martes, 24 de mayo de 2011

SIN EVIDENCIAS…/ Poesía de José Ignacio Restrepo


QUERELLA ENTRE EL CELO 
Y LA IMAGEN QUE REFLEJA 
EN EL ESPEJO

En la cama
En la cama (Photo credit: eljoja)

El comezón me lleva ante el espejo
y busco que mi espalda se refleje,
acaso alguna herida muy pequeña
me habré hecho sin querer corriendo el cierre,
o una picadura poco amable
de un mosquito rival o visitante,
que decidió que mi piel degustaría,
y se fue con su botín de sangre…
El espejo no muestra lo pequeño
así como lo grande es un reflejo,
yo podría decir lo inevitable,
que si ayer no me morí
con las angustias bautizadas innombrables,
hoy mejor dormiré si nada veo,
y no rasco mi espalda como suelo,
hurgando hasta hacer tajadas del pellejo…

En la cama dormida profundiza
las debacles causadas y las otras
que no suelen tener silla en la mesa,
y menos un lugar en sus ojeras,
que le han valido apodos otoñales,
y una que otra jodida morisqueta,
de sus bellos amigos y sus hembras…
El espejo se queda con la imagen
y como en otras noches de arlequines,
la casa se convierte casi en circo,
pues las voces de ella cobran vida,
enfrentándola toda,
las que es pero nunca le obedecen,
cantan casi tan fuerte,
que las otras que de ella
son hermanas queridas, llevaderas,
temen que se despierte  encalambrada,
seca, muerta de angustia,
por oír la algazara que han prendido
entre todas sus voces asediadas
y el fermento de su imagen,
que ha quedado patente
en los brillos del espejo renacido…
Ante un movimiento de su cuerpo,
todas las voces callan,
en la alcoba reina de suyo su silencio,
y así quedan conteniéndose el aliento
los de ayer con los de hoy,
como hijos malditos de igual salmo…
Y uno queda que habla sin decoro
a los rasgos de miel sobrevividos,
que quedaron pegados de aquel brillo,
donde ella se mira sin cansancio
y convierte en delicia de los ojos,
lo que ven exactamente quienes miran,
a su paso su rostro
mezcla impúdica de niña que ya sabe,
que lo que lleva ni se gasta ni se apura
joya grande apretada dulcemente,
casi todas las horas y los días,
pero casi no vale, dicen todos…

Y entre el celo y la imagen de la diva,
sobre el espejo plano y silencioso,
se teje un tierno abrazo entre compases,
porque no pueden darse sin pelearse
quienes prenden su fuerza, su latido,
del mismísimo tronco de la carne,
que del alma es recodo,
como no puede darse en abstinencias
la belleza frugal del rostro amado
de quimeras sentido y dubitado,
que entre el brillo de ojos e infortunios
hizo celos de amadas trasgresiones
hasta negar que era de belleza,
de que hablaba su sencillo espejo
cuando el suelo se hacía de sus ropas
y su sola desnudez lograba el triunfo…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor
Enhanced by Zemanta

2 comentarios:

  1. Precioso poema, toda una maravilla de lectura. Gracias por compartirlo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querer compartir, es escribir mi vida querido Moreno...Recién veo la huella de tu paso, por este jardín de letras y de alma...Te agradezco amigo, abrazos...

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...