viernes, 30 de marzo de 2012

DE ESTE FIEL QUEHACER... / Poesía de José Ignacio Restrepo

ES HOY


Los viernes son,
de todas maneras,
días de horas especiales...
Las gentes de todas las regiones
terminan quehaceres básicos
que otros determinan, otros pagan...
A las seis de la tarde, si es quincena,
toman su paga y corren a ganar la calle...
Es otro aire,
vamos a hacer compras,
se llega a casa pensando en libertades
que otros días ni siquiera traen,
de manera sencilla, a la memoria,
como comer los dos en la cocina
o salir a la calle a buscar algo
que el paladar recuerde
y magnifique,
porque en otro momento del pasado
probó, que maravilla, se repite.

Las noches de los viernes duran mucho
entre las sábanas platican corazones,
expiden pasaporte a las razones
que el otro trajo para abrir fronteras,
se duda pero luego se lo deja
hacer en nuestro cuerpo nido,
como un santoral de lo prohibido,
que encontramos ajeno
pero es nuestro,
las manos del amado
un día viernes
hacen de nuestra piel
un piano inmenso,
el auditorio a media luz, silencio,
se convierte en nuestra obra prima,
cada que empieza, amor,
y más querido amor,
cuando termina...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 29 de marzo de 2012

EVOCANDO A MI MADRE… / Poesía de José Ignacio Restrepo

POR ESTA GRIPE…

Con las manos tapando las narices
para evitar que el volátil estornudo,
se esparza por el aire del teatro
cortando todo con su ruido agrario,
soy sin embargo la imagen del catarro
cuando huyo para evitar más estropicio
de la tercera fila, puesto cuatro,
que me costó un jornal no conseguido…
Otelo canta por tercera vez
y ya el sudado maquillaje negro
lo deja ver un poco descompuesto,
pero no como estoy yo seguramente.
El hall tan solo me recuerda otros pasajes
de mi trasfondo que aquí nadie conoce
son de mi obra  carente de operática
grandilocuente montaje y estructura,
muchos pasajes con sálvense quién pueda,
convocan bien a este recuerdo alegre,
que no lo es sino porque ha pasado
y nada mal presagiado ha sucedido …
Los bellos ornamentos de este sitio
hacen sentir a este hombre con su gripe,
cuán fuera de lugar puede sentirse
quien voluntariamente se presenta
a un momento vital estando enfermo,
para colmo de mal dejé el pañuelo,
y en el water tampoco han colocado,
solo encontré que tengo una camisa
que parece un faldón por su largura,
y los mocos pintados han quedado
adornando allí mi fina compostura…
Al salir del recinto al viento fuerte
por razón de mi torpeza enorme,
recuerdo a mi mamá por un momento,
metiéndome el pañuelo siendo un niño
en el bolsillo trasero del bluejean,
mientras nadie le podía a ella impedir
que recitara todo el santoral
pidiendo protección de todo mal
para el chico que no tiene cabeza,
me llega este recuerdo de probeta
para sembrar un nuevo pensamiento
no suelo recordar como evitar
la gripe de verano u otro mal,
pero gracias a ella pude ver
tras el viento de nuevo al chico aquel,
refugiado en los trinos de su madre
para aprender a ser sin mucho alarde…
¡¡…Gracias por tanto, mamá…!!
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 28 de marzo de 2012

DE LA PIEL Y EL REVERSO / Poesía de José Ignacio Restrepo

 LATIENDO DE MÁS


De complexión no demasiado fuerte,
seguramente de más ejercitado,
a veces solo un músculo mediocre
por sentir demasiado lo que toca,
requiebros tengo de alertar la vida
y de llevarlo a zaguanes algo oscuros
para probar que me fugué del tedio,
y puedo ir pariendo entre embelesos
al transgredirlo todo por un beso,
en un momento ardiente de locura…

Del color inefable de tu boca
pero sin esos guiños que tu tienes,
mi corazón da vuelcos si te veo
cruzar la calle aunque sea en un video,
latiendo como niño entrando a un tren
él hace que yo olvide hasta tu nombre
cuando estoy agarrado de tu mano,
y debiera saludarte bien normal
tu bien sabes que esto es y no es real,
tu la dueña de este fiero mando,
que lo haces fibrilar mientras me ordenas
que olvide lo demás en tanto ocurre,
así de crueles son estos momentos
en que convengo con él temblando un poco,
que no puedo olvidarte y tu tampoco…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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HABLANDO DE VOS SIN VOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


ETERNIDAD


Como recuerdo helado que devanea
medio dormido entre la piel erguida,
un himno elemental sin partitura
muestra seguido dominando el viento,
que ese nombre no olvidado en documento
preso en tu cuerpo ileso se ha quedado
por los siglos de los siglos cavilando,
como un buque encallado por dos veces
que duerme ahí y a veces se despierta.

