lunes, 17 de septiembre de 2012

A ESTA HORA DE TU LATIDO.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


DE TU ALIENTO


Sedosamente dicho, 
refulgente...
El afluente 
llamando mar al río...
Es mi voz enlazada 
en tu garganta...
son mis horas de mimbre, 
mis augurios, 
mi soledad austera 
acrisolada, 
en tus dorados versos...
que no dices...
Me has dejado en silencio, 
se salieron dos lágrimas...
De tus ojos abiertos
en mi nombre,
las palabras te amo,
delicadas y tenues
van saliendo,
como agua llovida
que surgiera,
bajo el ala de un sinsonte herido,
o allí puesta en la mejilla rosa,
de ese niño que duerme
de cansancio,
o por volver de la calle
entristecido,
de no ver a su amigo favorito
que hoy no recordó
ir a la cancha...
Estás tibia,
tu corazón relincha,
otra vez me llamaste de esa forma
con tus ojos filosos cual cuchilla,
no soy yo el mar,
yo soy solo tu afluente
océana mía que me mojas,
soy un río que crece a tu deriva, 
en el verano manso me hago chico
y si traes tu mano lo verás 
cascándose
en tu espalda...
una vez más...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

2 comentarios:

  1. Respuesta insuficiente de la amada a pesar de que el amante se considera un pequeño río brotando del mar inmenso que espera encontrar, mientras ella parece exigir más de lo que da y de lo que se le puede dar. El poema se materializa en pareados irregulares en longitud, por tanto simulados, sobre rimas a-a / e-o / /i-o / /i-a/ que logran la musicalidad basándose precisamente en los versos libres bien dispuestos a modo de relleno necesario.

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    1. Ella aparece, ella deserta, mueve sin fin sus manos delicadas, su cabeza...me sigue enamorando con su sino, yo sigo siendo autor de su destino...Si, Fernando, solo amor, sin rimas...Te mando un abrazo amigo, gracias por venir...

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