viernes, 30 de noviembre de 2012

DE MARES Y PLAYAS... / Poesía de José Ignacio Restrepo




DE LUCES, LLEGO


Vago navío entre luces,
arribando,
explosiones de mítica dulzura
llegan a puerto, mi puerto,
de tu ser y alma fiel calado,
profuso en tanta fe, frutos extraños,
bodegas llenas de aire y alimentos,
en mi carga ese sustento sobra
pero me falta boca,
dientes atados a viejísimos sabores,
lengua en permuta
dejada en otro tiempo,
paladeando acaso pasadas 
futuras emociones...

Como si de largos viajes solo fuera
un redimido náufrago encontrado,
gastado en recoger dádivas, ansias,
nomenclaturas ajenas,
mil recuerdos,
tomado de mi fiel contramaestre
que siempre espera que regrese
a sano puerto,
yo 
y mi inconsciencia pura,
con mi desmayo largo
que habla de insensatas garantías,
que sacarán rubores mercenarios
de nuevo,
a justos rostros
encontrados y perdidos,
que también procuraron vitamina
y se recuerdan en mi piel
sin un lamento...

Navío hermoso 
entre tormenta
y aun más bello en el mar quieto de todo,
arribando a la bahía de reflujos
que tiene tu nombre escrito en todas partes,
entrecortadas voces
palpitando,
mientras miras mis ojos marineros,
que de tanto mirar están cansados
y piden tiempo de asueto,
en la playa de vos,
en tus silencios,
en tus lavas que nacen y se queman
submarinas, rojizas, diligentes,
que ensayan los rumores de las olas
por las noches 
cuando duerme el mundo,
en tus hijos colores,
pido gastar mi sueldo vacunado
por desprestigios comprados hace rato,
entrego mis papeles y mis deudas
para que merme tu feliz recibo,
no para que niegues
que estoy vivo...

Y esa bitácora es ancha 
y es profunda,
pero mejor no verla
saboreando las sales de mi rostro,
ellas bien te recuerdan,
tus labios encendidos 
majestuosos,
declarando la fiesta a mi retorno,
tus labios compañeros de los míos,
cómo sabios se callan 
envolventes,
cómo saben de idiomas 
y de gentes,
ese norte,
ese sur,
de tu alma boca,
por los que vuelvo aquí,
para ver comenzar de nuevo el mundo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 28 de noviembre de 2012

... A LAS PALABRAS QUE NOS FALTAN / Poesía de José Ignacio Restrepo



REMANENTES


Quedan por ver,
las que no hemos llamado con la boca,
aquellas cosas sin nombre ni apellido,
de gentilicio incierto por lejano,
sin vocales abiertas o cerradas,
sin consonantes planas o cortantes,
sin figuras o dibujos
que relaten,
el porque de las cosas hoy postradas,
sus maestras carnes,
sus leves problemas,
impedidos de llegar con luz
a nuestras casas casi silenciosas,
por el torpe dilema de faltar
todas ellas a su propio bautizo...

El poder de nombrar yace en la piel,
no mengua ni por días idos
ni por noches perdidas en reparos,
se yergue pese a lastimeras fatigas
y a esas grandes distancias que pusimos,
sembradas de silencios mixtos,
aun puede el vigor ser convocado
por ese acto tan parco,
tan sucinto,
de nombrar algo de las mutuas presencias,
de las solas presencias ya vividas,
que tuvimos por suerte de invitadas,
aun pueden las cosas si las llamas,
saber de sus nombres y apellidos,
frente a frente,
incluso lado a lado,
quizá guardes algún verbo vuelto carne,
que entre nosotros pregunte
por su sombra,
todo tiene su llave y puede abrirse,
convertirse en objeto de deseo,
pues no hay nada más amado por las cosas
que ese nombre que las llama
y reconoce,
aun yace potente en nuestras bocas
y restalla en el iris bien brillante,
esos restos,
nuestro futuro amante
pretendiendo entre minutos
y por horas,
delicado soñarse con sus dueños,
quienes callan sus nombres,
no los llaman...
en la misma puerta del deseo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


lunes, 26 de noviembre de 2012

CADA CENTÍMETRO QUE VEO... / Poesía de José Ignacio Restrepo


QUANTICUM


Cuánto mide tu piel,
la inquietud me mece,
me recorre,
y el talón de la noche
me envía de retorno
hacia tus manos,
que fugadas de afanes rutinarios,
han volcado la rueca,
desvestido el ovillo,
liberado la luz...

