lunes, 21 de noviembre de 2016

UN AROMA COMO AGUA / Poesía de José Ignacio Restrepo



CYRANO RECARGADO


El estar,
un momento peculiar
mientras me hago al corriente de tu gracia
-plena de mohínes y maromas-
a cual más fabulosa
que cruza felizmente entre mi piel
y sazonada errante
por la pintura brillante
en la pared...
...ni el frío ni el calor pueden con ésto,
salivado fermento de colores
que siento como si fuera de verdad
tu lengua de virtud maravillosa
que me toma por carne o por helado
con la fe de un faisán que posa quieto
para servir de imagen o moneda
en su talle alabado,
origen de recuerdos sin olvido
que llevan desde siempre
atado un nombre...

Tres veces aclamada
y bien zurcida
con la fuerza distante de su aliento,
la llevo como un mapa lisonjero
al sitio donde está aunque no esté
reclamando sus loores al olvido,
dueño de tus privados intersticios
y que entrando a mi dolor
alabo....
Y luego
ciego hago de presencia,
extiendo hacia el oscuro mis dos manos,
para buscar los bordes de su cuerpo,
y por segundos siento bien su aroma
que se vierte como agua en mi cerebro,
y creo, creo, creo...
en denostar al silencio desatado
con la más infiel de las palabras,
que para quien ha odiado lo que amó
y luego odio por ello haberlo hecho,
es ahora un Cyrano desatado
que clama desde afuera
por su amor...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright © 

sábado, 12 de noviembre de 2016

ESA HORA SOÑADA / Poesía de José Ignacio Restrepo


ESTAMPA



Baste decir que soy el bies de tus deseos,
el yugo que no pesa y hace que vuelvas
a esta casa de juego donde vivo
sobre todo en el tiempo reparado
que deja libre y sentido
tu trabajo...
Con ese raro y débil fundamento
que explica que hay del otro entre tu espalda,
en los pelos del pecho, en las mejillas,dejo 
semillas en forma de palabras
para que leas tarde
mientras grabo en la horma de tu voz
ese murmullo exangüe,
algún poema
que huya de los pálidos esquemas
con que todos dijeron que te amaban.
Y lanzo mi canción en bocanadas
para que la repitas si no estoy,
cuando me llamas acaso con la fe
de que sea el mañana de nosotros,
aunque el hoy nos limite,
y no nos deje acaso ese regalo
de vernos en el otro reflejado...

Baste decir
si no ha quedado claro,
que llenas esta casa de alquiler,
a la que llegas tarde y muy cansada,
incluso muchas veces
no hay que hablar
y en el silencio ronco de un abrazo
te pago lo del hoy
y me rindo con vos a ser tu sueño,
opaco y desabrido en esta edad
de mozuelo en afán envejecido...
Luego veo la casa algo vacía
mientras el gato gris
pisa detrás,
y me acerco con él a la ventana
para mirar la acera, el arce triste,
los pájaros dormidos en filita,
y ese cacho callado de la luna
que alumbra tras las nubes...
mañana la veré cuando nos deje,
preguntará a mis ojos si va bien
y yo con ellos tibio le diré
- belleza-
a otros vas a alumbrar
por ocho horas,
yo seguiré estirando la alborada
y luego me apearé muy aburrido
a hacer mi desayuno en singular
y a soñar con la hora
en que regresas...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ®

martes, 1 de noviembre de 2016

FERVOR TRAS LA PENA / Poesía de José Ignacio Restrepo



TENUE


Censos de alma sutil 
como la tuya
que le imponen a todo lo que tengo,
mientras yo muero atrás de la pared...
mi tiempo es diferente,
consigo lo que no quiero y diverjo
de mis sueños pulidos y atrasados,
en todo caso sueño
deseos invaluables desligados
de aquello que hace tiempo se llevó
mis muérdagos de fe,
cerebrales señales de abandono,
mosaicos con lo ileso
que es bien poco,
atados a la sombra de mi pie,
ves, si llego a caer
el aire de mi todo se entremezcla
con el aire que tienen los viandantes,
y esos otros que ven y que no vemos,
que inspiraron las lineas encantadas
de los libros de gnomos,
esos sabios pequeños...

Bifurcadas mis ínfulas te nombran
sobre todo en los días de solsticio,
nácar llueve
y yo me desmorono como laja 
calesitas de azar envueltas en vil plomo,
el alma descubierta es pedernal
puesto allí por error
y al sol de más de un día tengo miedo
por no decir pavor,
pues es de todos acá muy conocido
que el verano extendido,
clama extraños sudores en las almas
y los pies van rendidos,
sobre un mapa que de nombres carece,
un mapa muy doblado
entintado en las puntas,
que en silencio creemos llevará
al punto donde unirnos no es difícil,
donde habla la verdad
y es de virtud
lo que antes fue punible...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©
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