lunes, 28 de abril de 2014

QUE SE ESPERE EL DESORDEN / Poesía de José Ignacio Restrepo



DÍA DE FIESTA


Bendición de defectos, es el día,
que no consta en agenda ni almanaque,
no previsto, avisado ni deseado,
es el día mejor o el más dañado,
por como lo tomemos cuando llega
y en las manos de quien
cobra presencia,
y si viene de veras gobernado
por las ganas de dar y ver crecer
o la crítica innoble de quitar
lo que antes de ahora
ya se ha dado,
por quien cree mejor ser entre ambos...
Empieza con el beso ya esperado,
es un día de fiesta sin por qué,
y  un qué vamos a hacer hoy amor mío,
podemos arreglar todo el desorden,
o lavar nuestro coche a cuatro manos,
limpiar casa, cortinas...
o marcharnos,
y dejar en veremos tanto oficio...
Quién convence y con qué corto argumento,
en el día de fiesta obliga hacer
todo aquello que nos descanse, y alimente,
nos devuelva ilusión, y nos serene,
amor, qué hay que limpiar, está montado,
no linda, tengo ganas de un asado,
o de vos simplemente,
llanamente,
mejor lo haremos hoy en el garaje,
ríe que estoy riendo, ríe más,
tanta labor, genial, puede esperar,
en cambio vos y yo,
¿cómo mentirnos?
ahorramos la carne sin comer
y luego nos gritamos como críos,
 yo por tu gran paciencia y tú 
por mi sacra y tranquila indiferencia...
Suelen ser estas ganas de agarrar
todo lo que me sepa a piel,
a piel de ti,
éso que no me deja a mi dormir
cuando tú ya estas profunda de cansancio,
bendigo tus defectos, las razones,
que a veces no me escuchas ni me ves,
y me cobro mi diezmo el día de asueto
haciéndote el amor del prisionero
que aprendió que ha de amar ya
mientras viva,
la celda de la cárcel que eligió,
que además es su cielo y su guarida...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

jueves, 24 de abril de 2014

SI NO FUERAS, AMOR / Poesía de José Ignacio Restrepo



LENCERÍA


Si no fueras mi bien,
más que vuelo esperanzado,
para alejar la piel de la rutina,
poner baldosa nueva al suelo plano,
o encordar mi violín
más tenso y firme,
para ornar la batalla de silencios
con otro mejor fin, meta o supuesto,
entonces cualquier verso,
hasta silencios,
podríamos cantar, callar, mentir...
Si no fueras el blanco en mi alquitrán,
pavor por no llegar en mi jornada,
a un fin bueno que lleve mi apellido,
gracias a algún esfuerzo
que doné,
porque puedo copiar en mi alma terca
tus usuales conductas bendecidas,
si no fueras, amor,
mi mermelada,
que extiendo sobre el pan recién horneado,
o mi sal, o el aroma de un café
que hace solo un instante
preparé...
ay, amor, si no fueras,
ese suave atributo que completa
el esfuerzo de hacer y deshacer,
la tarea de hallar melancolías 
y dejarlas de amor sutil vestidas,
para todo el que lea,
el que aterrice,
en estas letras blancas, necesarias,
cubiertas de lo tuyo por doquier
y a duras penas, sé, lo retribuyo,
con mis letras salinas dúctilmente,
puestas desde el balcón a la cocina,
como prueba mi amor, de que tú eres,
lo que late en mi fe, mi parafina,
de esta llama el calor, la luz, el halo,
y sería mi angustia
si no fueras,
si no fueras, mi amor...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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miércoles, 23 de abril de 2014

VOZ, QUE NO POR IRTE DE ALGÚN LADO LO ABANDONAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



A MARÍA CASTILHO, 
PERENNE


Muchos días de ausencia, 
este barrio de casas azuladas, 
de muros altos con gente a veces buena, 
a  veces simplemente gente, 
que no sabemos de qué dolor regresa, 
conmueve, por el peso de tu ausencia...
Y los poemas, 
bueno, eso es otra cosa, 
en mis pasillos tu voz fuerte resuena, 
los ecos de otros días diminutos, 
persiguen mi presencia si los halo, 
y se me quedan mirando, 
enternecidos, 
los ecos miran, 
regresan si los pido a domicilio...
y se preguntan por qué les faltas tanto, 
pero se llenan de esa frágil esperanza, 
que diez minutos después es una atleta, 
pidiendo pista para dar y recoger, 
los ecos tuyos mujer...
Bueno, ternuras que dejaste regeneran,
quería desde mis letras saludarte, 
dejarte claro que no estás pero aquí sigues, 
que tu lugar no se llena con ninguna, 
y que te espera, 
guardado de la luz,
con un poco de polvo que hace siesta
sobre bordes, cornisas y anaqueles,
los ecos tuyos María, 
aquí volviendo a dar lo que dejaste, 
afecto inmenso, silencio y poesía...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

