jueves, 30 de octubre de 2014

LATITUDES SUBLIMES Y OTROS ECUADORES / Poesía de José Ignacio Restrepo



  
VIEJOS MAPAS



De mis atajos sobre cuerpos tristes
tengo mis rutas a lápiz sobre mapas,
y algunas ya borradas,
invisibles,
las tengo bien talladas en mis manos,
vos con tu piel de zapa
eres testigo,
de que recorro a ciegas tus caminos,
y solo me detengo a beber agua,
que me rindes amor
en sudor frío...

Contumaces liturgias adheridas
a los viajes, las odas, las tristezas,
amas y cuando duermes
aderezas,
esas largas jornadas ya vividas
sobre cuerpos de liebres, codornices,
cebras huyendo solas
e iracundas,
que alargando mi sueño puedo ver
iguales a los días cuando fauno,
tenía todo ese bosque refinado
en las líneas y esferas que pinté,
sobre mi cuepo joven
tantas tardes,
para poderlo a ciegas recorrer,
con la sazón del sabio
y la premura
de quien sabe comer
a ojos cerrados...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

martes, 28 de octubre de 2014

EN ESA HORA BENDITA / Poesía de José Ignacio Restrepo




DESPERTADOR


He despertado un poema deudor entre sentencias
que dormía enmarañado, encasquetado y dolido
ya perdido entre carpetas que trataron mil y un temas
condenándolo al siseo de murmullos a mi oído,
a reptar entre mi piel en esas noches de asueto
cuando te nombran mis huesos tomando de el palabras
y te requieren mis besos, alas de golondrina
y mis manos en su afán de en tus manos reencontrarse
hacen agua en todas partes entablando con mi voz
en ese silencio atroz como charla jacobina, 
donde los versos no acaban y la rima es desigual,
como culpando al decir por lo que dijo el callar...

He despertado un poema hecho de piel en jirones,
colgada de mi ventana al igual que lo que viste
este cuerpo a veces triste que a veces es sólo alma,
abrillantado del nácar de los sueños entre bruma,
el viento mueve la cuerda y vuelan los pantalones,
la camisa del ayer, y los secos interiores,
y mi extraña desnudez se acrisola en el poema,
nombrando la luz antigua de tus espacios ausentes,
rezo como un pequeño apenas con dos palabras
devolviéndome después a las mil de mi poema,
clemente canto en la hora de tu regreso que sueño
y turbio relincho luego cuando veo que no me hablas...
quemo todos los andrajos y me cubro con la sal
del poema despertado que solo llora en silencio...
es el asueto me dice, ella seguro vendrá
son palabras desganadas, el sabe que si yo muero
de tu amor, y por tu ausencia
nunca podrá despertar como hoy con vida propia
y dormirá sin que nadie junte las mil un palabras
que cualquier piel necesita para vestir soledades
o al menos para dormir nuevamente
los recuerdos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

lunes, 27 de octubre de 2014

FRANCA LA GUERRA DE IR PARA VOLVER / Poesía de José Ignacio Restrepo



OTRO PRIMER DÍA
 
 
 
Someras oquedades,
dormidas entre la tertulia de las cosas calladas,
superan mi deseo de callar,
de tejer silenciosas maneras de decir,
de encargar perlas negras a débiles designios...
de dormir el argot de ambiguedades
que desgreñan mi pelo 
y ese puente de duros, pequeños, permanentes,
cabellos que entre los arcos rebeldes de mis cejas,
me hacen ver altanero, loco y trasgresor,
de un mal genio perpetuo
y un gusto altisonante,
por continuar sin espacio de la una hasta la otra,
como si fuera una siembra constante de desorden
donde hay grises, y hay blancos
y aún negros,
que no dejan reir
mi sol semblante...

Este tiempo de fríos extendidos,
de vientos que no cesan,
de nubes declaradamente grises,
no decanta alegrías hasta el bies de mis deseos
sobre todo por este cruel tiempo usurero
que ha dejado dos días y un medio de asueto
para que descansáramos del mundo...
y nosotros no le dimos buen empleo,
lo dejamos meter,
nos preocupamos,
y del gentil dolor de los demás
construímos un triunfo sobre el nuestro,
ah, un mil o más bosquejos de delirios
donde nadie se gana lo perdido,
y todo resplandece por sombrío,
estos días de ganado descanso se nos fueron mujer
en sufrir doble,
no pudimos tendernos, solazarnos,
deshacernos en miríadas de caricias... 
o quebrarnos en la piel y el sopor pertenecidos,
los gastamos yendo de visita y volviendo míseros y tristes
al desgobierno de dolores ajenos
y perdidos...