Me mece,
me recorre...

La refriega entre la estrella y el vacío,
apostando por quedarse en el espacio,
deja atados todos sus reflejos,
atorados de paz y de sosiego,
porque miran tus ojos lo que queda,
de la luz y del cosmos,
lanzas van que llegan y reparan,
cuánto vale el metro que lo indague,
si tu piel en mi vista que te implora
solo tiene el largo de mi voz,
cuánto mide,
por dios,
en algún paralelo o meridiano,
tomando algún lugar por referencia,
este sacro escenario,
esta goleta,
mares tengo en la fuga de mis manos
y olas prietas,
ante todo la rueca de mis ojos
se dispone a una fiesta,
en orillos dorados yo me envuelvo,
luces magnas en hilos nacarados,
cuánto mide tu piel, 
dime tu cuánto,
blandiendo manantiales a mi sed
como puras espadas que por fe,
han venido luchando,
por amor,
atestadas de sangre,
por honor,
enamoradas, muertas, yo no sé,
cuánto puede medir tal hermosura,
no es ébano, tampoco vil blancura,
timbre medio albor trigueño claro,
luz somera,
aliento constelado,
podría dormitar en estas playas
y dedicarme a medir sin instrumentos,
podría sudar algo en tus poros
para invertir el canal de mis sustentos,
y mirar tus lunares desparejos,
en el mar de tu espalda
agradecido,
bañar todo mi ser
inquieto,
mientras te pienso
mi ritual milagro,
escárchame los ojos con tu risa,
y si algo inmaterial ocurre,
dame respiración con tus caricias,
y tu batir de alas,
en mi vientre,
si,
algo me dice que allí
desde hace siglos
tengo una fe mística,
buscándote....

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 25 de noviembre de 2012

A CADA UNA, SU NOMBRE Y APELLIDO / Poesía de José Ignacio Restrepo



GRATITUDES


A las que leen,
que a veces nos escriben,
a las que vemos morando en los renglones,
en metros, en trenes, en aviones,
que cartas se envían ellas mismas,
con el oficio de entender sus mundos,
y esos otros habitáculos de afuera
donde algo poseen,
o algo sueñan,
a esas mujeres luchadoras
que despiertan con ideas nuevas
para cambiar las cosas,
ser mejores,
a las que aman todos los colores
y se retratan en los ojos
del que mira,
sus ojos de profundos a inquietantes,
sus gracejos, su silencio andante,
el atavío genial muestra virtudes
y por momentos luce adormilado
como pavo real,
que se ama mucho
extravagante
acaso único...

A esas
desde niñas resolutas
que se olvidaron de estar
siempre derechas,
porque sentían cosas importantes
rondando sus cerebros cada instante,
y que podían coger mejores flores
si saltaban las verjas
o leían más rápido
entre líneas,
a esas que desvisten las ideas,
que no confían siempre ni durante,
pero enamoran, si,
que alucinante,
como pueden surtir sus cantimploras
con el agua que manan nuestros ojos,
cuando vemos que se alejan,
se nos marchan,
tras sus sueños sinceros e incompletos
pero que bello es cuando recrean,
el mundo con sus cálidos pretextos,
cuando leen calladas y gozosas
amando cada fiel letra preciosa...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 20 de noviembre de 2012

SENDAS DE TACTO / Poesía de José Ignacio Restrepo




BOSQUE INVIERNO


Como fiebre en piel fría,
que fuiste,
te encuentro de voces,
de oídas,
y tan profusamente igual
a un bosque en ruinas,
circunstancia de lamento en lamento
formada de palabras en silencio,
y nuevamente 
te distingo nueva,
y buena te descubro
nuevamente...