lunes, 21 de abril de 2014

CUANDO DIGO EMOCIÓN PIENSO ALIMENTO / Poesía de José Ignacio Restrepo




MI DIETA


Si fueras algo más, delicatessen,
un grano de mi sal entre tus dientes,
una muesca de fino chocolate
o un retal de cacao
contra el molde,
tendría otras recetas con tu nombre
divulgando detalles de tu cuerpo
en salidas de baño desleídas
o con una balaca por sombrero...
Tendría allí en la guía de cocina
un capítulo entero para ti
y las fotos de guiños y sonrisas
en mi boca, mi frente y mis mejillas,
la última que ataste con la luz
a un beso confiscado todo tuyo,
una fiesta de tarde hasta la noche
en la que me dijiste que me fuera,
mientras yo te cantaba en alemán,
no te vayas, amor, que nada soy,
no soy nadie sin verte,
que tú eres azúcar, mi derroche,
y en la vista completa de tu cuerpo,
de ese adverbio de carne coronado
para el bello sustantivo de mi afán
sobre tu cuello y boca, salivando,
como agua que encuentra algún sediento,
hace siglos de sed
manso sufriendo.

Si no tuvieras algo demasiado
y tus pechos turgentes
no me hablaran,
volcaría mis manos nuevamente
entre gulas y sedes de extrañeza,
mojaría uno a uno mis recuerdos,
lo que tuve, y aún tengo pero temo
no llegar a tener cuando desee,
hasta volver tu carne mi aderezo
ya que ella me mueve,
y me detiene,
podría denostar de lo vivido,
y negar que pasó,
que lo comí,
para darme tu plato al mediodía,
y dejar algo en el para mañana,
lo mejor de lo tuyo aquí en mi cama,
y el resto de tu dulce, mi aceituna,
para poner cortadas y pequeñas,
piñas,  mangos y ciruelas,
que me llenen la boca
otra jornada,
mientras miro la luna y las estrellas.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

sábado, 19 de abril de 2014

LA TELA / Poesía de José Ignacio Restrepo



DE NOCHE


Fuerte puntada en cruz y sin dedal
damos cuando tomados de las manos,
recibimos la noche
de bautizo,
con cada bello segundo sin retraso
como un bello regalo que nos dan,
los ángeles que cuidan nuestros pasos,
descubrimos la gracia del  decir
unida a ese silencio que no ata
y nunca repetimos ya lo dicho
por respeto al oro de herramienta,
las palabras que usamos,
los silencios
que calman nuestros ojos como ungüento,
aunque ardan ya de tanta soledad,
pues vernos no es lo mismo que sabernos...
La tela que pusimos no se rompe,
resiste el desgaste de los días,
conserva su color y su alegría,
y este trazado por los dos cosido,
no tenemos dedales de gris plástico
tampoco uno más nuevo de aluminio,
y miramos sin mirar cada costura
- la entrada y salida de la aguja -
dos veces nos chuzamos y salió
como una bendición
junta la sangre,
diciéndonos verdades en palabras,
también del puente hecho de silencio,
en donde tarde a tarde vos y yo
venimos y cosemos nuestra tela,
para verla algún día terminada,
de sumar y restar
bellas jornadas...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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lunes, 14 de abril de 2014

SERENA AVARA, VIDA / Poesía de José Ignacio Restrepo




PROMESA



Serena vida avara
no le niegues,
lo que por ser y estar tiene derecho,
mejor cuelga bellezas en sus ojos
y de agua llena su nueva cantimplora,
deja que ate con cuero sus sandalias
y no con los dolores del camino,
pon remedio en sus manos o tan cerca
que puedan los adultos ser sus guías,
enséñale el poder de las estrellas
y la magia certera de los mapas,
explícale de qué se hace el silencio
y su lazo inigualable y obsequioso,
con esas joyas brillantes
las palabras...
Deletrea al frente suyo y con amor
lo que quiere decir la voz dolor,
pero ni se lo pintes en el cuerpo,
y menos en los bordes de su alma,
para que tenga tiempo de adorar
esos pasos felices por bien dados
y ese dulce camino donde hizo,
las huellas de sus actos fronterizos,
que recuerdan que tiene corazón
y que escucha su voz 
latiendo siempre...
Preséntale algún hada que lo lleve
a lo largo y lo ancho de la vida,
mas dale de recuerdo un eslabón,
que esté roto y también algo oxidado...
que lleve sometido algún candado
sin llave, sin tranca y sin origen,
para que aprenda a dar lo que recibe
y a respetar al todo y a la nada,
como sitios de partida
y de llegada...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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domingo, 13 de abril de 2014

