martes, 12 de noviembre de 2013

CORRER CON AMPOLLAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



ESE SACRO,
ABISMAL DESFILADERO

Te llamas yema ardida
entre quemada piel
cuando la secta sin dios pero adorada
que entra hasta tu pecho,
por tu espalda,
baja a toda carrera hasta tu centro,
quedándose a vivir sin preguntar
 en el bautisterio amable de tu pubis,
donde todo lo que es entero
se fragmenta,
y se tiempla si justo te pregunto
a la manera tierna de los solos
esa cuestión sin voz que se hace grito,
dedos pujando desde arriba hasta allá abajo,
manos atando cabos y volviendo,
rompiéndose en pedazos gratamente,
sin que nadie lo ordene o lo condone,
solo porque la piel arde primero
en las partes de adentro
que en los bordes...
Suena bien cuando paseo por tu vientre
con mi mano harto trabajada,
que parece más bien tendiendo un manto,
cubriendo de placer cada recuerdo,
 muchos silentes dueños te habitaron
veo senderos sin nombre,
veo vertientes,
y los cúmulos de llanto retenido
que a veces sueñan con que ese algo vuelva,
las cañadas que truenan si me alejo,
y ese sacro abismal desfiladero,
que ha tenido los nombres de quien fue
el motivo central de tu llamada,
unos en un idioma complicado,
otros cortos, certeros, escaldados,
alguno que te llamaba en lengua muda
y tenía promesas por hacer,
con mi nombre cubriéndolos a todos,
y mi canto de yemas,
que despierta tu cascada sin ambages
y deja cada cosa en cualquier parte,
en tu pecho ensartado,
que repite otra vez como me llamo
mientras dice oraciones de revés,
empujando mi mano...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©



2 comentarios:

  1. He releído tu poema, y hoy lo veo con otra visión, arde eros y estalla en él...tu musa tiene rasgos de vida casquivana, hay en el relato poético historias ocultas, de vida en libertinaje, pero ella tiene su pasión bien definida; encontró en esa búsqueda, la felicidad en esas manos masculinas soñadoras que conocen bien el recorrido, y la huella femenina donde se logra vestir el cuerpo con mil estrellas. Eres un maestro en este estilo ardiente de poesía. Te abrazo...inolvidable poeta.

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    1. Como lo he dicho, cabalgas libremente por estas noches de piel hechas palabras. Habitas mis traslaciones musicales y conturbas los tiempos, poniendo en tu caballo el nombre de mis crines salvajes. Gracias de nuevo, Mariela, tus visitas de un modo pleno reviven este tácito argot de mis recuerdos!!

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