O la sombra
 de algo deseado,
que superpuesta espera
 aquí a la luz,
o al día quizá que bautiza
lo que estaba oscuro en sus contornos,
tal parece que esto eres y más,
acaso sin bien tu proponerlo,
o el eco receloso de una música
jamás nunca escuchada,
bellamente ausente,
de inusual y rendida remembranza,
solamente similar tan  a ti misma,
intuible en el aire
que circunda,
o en la sombra que llega...

El deseo
de oírte se ha marchado, 
el bosque rumoroso tacto tiene,
ya no existe la piel para mis manos
en tu camino rojo del otoño,
que por la magia irreal 
que me circunda,
quedó ayer enterrado,
tras un viento local
bajo tu nieve...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


lunes, 19 de noviembre de 2012

DEL PENTAGRAMA / Poesía de José Ignacio Restrepo

VIBRANTE


Cruda voz de amanecer,
sabor amargo de rincón de muelle,
no debieras brotar así no más
perpleja de escucharte sin un tema,
sin ese gato medio muerto
por escucha...
No debieras sentirte como eco
de un espíritu agobiado y sensitivo,
por viejísimas penas
que lo escinden,
en variados fragmentos 
de terrosa arcilla,
aunque estén hechos
de sangres derramadas
sin precedente guerra
o herida visible,
no debieras vibrar
-voz atacada de tedios matutinos-
pidiendo más soledad para su dueño,
así no más
perpleja de saberte,
ni siquiera escuchada por error,
en la hora del canto que se alza
por un miedo consciente
hacia el silencio...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

domingo, 18 de noviembre de 2012

NO HOY, NI AYER...NI NUNCA / Poesía de José Ignacio Restrepo


NO YA...


No ya grises tardes 
bautizando claros pensamientos, 
ni atados a la noche los recuerdos, 
empezados todos con mi nombre...
No ya, 
tienes la prisa de la boca abierta, 
por emprender nuevos viajes 
nomenclados, 
con el bardo deseo por amigo, 
y el sueño sin quietud 
por compañero...
Bello, un tragaluz, tu sello,
como bajo relieve de tu alma,
deja pasar la clara mansedumbre
que el clima nacarado de la noche
resuelve que es de aquí
y ya no se marcha...
No ya,
los requiebros de sosegado aroma,
trayéndote una a una las memorias
de todo lo allanado,
lo perdido,
lo que te mereció el mejor impulso
pero se te cayó,
como caen sin gracia los pedruscos
que tiramos llamando a la ventana
para que salgas
amor,
para que salgas... 

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

jueves, 15 de noviembre de 2012

RELIEVES DEL CORAZÓN / Poesía de José Ignacio Restrepo


PALABRAS DE MUJER


Sagradas son las palabras 
de una mujer antes dueña, 
ahora por esas cosas, 
posesa única del amor
que su alma acopia...
Sagradas, 
no venturosas ni cernidas, 
capaz con ellas
de hacerse una guarida, 
de plumas de alma calurosa y bella,
como almohadón precioso,
que sabe que sobre él
se apoya piel de sin igual doncella...

Capaces y querellantes, 
esas palabras bellas, 
de una mujer que sabe que es amable,
son cubiertas de calor y no es el viento
el que las vuelve naves sin empresa...
Pudientes sus rumores y sus sombras
de dar noticia cierta o presentida,
de dirección directa y comprendida
que la libre de males solitarios,
auguran como polvo algún desierto,
pero se siguen bien y concordando,
con los propios latidos,
sus gigantes,
que puso en otras manos,
otros aires,
hasta perder
su propio raciocinio...

Capaces son,
lo sé,
yo he provocado
adioses, bienvenidas, agasajos,
las he tenido por decir cercanas
en los labios de esas que quisieron
desde darme el alma hasta la cama
y yo no las dejé,
o eso hice,
dejándolas con ellas en los labios
me escapé de su unción
y ahora bardo,
replico con su fiel nomenclatura
que son por bien capaces
de cubrir mi desamor
con su locura...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

martes, 13 de noviembre de 2012

EXTENDER LA VIGILIA... / Poesía de José Ignacio Restrepo



IGLESIA DE DOS


Te sabes encontrar
cada que llegas
a retomar el discurso de mis manos,
que he dejado ayer medio empezado,
en cada yema, cada cicatriz,
cada letargo,
y mis ojos entre cerrados te coronan
pues siempre tu llegada es oportuna,
sea sol, sea de noche, aun haya bruma,
mis manos te recuerdan tan precisa,
como si fueras muro y yo cornisa,
adosada a tu paz
con mi congoja