NO DEJAR PARA MAÑANA / Poesía de José Ignacio Restrepo




CON GANAS


Dejas ansias
si evades de cansancio
de este tórrido escenario que compartes,
con mi vista, mi cuerpo, y mis deseos,
y lo usas tan solo para huir
y dormirte pensando en que el mañana,
ya ha llegado
y te llama como un pibe,
desde el borde falaz de la ventana...
Dejas cosas divinas por hacer
cuando pones la mente
 en otra cosa,
y no miras mi vista dadivosa,
que se ofrece para serte fuente plena,
migras ya al rectángulo inseguro,
donde Orfeo te abraza
en contra mía,
y prefieres dejar para mañana
todo aquello que podemos hacer hoy,
ajedreces jugar que sí te esperan
mientras viejos los dos,
prontos seremos,
desde el alba que no ha llegado aún
te musitan que no cierres los ojos,
aún puedes mirar un poco atrás
para ver a mi cuerpo
murmurar,
sobre el bello derroche que bosteza
pero espera con ganas de jugar,
que adelantes tu cuerpo y tu reloj,
y prendamos de nuevo el pacto antiguo,
ese juego de dar y de atrapar
aún más vida
de la que es dado soñar
no durmiendo
si algo queda para dar...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

miércoles, 9 de abril de 2014

OTRO SILENCIO QUE RUEGA / Poesía de José Ignacio Restrepo


ATADOS


Has dejado los guantes en la mesa,
y la red del cabello justo al lado
donde espera también la lamparita,
que nos alumbra todo si está oscura
esa hermosa misión de retocarnos,
de salvar las distancias entre bromas,
y asaltarnos a besos, perdigones,
nudos nuevos en manos, piernas, ojos,
hasta hacer del intento un nuevo logro,
y al presente ponerle otro ladrillo
con tu cuerpo y el mío como muros.
Has dejado los ritos y el cansancio
elaboradamente doblados en la silla,
y la falda, y el jersey, y tus hebillas
por eso vuela el pelo allí en tu espalda,
y puedo retocar la imagen toda,
que desde antier o algo más no visitaba,
ardan entonces los altos pensamientos
que te rodean, te celan, determinan,
y no detenga mi ruego hecho silencio
que de tanto derivar entre aspavientos,
se conforma con mirarte entera,
nombran mis manos y tú bella retienes
los ecos que te sabes de memoria...
como si fueran letrillas de cipreses,
dichos de olas que han viajado mucho,
o gorgoteos de vieja cantimplora
que ya de muchos ríos tuvo agua,
 y se conoce la sed de quien la porta,
y su llamado cuando pide amor y agua...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

jueves, 3 de abril de 2014

QUIETUDES HAY QUE SALVAN / Poesía de José Ignacio Restrepo


LOS LAZOS RUEGAN


Habita cada caricia el laberinto, 
donde el paso de dos, taimado y claro, 
tiene por búsqueda y atajo, una salida...
el eco de tu voz galopa el mío,
tu piel entre mis manos se trastoca,
y el yugo mineral de mi saliva
entre tus labios amor agua la boca...
Bellas piedras calizas adheridas
a los pies que recorren el camino
donde fundar deseo y sentimiento,
donde libar sin ver la flor, el cieno...
Tareas de diario viaje y su regreso,
no desdeñar la nada en nuestro todo,
puede ser una página robada
sin las letras que riegan el decir
o el aplomo instintivo que le quita
la magia ensimismada al porvenir,
deja todo doblado tras usarlo
y lava la huella brusca con jabón,
emígrate y regresa a suelo firme,
sin correr, en los brazos de la unión...
Tienes hijos, ya cuelgan de su pecho,
de esa madre con rostro algo gastado
que no llamas hace rato por su nombre
con las letras iguales del amor...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

martes, 1 de abril de 2014

CUANDO TE VAS, AMOR / Poesía de José Ignacio Restrepo



ORTOS VIAJARON


Parda quietud, 
esta que llega y se aposenta,
me trae recuerdos de otras horas, 
oscura pertinencia de no estar, 
perdido por arribar a otro lugar, 
donde sea más notorio y pertinaz, 
ese grito pasmado de tu ausencia...
Vaga secuencia, 
esta de tus signos, 
los veo delicados, desunidos, 
puestos en tus atriles o en los míos, 
y de todo brota su música espejada, 
tu recuerdo sutil, tu fiel mirada...
Hace nada te fuiste, 
mujer mía, 
y ya eres tonada por el pecho, 
silbido bajo, ancha carencia, 
saberte cierta es sin embargo, 
pulida piedra, en mi diadema blanca,
brillo en mis ojos, 
mitad de algo que crece y que decrece, 
que no se llama igual que ayer...
no importa,
es llama fiel aunque mude de sitio,
tiene el poder de iluminar las cosas, 
¿te digo algo? 
mejor te pienso, 
cielo en mi todo...
De tu ausencia mirar, 
donde nace la luz es mi recuerdo
en qué ciudad, adentro,
de esas que llevo en el alma contraídas, 
¿puede un ser volador iluminar 
sus calles a punta de destellos, 
aunque sea al final para calmar 
esa sed de amar algún castillo?
Tu nombre de mujer 
mi piel de versos...
Encendido, 
tu bello corazón
cómo ilumina todo mi silencio...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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