martes, 18 de enero de 2011

A LAS RUTAS QUE TUS PIES YA CONOCEN/ POESÍA DE J. I. RESTREPO

AL DÍA DE AYER


1
Los trágicos días vestidos con los mismos trapos
y el cuerpo transpirando maquillajes,
cortas epistemes del espíritu
indicadas para esto,
escritas de algún modo
en el prontuario de ese médico exhausto
que medio duerme dentro...
2
Si los dedos cortados y la hendida planta
prefieren caminar las horas
o entonar los ecos,
anúdales un trapo en torno,
con fuerte fibra, con hermoso nudo,
no importa que se sangren los zapatos,
son tuyos,
no importan los ojos endiablados,
cubiertos,
ennubados por el llanto
de zapatos que hieren...
La derrota se olvida
en el dolor de un paso hasta otro paso,
con tu afán sin sentido
los innúmes caminos no son tantos.
3
Hoy,
por ventura,
es el nombre de una opereta del pasado
cuyos perdidos actores se esconden angustiados por su fama
sin completar otro acto en que se explica
cómo todo lo que empieza acaba.
Vaivén de la hoja,
movimiento de péndulo indoloro,
sincopado, sublime,
que ajusticia breves vientecillos sin nombre
ni recuerdo de origen,
te pareces yo creo
a algún escapulario por el sudor oscuro
que anudado al cuello
no pudiera ver los quemones
-tan fríos, tan frescos-
que ha causado la nieve puesta sobre el rostro
para enfriar las marcas de calientes recuerdos.
Serías elegía fantasiosa si brotaras del bosque
volando entre mil ojos amarillos
que te observan sin causa,
seguro como krisna volarías
pero no es este el caso.
El viento no es la voz entre las nubes
ni entre el verde hay rituales milenarios.
Solo somos dos almas que se alejan,
dos solos que desean tanto
y ya no saben que tanto se desean.


IGNORANCIA EN AZULES

Ni el estigma del dado
implorante y quieto sobre el paño verde,
cualquier noche,
rodeado de suertes probables
que ningún infortunio desea,
se semeja a este destino alquilado,
este clima sin brisa ni nube,
este sitio de guerra escenario de duelos de hormigas,
esta súplica atérida, eco breve sin público.
Nada de esto recuerda
que una huida no tiene camino,
y un recuerdo es una bolsa con grises,
y una dirección en algún lado
que dice donde vive la magia, es verdad,
pero donde...
Ni siquiera ese niño famélico
que es experto en robar pero hoy está sin fuerzas,
ese niño que me mira perplejo
sospechando que somos parientes,
me podría explicar
con su voz de vigilias ilesa,
que ligero milagro errabundo,
exacto, inconsistente, parco,
te hizo hoy escuchar algún mísero tono
-ese amor aferrado a una tabla
y el deseo encabado a una vara de ciego-
 


CANTAR SE TARDA, SÍ VOS


Hace falta un poema que predique silencio,
hecho de palabras acosadas,
escondidas en las dunas,
silencio que parezca algún mantel
con cuadros invisibles por el uso y el excelso lavado.
Hace falta un causal absurdamente quijotesco
que recuerde
el embate temerario a los molinos
y que invada mis ojos
derribando farallones y murallas,
y deseos timoratos,
y ardides para logros idiotas,
y vacíos lenguajes
tan iguales a sogas
de estrangulados nudos
fabricadas.
Tanta falta hace, pero tanta,
que me tumbes en este minuto en esta playa,
y me presentes tu amor hoy nuevamente
con palabras hechas de silencio
que sin ningún permiso corretea
en el incesante titilar de tu mirada.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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• Reservados todos los derechos de autor

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