Y empieza nuevamente la semana...
tú me dejas temprano y yo me quedo asistiendo  
como justo colegial a mi bosque de palabras,
villano de la voz, enternecido, duende de nacimientos temporarios,
recordándote cien veces mientras las horas pasan,
este día de puentes y designios, 
de frío que se alberga en las cosas y espacios
donde no soy autor de ajenos ni de propios,
ni escucha de sencillos catecismos de olvido,
solo pongo una piedra sobre otra ya pulida
y a la sombra del sol las hago muralla,
y te tengo mis larvas ya crecidas hablando
 como bebés hambrientos
en la caja de canjes...
Tú después llegarás mostrando tu cansancio,
igual que quien domina las carreras de olimpo,
me dirás un par de bellos desgobiernos 
con los ojos amantes de quien vibra ante el otro,
pondré viandas suaves, pequeñas en tu boca
como quien dice azúl
por decir cielo pleno...
Y entonces reirás, diciendo amor, mi vida
 viva otra vez he llegado a la casa de ambos
y yo tendré por suerte la gruta destendida,
la cama dignada de mandrágras abiertas
y este amor que ha crecido un día en soledad
aún más santo, más firme, salado y adobado
para dártelo amor, mi nubia apetecida
por haber recordado en la tarde este regreso
y haberlo recorrido de vuelta
paso a paso...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©

jueves, 23 de octubre de 2014

HABLANDO SOLO / Poesía de José Ignacio Restrepo


 QUERELLA


Tosco morrón,
cuando tu aroma pasa,
se fuga de mi baño y mis paredes,
me deja resplandeciente en mi pudor
por no gastarme amor
aquí adelante,
no estás,
entonces porqué te oigo...
golpe de gracia a todos mis deseos
que tienen con tu nombre un adjetivo,
atravesado y bello por decirlo
y nuevo
por no ayer poder gastarlo...
Tengo ahorros contigo,
tú lo sabes,
cuantiosos en la cuenta comandita,
no los quiero a nadie regalar
ni guardarlos para qué en otro lugar,
y tengo herramientas diferentes
que pueden demoler mi propio banco,
pero de este gastado abecedario
compartirlo, o hablarlo
 solo un poco,
quizás hoy o mañana
con vos quiero...

Y este golpe acentuado por etapas
que la pinche realidad me da en la jeta,
yo y mis rojos,
yo y todos mis morados,
yo y mis justos o injustos cardenales...
estos días tan fríos y azulados
en que vago en tu busca
sin hallarte,
me los doy, me los cedo,
los regalo,
los vendo a los gorriones que se meten
por la ventana que da a la catedral
o asumo que estoy bien, que nada tengo,
que si llegas y me ves muerto en el suelo,
no lo siento,
estoy bien...ese muerto que soy
te lo regalo...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

domingo, 19 de octubre de 2014

GASTAR EL AHORRO / Poesía de José Ignacio Restrepo




MI ALIMENTO


Hacer masa de arroz 
con las palabras
es el tema de hoy,
qué voy a hacer...
Puedo hacerla sin ver sobre tu piel
pensando que los dos
luego estaremos
con limon y pepino y aceitunas,
con tomate cortado y hasta piña,
en pedazos de gozo en la ensalada,
vos y yo,
que aún nos cortejamos,
nos decimos amor con rostro y manos,
y atamos los deseos que nos faltan
a ese corto conrdón umbilical,
que nos brota a los dos
de los ombligos...

Hacer masa de maiz sin retirar
esa fibra de afrecho que se queda
en los dientes amor
como una huella,
de aquello que probamos y comimos,
así es nuestro ávido apetito
 jornal que paga todo lo gastado 
pero ahorra los frutos que se quedan
en tanto sentimiento que nos une,
aquello que tendremos que gastar,
me pides que te hable y yo me callo,
pero pongo en tus ojos 
las preguntas,
que ayer te respondí cuando dormías...
y acaso aquí nos llegue la mañana,
bregando a mejorar esa receta,
que explica como hacer masa perfecta
a punta de cortejo
y nada más...


