jueves, 6 de noviembre de 2014

QUE EL VIERNES TRAIGA SOL / Poesía de José Ignacio Restrepo



 
TRISTE


Los poemas de amor
esconden miradas del silencio,
las dadas y también las secuestradas,
las breves, las hirientes, las distantes,
y aquellas mal vestidas de las culpas
que no dicen ni mu pero que culpan
cuando vuelven más tarde 
a nuestra mente...
Los poemas de amor escritos tarde
cuando quien duerme solo
ya va lejos,
en busca de que el sueño de un descanso
que al otro día le permita ser,
brillan por solitarias espesuras,
y desertan hasta ser llamados
porque tiene despiertas en el alma,
las calmas que le robamos a la noche,
en pasados recientes,
que pensamos probables
todavía
cuando miramos el retén quieto y cansado
que el otro tiene puesto en la cobija,
y sus líneas perfectas,
el borde de la espalda,
su cabeza,
y el cuello que se esconde entre su pelo,
tan pálido y tan solo
como algún cisne perdido de su lago
agotado y enfermo...
Los poemas que llegan en la noche
cuando los ruidos solo se oyen lejos,
tienen perplejos ritmos discordantes,
y se regalan manchados
de tristeza...
Al tratar de leerlos llega el llanto
pero no el mundialmente conocido,
sino uno de críptica solvencia,
que ha llegado nadando vehemente,
y no alcanza a salir de entre las letras
para mojarte los ojos,
o tentar estas letras a la muerte
que luego se las lleve,
pues son grises, fatales oropeles,
ordenanzas crueles y fallidas,
que ella no debe ver
cuando el alba comience...
Y acordados los unos de los otros,
y atendidas las quejas,
le disputo al papel ese derecho
de quedarse en lo escrito,
o simplemente rompo, boto, olvido...
poema reluctante, forajido
que testa su pericia por nacer
y después de ser visto por mis ojos,
caricias que no doy pues te dormiste,
profundo beso solo en mi mirada,
y mano llena del sentir vacío
que no puedes asir, mi cisne hermoso...
pues vas ahora  lejana...
con la manta de los dos
matando el frío,
saldando entre tu sueño deudas nuestras
de silencios tan tuyos como mios...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

4 comentarios:

  1. José Ignacio, nunca me cansaré de leerte...Gracias por los bellos momentos que tu poesía me ha regalado.

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    1. ...es toda una promesa de tu alma, que me impulsa para seguir escribiendo en estos blogs, que al fin y al cabo, son pasillos de palabras compartidas...Gracias querida Dolores Elba...

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  2. ....logras arrancar a lo bloko rude y frio de la realidad, las porciones más nobles de la vida en vibacion, tanto tremblando de dolor como gemendo el esperanza, ese motor de la vida, que acaba sendo un canto a las alegrias, y porque no á la dolor?...delle haces tu las razóns y consecuencias de la tuya incomparable arte.....las alegrias que vienen siempre vestidas de beleza y son lindas....pero cuando las tristesas se cubren con lo manto de la realeza rasga sobre las tuyas manos nuevos caminos para fuentes de beleza superior...y és por éso que el en conflito con la vida vivida por otros y ....hasta consigo próprio!!!.
    ...en las pliegues del alma ni todos entran y asi no pueden compreender los voôos de las almas, ni las mutaciones hechas à lo concrecto de la vida....a menudo lo senso comun, ese Sancho Pança del existencia "guarda vigilante" de las personas y de las cosas, se lhe quisermos mostrar la fantasia de lo artesano sobre un motivo real, apenas consubstancia lo bloko rude frio y vulgar de lo motivo...
    desta vez, he abusado de tu paciencia.... me disculpa pero laspalabras saliran sin permiso.....este escrito és un POEMA!!!! gracias!!!

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    1. ...y ese anoche de tedio, de mirarla dormida, ya profunda en su muy necesario sueño, de palabras que no sabía atar, que querían volar para ir a decir que estaba perplejo, que la quería despierta entre mis brazos...que tenía celos...bueno, ustedes son testigos, que cada mañana trae ese regalo de resiliencia, de comprensiva paz, por saber que cada noche -igual que cada día - viene con su afán. su dolorosa mengua, o su preciosa tristeza, pues tener a mi mujer al lado, es un milagro dado a trozos, verla dormir, María, es un descanso para el alma mía...entonces, mi testigo mayor que eres tú, ¡soy ese Sancho Panza, que decías! pero también ella es mi Dulcinea, que vino a vivir conmigo, muerto mi señor Quijano y cesadas sus asombrosas aventuras,,,Gracias Maria, testigo mayor de mis pantanos. plenos de perfectas ambrosías..

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