Con tu corona que no ves
sobre tu frente,
engarzada de joyas ya ganadas
que no buscaste
y te llevaste siempre,
con mis manos encima, 
sobre,
en derredor,
con mis ojos bañándote de oscuro,
y mi piel recubriéndote sin más,
todo este altar que nadie más contempla
como si fuera una iglesia de dos dioses,
levantadas en oraciones nuestras voces,
en un solo jadeo pertinaz,
que da testimonio nuevamente
de esta vocación hoy resarcida
que aquí con amor
reconocemos,
es todo lo que hay,
nos repetimos,
que te sientas querida
y yo querido...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

sábado, 10 de noviembre de 2012

TAMBIÉN SE CANTA EL VIENTO.../ Poesía de José Ignacio Restrepo



HOY ES SIEMPRE...TODAVÍA
(...como dijera Machado )


La querida canción
que el señor viento dejó,
en un papel amarillo e incompleto,
contra la hiedra que vive en la pared,
con la decencia de la infancia plena
que nunca dice mal lo que hay que hacer,
no la pude aprender durante años,
no la pude aprender,
nunca canté
sus adulzados versos
de estribillo enano,
ni acaso preferí seguir su curso,
que me decía que usted
la mía elegida,
debías ser la avara del amor,
que no sabías dar,
tener,
prestar,
y que en las manos abiertas te brillaban,
aquellas joyas claras con metal,
pero a ti cada dedo te apretaba,
mi ser a tu dilema le iba igual...
y me dejabas ser algo en tu vida
por una comodidad mal entendida..
Mis palabras sin duda te seguían
adheridas a los bordes
de tu pelo,
mis promesas estaban cual hebilla 
 atando tu presentida libertad 
y el tiempo 
que todo lo domina,
me dejó vivo en tu boca como sal,
 me encontraste deshaciendo la rutina
y supiste que yo era un caramelo
de aquellos esquivos por lo raros,
salados, de amargura prometida,
quemadores de dulzura
con saliva,
y me chupaste 
claro,
entre tus besos,
cada retal fue aire en tus excesos,
y yo dejé de ser
para poder,
entre tu vida hacer y deshacer...

Ya lo dijo Machado
en sus canciones,
hoy es siempre, 
hoy es todavía,
si se tiene el amor bella es la muerte, 
es una idea
lejana y asombrada 
que como nube vemos allí al frente
 oscura nos promete sin cumplir
una larga tormenta
desastrosa,
huracanes que inundan lo que ves,
barricadas que caen aplastando
lo que eres, lo que fuiste,
lo que sueñas,
pero es apenas 
nunca 
siempre
acaso,
si me quedo a dormir
entre tus brazos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 9 de noviembre de 2012

EXPLICACIÓN VESPERTINA / Poesía de José Ignacio Restrepo

SIN QUERELLAS


Por norma la dejas quieta
todo el día,
aunque sé que soy solo minoría,
que de ella recibo mil mensajes,
a cada minuto, sin duda a cada instante,
de ser resentidor me lo he ganado,
y de llevar al corazón por traje
en mis cincuenta eneros no recuerdo
haberle algún mensaje desoído,
he perseguido oír esos te quieros
que boca de mujer
tarde me hacían,
caminé de los mapas
 largas millas,
para poner los míos en sus bocas,
y descorrer con magia esos lugares,
que me tenía la vida de reserva,
latifundios sembrados de frutales,
y cuartuchos sin luz
de esquina estrella...

He gobernado mi piel
todas las veces,
unas cuantas erré y me dí gusto,
otras amoraté mi espíritu augusto,
que me decía, hey tú, vas dando tumbos,
más no me quejo ni de uno de mis hijos
recuerdos agolpados por vividos
durmiendo en mi galpón
un poco fríos...

