miércoles, 2 de septiembre de 2015

PARÍS, UNA POSTAL / Poesía de José Ignacio Restrepo



ALAN & JUSTINE 



No la quería mirar pero no podía dejar de hacerlo
ella tenía posados sus dos grandes ojos café oscuro sobre mi, 
sobre mi mansa timidez de escritor viejo/niño sombrío, itinerante,
y los dejaba resbalar por lo visible de mi piel, 
que podía sentirla como lava nueva de volcán sin nombre.

Ella reía de verme sin palabras de amor con qué jugar,
yo que tengo el poder de blandirlas  e inventarlas a mi antojo 
cada que reconvengo a mi silencio
para hacer con ellas enhebradas a mi deseo volátil
lo que me venga en gana, siempre... 
y algo más...

Tiene veinte pasados y una libreta de cuentas con la vida.
Sabe que la tristeza se hace escondida a esperarnos por ahí
y en un parpadeo salta encima para acabar con todo lo que haya. 

Y yo temo mirarla, 
temo ser esa ruta suicida donde haya tristezas, desencantos,
al centro, al medio, sobre y en el borde
esperando su faz,  su extraña pero perfecta belleza adolorida,
 para marcarla profundo con mi nombre que no conoce
pero cree que ama.

Temo ser en un minuto esa alta ventana de vidrios amarrados a la bruma
desde donde va a divisar sin que lo quiera horizontes de fuego
nunca antes pensados por ella, 
de la cual saltará, saltará, saltará tantas veces como mal necesita
para aprender a volar y no a caer buscándose en el suelo
cuando ya ésto no sea una postal... 

Éste día de azar en que la miro mirarme sonriente duele mucho, 
sombrío me deja y circunspecto cuando me veo dejarla pasar,
y me obligo a olvidar que me mira ataviada de luces primordiales
con la luz perfecta del  amor alumbrando fondos y bordes de su cara. 

Sin saber quién soy.
Una lámpara apagada hace tiempo...
Mirando mi quietud sin su luz
similar al divino resplandor de una luna serena y delicada
cuyo sueño marcha sobre mi 
aguardando un mejor amanecer...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

6 comentarios:

  1. Querido José.. Es increíble... y te diré por qué.. Paris, Ciudad de la Luz.. Es tan oportuno y bello tu poema...
    Ayer precisamente vi las fotos de mi maravilloso viaje en la Semana Santa de 1998.. un viaje que hice en solitario y a mi mundo interior... (creo que aún sigo recorriéndolo) y ayer precisamente saqué la postal del Museo DÒrsay, una vieja estación convertida en museo romántico, de impresionistas, y que tanto me cautivó... Parece como si vivieras en mi mente... Parece como si la habitaras.., como si me conocieras de toda la vida... Será verdad que existe la conexión.., aún cuando nos separan kilómetros y kilómetros.... Beso eterno

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    1. ...conexión espiritual desde que pensé lo parecida que sos a mi hermana Ana María...y lo que sentí al leerte, al verte incursionar...pero claro que estamos conectados, cada rato lo siento...Besos querida....Gracias por tu visita...

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  2. Ay! Se me olvidaba decirte que anoche, estuve en Paris después de visitar Viena en una trilogía tan mía... Beso

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    1. Luego iré a leerte y comentaré como se me hace necesario siempre que moro en tus sueños a través de tus poemas...Mi más tierno abrazo.

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  3. Casi siempre llego tarde. París en tan "igual " a Buenos Aires, que cuando te exilas ahí, casi no te das cuenta. Excepto, claro, cuando te alojan en una bohardilla y amablemente te dicen.. "Tratá de pasar desapercibido", si tu francés es malo, ni hables.. yo te alcanzo lo que necesites. O casi..Pero en esos tiempos, prendés a amarla, como las enfermas aman a hobres golpeadores. Y aprendes a amarla. A golpes, a humillación. Y te covertís en una sobreviviente. Te abrazo una y mil veces, porque te extraño.

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    1. Ya pasará Violeta... sólo es una resaca un tanto más larga de lo normal. Gracias por venir... abrazos.

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