 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

sábado, 18 de octubre de 2014

A VECES DEBO UNIRME DE NUEVO / Poesía de José Ignacio Restrepo




PROFUNDA
 
 
Se me acaban los verbos...
Mientras,
se fugan entre luz los adjetivos,
toman esos pasillos preparados para el sueño
y los recorren entre coplas puras,
como queriendo, mujer
que te despiertes,
que olvides los cansancios resentidos
y el picor de los abiertos ojos,
que miran bello,
te lo juro novia,
hasta cuando decides que quieres cerrarlos...
Me cuelgo de mi afán sincero
que quiere gobernar tu cuerpo un rato,
ahorco todo mi sabio hacer retado
y lo dejo moribundo en el sofá...
luego me acerco despierto hasta tu sueño,
pues tengo hambre
aunque sea de mirar...
Se me agostan los verbos, el quehacer,
en lo mutuo recibo tu cansancio
lo tomo en mis ganas entrañables
y aspiraciones le hago sobre el gozo,
de saberte a mi lado,
verte absuelta,
de mi dolosa gana de reinar,
sobre tu cuerpo bello que a cuarenta
siete años ya debo sumar..
como soy de glotón e irreverente
al poner mis deseos en los tuyos,
sin contar con tu afable reverencia,
los verbos,
mujer ,
 me son afluentes,
caliente encontrarás mañana el lecho,
mañana cuando llegues descansada
y veas acrisolada mi virtud...
con tus ganas de hacer multiplicadas
que hoy solo se quedaron en miradas
y en deseos de tocar tu corazón...
 

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

jueves, 16 de octubre de 2014

ORO TENGO, AL ALCANCE DE MIS MANOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


A MI DULCE


Edulcorante del alma transportista
que toma del afuera la tristeza
y se muere sin ser bien detallada
yo la lleva a la luz para mirarla,
única condición para que viaje
adentro sin que sea un equipaje,
la tomé de sus ojos y sus manos,
de su piel angostada aún fructuosa,
y froté su riqueza entristecida
en mi cuerpo de acápite viajero
cuyas lecturas fieles no la nombran...
Soy voz, pero tarde yo enmudezco,
te veo sobre mí como paciente
y no puedo curar tu gozo loco,
menos tu entristecida petición,
que se hace en mi voz genuflexión
y luego se renace en poesía...

Dulces como tus ojos en mi vida
y como tus palabras diariamente,
son tus pasos, perfecta sintonía
que temprano se van y luego vuelven,
de mi amor y mi dolor que son gemelos,
dejo noticias cada vez que llegas
y luego me convierto en largo salmo,
para endulzar tus hálitos negados,
vienes por algo mío y yo te doy
aquello que guardé toda mi vida,
no sé si es el remedio que precisas
cuando mi bien te cubre con su sombra,
humedeciendo tu vientre acalorado
aunque no me lo pidas, mi princesa...

Y cuando es mi amistad la que enamora,
los árboles, los tallos y los frutos,
envío mi atención a las raíces,
aunque también me pesa tu silencio...
Amo por que aprendí de mis pasados,
amo gracias al verbo de mi madre
y a la obediencia proba de mi padre,
y puedo amar tan suelto como un loco
que encuentra su razón en las letrinas,
no temas mi descuido o mi rutina,
y menos las preguntas que me hago,
en las noches a ciegas de mis ojos
y los días sin meta entre el suplicio...
no veas ni refundes maleficios
en esta claridad de mis palabras,
pues tú endulzas completo mi silencio
y lavas mi acidez con tu dulzura
verbos de largo aliento entre nosotros
que llenan cual si fueran alimento...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

domingo, 12 de octubre de 2014

QUE VOY A HACER SUDOR, SI MOJAS TODO... / Poesía de José Ignacio Restrepo


DE DERECHA A IZQUIERDA


Desdén es lo que baja
resbalando por el íntimo recuerdo,
mientras te tomo de mi vivo vaso,
un sorbo, y otro...y otro,
y luego más,
esta sed de tu cuerpo no la entiendo,
no es el más bonito,
ni el más nuevo,
y acaso tenga a mano otros mejores,
pero ardo como sol entre las flores,
cuando desgranas gozo
por lograr,
que sudemos por horas, nada más...
Lo vistes de mi ávido deseo,
y le pones palabras nacaradas
para juntos de noche comulgar,
entreverados, locos, forasteros...

