que va amando
algún recuerdo viejo, algún sueño prestado,
y yo sigo sin verlos cual hombre enamorado
que perdió en un recuerdo
el camino ya andado...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO

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