Y si les pongo luz,
¡ah, que belleza! ,el cuarto encortinado
entra en murmullos
y me quieren hablar al mismo tiempo,
les digo, mis muchachos,
hagan fila,
y comienzan a hablar uno por uno,
entonces sin yo querer arden los ojos,
y aparece esta fe que los conmueve,
a ustedes que me leen,
hermanados,
quedándose a destiempo u oportunos
con cada uno de mis mil pedazos...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 7 de noviembre de 2012

AL MISTERIO CONSTANTE DE SEGUIR / Poesía de José Ignacio Restrepo

SIN UN MAPA EN LAS MANOS


En este viaje en que vamos peregrinos
que tiene algo de mar si hay humedad,
y me acerco a tu rostro siempre hermoso,
para secarla en nombre de tu amor
tu me miras otra vez,
hoy otra vez,
con ese dejo anclado en el misterio,
y vuelvo a amar por ti cada tonada
que nos hizo tan cerca
el viento ajeno,
ese reconfortante visitante
que cambia fiel su nombre
cuando toca sin ver
a cada piel...
Y vuelvo a amar los suspiros
que diste ante mis manos a escoger,
cuando dejé mis luces en tus labios
para no fenecer,
mi amor,
no fenecer...

En este viaje sin juicioso mapa,
donde las penas son dulcificantes,
pernocto a la vereda de tu nombre
mientras mi fardo dejo en el olvido,
solos como luceros
alumbramos,
el camino que luego caminamos,
sea invierno o transcurra un lento estío,
tomados de la manos
como niños,
andamos de la vida cada letra,
cada frase entre trémula y furtiva,
buscando que los pasos nos acerquen
a lugares donde pernoctar,
sin que sufra mi amor el saber dar
que es constante,
ni la vista de los dos
puesta adelante...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 6 de noviembre de 2012

COMO CÓNYUGES... / Poesía de José Ignacio Restrepo

¿EN DÓNDE HOY?


Bordeaste su piel ayer
noche cerrada,
con el halo violento y deseoso,
que pretende tomarla con los ojos
cuando ella te dice estoy cansada,
los latidos te bajan a los pies,
 está hermosa,
la miraste sonriendo,
y ella a tus labios sucumbiendo
se arrastra hasta la cama sin querer...
Y le diste placer sin obtener
lo debido y buscado,
pues cansada,
se olvidó de atenderte,
se durmió,
y quedaste aturdido de deseo,
pero fiel a tu frase, 
amor te quiero...

Bordeaste su piel, 
te propusiste,
igual que tantas veces lo lograste,
enamorarla más si cabe ahora,
cansada pero hermosa te contesta,
previendo que su amor quiere una fiesta,
hoy no mi amor tuve una larga junta,
y tu contendiendo la pregunta,
la miras con la llaga de tu afán,
la camisa se ha abierto y los botones,
brillan como astros sin un sol...

Bordeaste el amor como alfarero
que al dar y al entregar se vuelve barro,
cada gesto en los de ella está grabado
y hay un bajo relieve que no ve,
por eso ante el dintel sigue de pie
sin atender la clave que ella esgrime,
no puede descansar con ella al lado,
y ella no dormirá si él sigue ahí
tapándole la entrada hacia la cama,
entonces le pregunta,
y él exclama,
por mi lo hacemos hoy sobre el sofá,
y ella dice la cama está mejor,
el negocia pues sabe que al final
se dormirá con solo terminar
igual que lo hizo anoche lo hará hoy,
la alfombra, como críos,
es mejor...!!

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


lunes, 5 de noviembre de 2012

CONOZCO LA VERDAD DE LA ESCALERA... / Poesía de José Ignacio Restrepo

CONTEO


Al final de la escalera era el infierno, 
lucía igual que majestuosa iglesia, 
cómo no reconocer que tu cabello 
que se metía en mi boca alucinada,
cubría mis pecados y tus faltas...
Todas contigo amor, almizcle y ansias, 
todas conmigo, amor, algo pegadas 
las manos en salterios no omitidos, 
secaban en tu falda lo que es mío...
ambos nos dimos de gratis regalados,
tirando la prudencia hacia los lados
que incómoda llamaba a la obediencia, 
mientras nosotros solos nos brindamos
en saltos de peregrinos que no vuelan
y apenas van armados de coraje
para al menos lograr saber que era
esa felicidad que no tenían
los que miraban nuestra sed sin fondo
por la boca de aquel que preguntaba
por mi nombre al tocar la puerta
diez veces cada día, doce, 
para esconderse entre mi boca 
púber,
con su púber belleza
inconcebible...

