lunes, 10 de septiembre de 2012

LAS CONQUISTAS DE HIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo

SENTI - MIENTO


En su inerme
estado tributario,
el soleado y lábil  sentimiento
atrapado en su red era un gusano,
sin rencor y sufriendo...
Tan se iban los días y las noches,
como pábidos los meses y los años,
sin saber ni querer reconocerse
entre el nombre de ella tan benigno
y el de él tan inerme...

Y volvía
su torso para verla,
su museo labrado de heroísmos,
tan tangible y cenizo al mismo tiempo
que cualquiera de lejos pensaría
que era solo palomas y excremento,
sobre el borde ileso del tranvía
que en su rauda carrera sucumbió
a dejarlos con vida...

Entonces,
derivadas y geniales,
las ideas de dos son las de uno,
cuando en bellos rituales aman juntos
 en ambas dimensiones se parecen,
si conversan aluden muy callados
y si dejan los ojos alelados,
les imponen castigos por estatuas...
Que se laven de pronto con saliva,
o de nuevo ante poca alevosía
con sus gastadas lágrimas...

Renuente la voz
a dar sus gritos,
y avisar que el silencio es oneroso,
y la piel su recuerdo de leproso
que ha quedado curado de improviso,
nada tiene el que ama si renuncia
a pugnar por aquello que venera,
delicada la flor,
huérfana pobre,
 allí queda su hora displicente,
y también el afluente mercenario,
al que tocan tus labios,
mientras lo urgen tus ojos,
invocantes,
del espejo hace tiempo enamorados,
para verme en reflejos
que se nacen...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Con viento a favor y dulce cabestrillo para el alma, toma su camino el mensajero de carne y propósito...Cada día un canto, que se lleva algún viento decoroso y expande, en frágiles corrientes, como hoy, Emanuel, que llegaste y fuiste ave compañía...Sabes que puedes volver a la hora que quieras, a buscar agujas y tejido, para hacer lo tuyo con lo mío....Abrazos amigo..

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  2. Melódico lamento ante la dificultad real de los amantes que renuncian o no se atreven a una comunicación franca y abierta porque ninguno de los dos se decide a pasar el muro que les separa, y romper el hielo, aunque se sepan cómplices de un mismo sueño.

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    Respuestas
    1. Y, siempre hay tragedia y virtud pequeñas, en estos transidos amoríos entre el recuerdo y las letras...eres testigo de excepción, querido Fernando...Te abrazo amigo, gracias inmensas por venir...

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