lunes, 23 de julio de 2012

CONFESIONARIO... / Poesía de José Ignacio Restrepo

INTROITO


¿Y, cómo ocurren de paso los olvidos,
cómo aislamos a solas nuestros pasos
y dejamos a un lado a los amigos,
de este gran quehacer de ir por etapas,
la asonada que apodamos existencia,
en la que diariamente pasan cosas…
sin que a veces realmente pase nada?


Tú tendrás personal explicación…
Yo que amo de forma inexplicable,
con herramientas del todo artesanales,
puedo decirte que solamente pasa,
me ocurre como se ahogan los vergeles
cuando sube el nivel de los embalses,
o como caen con estrépito implacable
esos palos desde hace mucho viejos,
si llega anocheciendo algún gran viento,
ese que causa miedo cuando instiga
las palomas enteras a caerse,
cuando hacen su vuelo más perfecto,
a las cortinas intentar suertes de circo,
sin que tengan razones, ni deseos…


De esa clase sorprende, es este ahínco,
una embriaguez inocua y malviviente
con las fronteras agrestes de mí mismo,
que remodelan el centro y lo someten,
y con aquella otra inexistente
necesidad causada, laxa, informe,
de incoherente tono, y muy tunante,
que me obliga como tonto itinerante
a malversarme solo, inútilmente,
sin que haya deterioro en el esfuerzo,
y sí una empobrecida militancia
en los corazones amables de esos seres,
que decidieron amarme alguna vez
y ahora ya no saben cómo se hace
para devolver el tiempo y desatarse,
del eco de mi voz, de mi quimera,
que se amamanta por bocas descosidas
de un mágico misterio, de una fuente,
que enhebra sortilegios y mantiene,
a sus vidas atadas a la mía,
con sonatas de oro que no oigo,
y tejidos de piel que se han soltado,
del arco de los ojos y los labios,
hace cuánto, no sé, ya lo he olvidado…


Ahora vamos cubiertos de un sudario,
y pateamos jornadas con los pies,
mientras nos preguntamos cómo fue,
que encontramos al otro, en qué jornada,
y si este cruel misterio indecoroso,
qué nos ata, nos remece, nos repudia,
podrá envalentonado desasirse,
del agudo dolor de hoy ignorarlo
a pesar de quererlo en su ausencia,
con los ojos, con el alma,
con las manos…



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

2 comentarios:

  1. aunque para mí, la esencia de la poesía es la forma, no puedo dejar de analizar la descripción por donde navega el hablante lírico, necesario y útil, reparatorio este "confesionario"... además de su valor acústico, que es forma, puesto que la palabra transmite, "y, cómo ocurren de paso los olvidos...", parece el papel de Judas, evidentemente, cumple la función de permanecer en el círculo para prestar al poeta material verbal en el terreno, sensible, por cierto, de encontrar las raíces del carácter humano. lenguaje razonado y subordinado a la eternidad.

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    1. Que en la antesala de hablar mis pensamientos, un craso error les pone tul encima, y los corrige para que salgan a la vida, escenario bestial de los amores, de los rencores, y de sus membresías...Que si no fuera así, Rocío, amiga querida, solo contexto habría, enunciación, gestión de las palabras, y solo algo de emoción - esa loca cuya misión, es drenar el veneno al corazón, y devolverle al sueño su utopía -...Gracias por llegar al blog, linda..

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