Y entonces
cuando somos y no somos,
en el momento alterno al de la muerte,
con las manos tan llenas
y vacías,
por tener este gozo solo un día,
me dejo corretear,
que ante mí bailes,
que mi piel la calientes
y la salves,
como solo tú amor sabes hacer,
convirtiendo la noche en mal de brisas,
al alba rescatada en fría fuente,
y la cama de dos y el aguardiente
en cita irrepetible
que otra vez,
nos toma sin ensayo de los cuerpos
para acabar de arder en esta pieza,
cual verano de Ibiza
 sin renta,
o vendidos sin más, vueltos tesoro,
aunque amemos así
muy pobremente,
alzándonos de ganas y coraje,
los dos en sexo loco sin ultraje
amándonos hasta que acabe todo
de derecha si llueve y nunca escampa
y luego a izquierda,
mágica y directa
en finales de otoño
y en verano...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 8 de octubre de 2014

EL FERVOR CON EL QUE ALUMBRAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


A TODO LO QUE DICES


Y si algún nenúfar desde su charca, 
inmóvil, 
tiene un contrato sin voz
 pero de fe al decir,
que la vasta hermosura de lo junto,
que del cielo alargado para el raro azul
de ojos fecundos,
que del alto alazán que pinta con su negro galope
las jornadas de ensueño que no tienes,
y te basta intuir que así será,
aunque pasen los días y no sea,
por oirlo salir
de sus pétalos dicientes,
a creerlo amigo...
Entonces canta fuerte y hazlo ya,
no entre locuaces que no saben lo que dicen
o dicientes que entallan 
versos en los labios del apuro,
sino por la vereda de las luces, 
que viaja de árbol a árbol,
con sus versos callados, cejijuntos,
hasta cantar su si a toda la selva,
albergue de los santos que no son,
y de los diablos benditos que son mudos...
Y luego solo goza hasta que caigas,
duerme bajo el follaje,
en el duro granito de la piedra,
o en el brillo rapaz de la baldosa
que sabe de tu paso anochecido...
 Los versos con placer regresarán
a buscar el sudor de tus tobillos,
tus dobladas rodillas,
y ese brillo central que mueve todo,
y que habita en el centro de tus ojos,
el eco de tu sal reconocido nuevamente hablará
y sabes que lo hará un mil un veces, 
del sereno lugar al que vos vas
con tu paso y tu duda
el verde suspendido te recuerda
ese verso mejor entre el follaje,
 que grita entre los vientos 
tu poema...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

viernes, 3 de octubre de 2014

EL SABOR DEL MAGUEY / Poesía de José Ignacio Restrepo


LLEGANDO


Umbrías penas parecen 
caminar desnudas y transparentes, 
entre los magnos versos que profeso, 
mientras anima el agua 
que brota sin motivo por los muros...
Se destejen sombras, 
laboran ciudadanos taciturnos, 
mirando en las ventanas 
el paso distanciado de otros besos...
Ciudadanos...
 han convertido cada paso del viento
en pozos de riego 
que bañan la inocencia de sus cuerpos, 
y sin embargo  
liban sangrantes en sus bocas,
los recuerdos pedestres sin acuerdo alguno, 
guiados por el mapa de las ansias
pintado desde siempre 
sobre el amoroso avatar 
que hay en sus cuerpos...
Soy otro más, 
miro sin sosiego la ventana...
Cántaros con tu nombre 
quitando sedes antes comulgadas,
mi cuerpo adusto
camino de tejidas parsimonias,
cuyo tránsito es y será descolorido
si no llevo tejida esa fragancia,
hecha del movimiento de tu talle,
los sutiles motivos de ir a verte,
de querer pretenderte una vez más,
sujetar tu cabello
- aunque te duela -
y despues recubrirte
con la mortaja de todo lo que llevo,
mi cuerpo aderezado de cansancios,
para que no llegue a deserenarte el frío,
que es paje inseguro de la muerte...
Caeré en terreno preparado
para la siembra y el vino,
siempre que sea tu piel
y no la de otra,
la que cobije el sueño adolorido,
y luego ella tendrá que descubrirme,
pues me sabe soldado que allí llega
agotado de darse a cada hora,
pero de miel deseoso..
Tu voz,
cual nuevo obsequio puro,
antes de mi  llegada silenciosa,
ya le cuenta el poema más sencillo,
a la fuerza del mágico querer
que hay viviendo
entre los pliegues
de mi rojo y gastado corazón...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
 
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