La escalera era el tristísimo retorno
el regalo final que prometía,
la aventura seguiría al día siguiente
desdeñando todo lo que digan,
prométeme mi amor que soñarás
con lo que hicimos hoy multiplicado,
no dejes que tu padre te convenza,
ni que tu madre adentro desaliente
el lazo que te pongo es doble nudo,
amor, es plena noche,
no me olvides,
y vete con los ojos bien abiertos,
me llamas cuando llegues,
¿si, mi amor?
el recuerdo me hiere
como ayer,
¿cómo llegué a tener
sin darme cuenta
media siglo, mi amor?

...Sigue la cuenta
bájala con cuidado, por favor...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

domingo, 4 de noviembre de 2012

A LA PIEL ENROJECIDA... / Poesía de José Ignacio Restrepo

MOSQUITO Y DERROCHE


Templado mosquitero me arrebatas
en inmediato riesgo de que venga
con sus ojos que son como jeringa,
a sacarme la sangre, inocularme,
y probar que ante ella no hay defensa ,
infecciones que quedan en mi pecho
y me dañan completa la cabeza
cuando trae su aroma hasta este cuarto
donde vive un fulano cual salvaje 
un perdido rebelde que conquista
con los ojos cerrados una isla,
donde es náufrago y único invitado...

Con vos estoy sin deseo arrepentido,
protegido de amar porque ya amo,
con los ojos clavados y esperando
a que pases picando por mi lado,
y no aciertan mis gritos a lograr
que rápido regreses por tu diario,
para que luego mañana como druida,
solo aparezcas en paciente pose,
no sé, mi amor, creí escucharte
y me vine a lo que daba el viejo coche...

Qué tengo sino el blanco mosquitero
porque el calor me tiene ebrio de rabia,
levanto el tejido tul blanco de Alhambra,
y te brindo mi piel que es un destello,
mi abierta desnudez es calor puro,
no hay vendas, ni pavor, ni disimulo,
y te quedas pasmada  por la ofrenda,
un poco consternada, es tan gratuita,
pero que le vas a hacer, ya me conoces
soy el calor jovial, vertiginoso
que tienes por imán, pega de azúcar...

Y no soy trampa ni papel membrete,
solo alma trabada sobre el fuete,
que las apuestas hechas y ganadas
no solo comprometen por lo raras
es que llevan encima nuestra firma,
entonces mi procesión, virgen encima
y a destacar nuestro juego favorito,
el viejo coche quedó muy mal cuadrado
y cualquiera puede que lo choque,
pero estas emociones y el derroche,
dan para que estrenemos si eso pasa...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

jueves, 1 de noviembre de 2012

EL DIARIO AYUNO / Poesía de José Ignacio Restrepo

HUMANO REZO


Senténciame 
a escuchar que yo soy tuyo,
a retirar el mi de cuanto tengo
enseñándome lo nuestro como aquello
que sutilmente se logra sin esfuerzo,
tesoros son los sueños y los ojos
que pueden ver el fin yendo al principio
y colocar el tiempo como alfombra 
que nos lleva sin prisa al infinito
en vuelo sin final cada minuto...

Senténciame
yo purgo la condena,
mi piel aun se viste en primavera,
y rompe como mar contra la roca
se sabe enamorada y recelosa
pues traen los segundos maleficio,
y reciedumbre el tiempo que no llama,
seréname nombrando la mañana,
en el borde aciago de la noche...

Y cuando estés enferma por el uso
que los días han hecho de tu vida
y no pueda la mía devolverte
el esfuerzo que haces ni la dicha,
entonces te suplico me sentencies
a devolver con paciencia de la mía,
el largo recorrido de tu viaje
compañera leal y transparente
que del amor me diste y me pediste,
sin soltar de tu mano
al niño veterano que te ama
y cada día que pasa fiel te espera...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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