miércoles, 5 de noviembre de 2014

ESPUMAS Y SENDEROS / Poesía de José Ignacio Restrepo




 TIBIAMENTE
 
 
Entonces saco las manos del agua
que sigue tibia,
tiene rastros de ti la bañera lacrada,
con los ojos cerrados yo puede retenerte,
es igual que apagar la luz que da al pasillo,
las cosas en penumbra
se bañan de colores entre pardos y negros,
figuras entornadas retirado el pestillo...
Esta bañera nuestra parece una gran cuna,
un pedido de amor
enviado a domicilio...
Mas,
no puede durar,
el día es una peonza que se gasta y se muere,
una herramienta efímera de vulgares modales,
que solo en la mañana y en la noche al volver
guardan señales claras
de eso que tanto une,
la piel que dividida se junta sin palabras
y deja señas ciertas al bañarnos aquí,
con espuma y senderos
y el color de la prisa,
mi desnudez a solas parece algo egoísta,
un pequeño autista pintando en el agua,
me tomo una instantánea
y la pongo en tu buzón,
casi puedo mirarte lanzando un improperio,
gritando majadero y luego mi bombón...

Solo,
 no tengo más
que volver al trabajo,
mientras veo tu cuerpo pasar por el espejo,
 tú mi bella promesa de las horas nocturnas,
realidad que me nombra
en el pecho y la mente,
donde vivo asombrado
de tu amor siempre nuevo,
 de tu anhelo por mi nunca bien explicado
y tu ansia de quererme
que amándote yo pago...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

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