En mármol rosa de talla sempiterna
las venas de tus manos veo arder
nuevamente en la mesa de mi piel,
aunque todo me diga que ya has muerto
no se marcha un buen cuento
de aquel que lo narró con fundamento
participando en él, creándolo con otro,
las líneas que eternas compusieron
aquella historia bella y nuestra
que sigue sin poder aún cantando.

Entonces en mi piel tu monumento,
los instantes sin igual vividos
que se fueron de una vez para quedarse,
ahí en las repisas puedo verte
con tus diez fotos y sonrisa egregia,
como diciendo qué miras que te alelas,
te quedaste mujer cual viva estatua
que se moviera con sus anchas alas,
por esta alma de vivir latiendo
en esta casa grande de escritor,
que desde que nació
se está muriendo.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 25 de marzo de 2012

NO TODO ADIÓS... / Poesía de José Ignacio Restrepo

SINGING AU REVOIR


Hoy no es inverosímil que me anuncies
que ha quedado pospuesto nuestro viaje,
con los pasajes comprados y sellados
el equipaje listo, el pasaporte,
las razones ya vueltas diligencia
y las dudas meros aspavientos,
que cargaran los solos pensamientos,
cuando miremos las nubes por los aires
y la punta del ala tan perfecta,
el motor que no se incendia ni nos mata,
al salir de la tormenta ya prevista,
en el informe que se dio al pasar revista,
este señor de canas y uniforme
que al parecer tiene buen control
de todo lo que ahora pasa.
Hoy no es increíble que me digas
que nuestro amor es de papel y fieltro,
que tiene dientes postizos, maquillaje,
que ha venido a terminar su viaje
sin posibilidad de algo alargarlo,
a empellones de viejo dinosaurio
lo empujamos para que arribara,
sin complejos de torva limonada,
por falsear las premisas que lo alzaron
como cometa mítica de Ontario,
como sable que expulsa para afuera
el óxido causado en las letrinas,
como fatua vecina que se queda
sin sus piernas perfectas
por adherir a la causa de la guerra,
con su esposo soldado
que tiene su cerebro acaballado
en las lides perdidas y pasadas,
sin una mano, un ojo, una rodilla,
nuestro amor sin caricias adheridas
sin mensajes suicidas,
pegado en esa punta bien pintada
en el ala derecha de este Boeing,
que se aleja del lugar donde te hallabas,
y me acerca a algún punto de la tierra,
donde tu ya no me encuentres,
para poder empezar otra balada.




JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 22 de marzo de 2012

HOY ES JUEVES, PERO.../ Poesía de José Ignacio Restrepo

QUE SEA EL ROJO MI COLOR 
PARA ESTA NOCHE

Tears of Desire
Image by Sand Creation via Flickr

Que sea el terciopelo mi sendero frío
en esta noche que la fiesta es el descanso,
pues es mañana la función de los quereres,
y nuestras pieles dormitan esta noche...
Que sea el viernes el día de la noche,
cuando los seres que somos se trasmuten
en luengos pobladores de lo oscuro,
pero de ése que abrillanta todo,
cuerpos, sabores, aromas, y murmullos...
Entonces yo te espero un día y otro,
convocado por tu gesto regio,
que viste todo de romance y de secreto,
cuando en verdad se aprecia la simpleza,
de nuestro juego hermoso,
nacido de la fe sin aspereza,
espero a que desciendas de la vida,
a este renglón de aleladas golondrinas,
donde en la trampa de la letra y la palabra,
hago de rey remiso y de bufón de estampa,
con la única certeza de que vienes,
pues también es tu reino y lo prefieres,
para que sea rojo nuestro idioma,
en todos los lexemas y silencios,
con los rosas bullentes como fuego
en ardiente procesión a nuestras bocas,
que otra vez gritan
aunque todo callan... 


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 19 de marzo de 2012

POR SER ALGO TUYO... / Poesía de José Ignacio Restrepo

Y MÁS...


Que soy yo sino una hebra de tu carne
que hace tanto cocida te acompaña,
el alazán que corre cada tarde
a levantar el rejo que te llegue
a la mitad del medio de la hondura,
donde tiembla desde siempre la premura,
de tu llagado corazón que arde,
como llanura dispuesta a que la siembra
renueve esas químicas astrales,
de las que te sabes apenas una funda,
igual que yo me sé tan solo un sable...

