martes, 24 de febrero de 2015

POR TODAS PARTES / Poesía de José Ignacio Restrepo



LOS AYERES DE MIEL
 
 
Adheridas a ti nostalgia,
si la invoca en la piel
mi pensamiento,
te cubren mil palabras como ropa,
unas son de verano
otras de invierno...
La ventana que mira hacia la calle,
el paraguas que está colgado allá
porque no es temporada de llovizna,
la filial chimenea y su tapete
donde vimos nacer tantas vendimias,
y el pasillo locuaz
hoy tan callado,
bordado por figuras consteladas
enmarcadas y bellas,
hijas de su visión y su carisma...
La alcoba de los dos
que aún la espera,
con sus diezmos hermosos y su gusto
desplegados mostrando a quienes vengan
que era una mujer en plenilunio,
que nunca caería en decadencia
aunque quedara presa
como muchas,
del avaro infortunio,
ese riel con su tren que nunca mira
sobre quien derribar todos sus viajes,
sus avaras mentiras de llegar
gastadas por postales y estaciones,
que hacen de fatales estandartes
como fines de era o de segundo
cuando alguien termina
un largo viaje...
Las pantuflas aguardan esquinadas
en el lado vacío de la cama
y el perro noche a noche
me pregunta,
dónde pongo el lamido de llegada
y los cien que le tocan cada día
por haber coronado la jornada,
qué le hiciste, por Dios, que no regresa,
ya no pones cubiertos en la mesa
detallando los nortes y los sures
que recuerdo tan bien los distinguían,
las fronteras difusas pero dignas,
los clásicos olores,
qué le hiciste,
por qué no me contestas
y te agarras tan mal con la nostalgia,
esa que no llamaba ni a la puerta,
que no tenía sitio en esta casa,
y ahora te reclama 
desde cada silencio que la nombra,
porque era vivir una tonada
su presencia en la casa...
antes yo sonreía pues llamabas
a esa maga gastada,
en las muchas canciones que de moda
ponían en las cosas su alegría,
ahora solo escuchas el silencio
y muy de cuando en vez alguna risa
si logras levantar el edificio
de tu ánimo herido
y llegar con tus pies
a alguna fiesta...
para ver si la nombran tus amigos
y te dicen de su vida cómo va...
 
 
 Un perro que no ladra
blanco como siempre había querido.
Habla de su ausencia el malnacido
y yo lo quiero más
pues en sus ojos veo
cuánto la ama
y lo bien que su silencio la recuerda...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

4 comentarios:

  1. Un perro que no ladra….blanco como siempre había querido….Habla de su ausencia el malnacido…y yo lo quiero más…..pues en sus ojos veo….cuánto la ama…y lo bien que su silencio la recuerda... Bellísimo poema, Magistrales tus letras querido poeta, que gusto leerte, gracias por compartir, un abrazo.

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    Respuestas
    1. Por eso amo tanto a los perros...Gracias por venir a leer querida Loly...abrazos!!

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  2. Triste , bello y habla del buen amor poeta. Gracias

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    Respuestas
    1. De la esquina hasta el muelle, la cuadra huele a heno y aguardiente, incluso cuando tarde llega el mar bañándola de vientos y de nieve, si está el invierno clamando por veranos calientes....y yo aquí, salvando mi quietud y mi silencio llenándome de amor y de nostalgias...gracias por llegar acá Olga Lucía, siempre ver tu huella es un placer...

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