Tengo tu voz grabada entre mis carnes,
a cada rato brotas en murmullos
soliloquios mensajeros inquietantes,
que me avisan que te espere
que no tardas,
entre abro los ojos y medito
en esta novedad que se repite,
como soy de este juego caro ágape,
mientras tu como océano te abates
sobre mis olas, concéntricas corrientes,
de todos los azules y los sepias,
que cada cierto albur
 rojos se vuelven...

Y entonces dame
dame más, dame todo,
dame y dame,
que yo te espero en todos los instantes
para que sea la fiesta enfebrecida
la que destine azar a nuestros nombres
y nos traiga entre el circo a los payasos,
al funámbulo aterido por el hielo,
a la mujer barbada,
al hombre araña,
para que hagan sus suertes 
frente al porche,
diremos que no somos diferentes
artistas de la luz y del ocaso,
que solo tienen la piel por herramienta
y la sed de utilizarla cual maestra,
que nos dice al oído sin remedio:
- Sentid, acaso sea tarde para todo,
y no quede mañana que salvar,
tomaros de las manos y los ojos,
y daos todo ahora que no hay más -



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 14 de marzo de 2012

DESTINADO A TENERTE... / Poesía de José Ignacio Restrepo

UN FRÍO BRINDIS


Una calada al cigarro por los dos,
si al final de esta calle es despedida,
y estos días de guerra detenida
que seguro después recordarás, 
son un viaje entre mis brazos y tu pecho
que en la piel y en los ojos llevaré
por los días que queden 
y las noches que resten,
con estos dimes y diretes que ya son
nuestros versos en pálidos silencios
ornaremos los segundos detenidos
como crema de leche derretida
sobre el café frío...

Lo que tengan tus ojos que decir
y que callas por dentro,
dejaría en relieve bien descrito
para ufano saber cuando convenga,
que estuve por aquí en tu piel de menta,
testamentos como humo lento ascienden,
en volutas de un gris que se disuelve
cuando cierre los ojos nuevamente,
sin que el sueño se porte cual conserje
que me impide dormir para soñarte.

Y cuando el largo cigarrillo se me acabe
y el recuerdo de todo gris se marche,
me pondré de pie como soldado
que soñó estar varado en una guerra ,
y al regreso no tuvo otra razón
para así revivir su corazón
que sembrar este amor entre otro pecho
 en el día siguiente a su regreso,
con un beso de amigo que no hiere,
que no mancha con llanto ni supura,
y que puede sin duda prometer
pues ha olvidado ya amar,
y en la guerra dejó lo que tenía
hasta el mustio dolor que le dio vida...




JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 12 de marzo de 2012

DAR LAS GRACIAS... / Poesía de José Ignacio Restrepo

A ESOS DE HIEL


A los amores viajeros,
que pronto huyen o marchan,
a aquellos que nadie canta
porque sin nada se fueron
y nada bueno dejaron,
yo traigo hoy esta tonada
de azules y grises siena,
con olor a muelle ancho
y a tarde que no promete...

Son los amores más cortos
sin promesa llegan solos,
generalmente egoístas
y de rostros tan perfectos,
que de entrada ya dudamos
si algo bueno pasará,
entre tanta azúcar blanca,
la piedra no ha de faltar ...

Caer allí no es difícil
si estraga la soledad,
y entonces debes pensar
en dar las gracias tres veces,
la primera por mirar
y ser mirado de vuelta,
la segunda por saber
que todo eso es pasajero.

Y la tercera sin duda,
la más importante de todas:
al cielo has de absolver
por tener un buen maestro,
dadivoso y pendenciero
amor de corta experiencia
que con cuidado te ha amado,
dejándote vivo y solo
con tu pecho fiel y amante,
que murió quedando vivo
y aprendió en pocos instantes,
que el amor bueno y de veras
extrañas veces te llega
en el plazo itinerante
que llamamos todos Vida...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 9 de marzo de 2012

HOY Y MAÑANA, A LAS DOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


PREDICAMENTOS

espalda para dos

No queda paz con que tranzar un nuevo día
si la oración de nuestros cuerpos estipula
que son heridas de otros tiempos las que lloran,
y no las nuestras pernoctando sin lascivia,
oran las plantas que tiradas ven sus hojas
o nuevas yemas seccionados en el suelo,
llora ese barro que dejado a la intemperie
para formarlo ya está duro e inservible,
llora mi piel que ahora siente soledades
porque es verdad lo que sentía de antes,
y culpa no hay en la fatiga de los días
para que el sueño su arrorro le cante,
y no el rojo deseo pleno en contraparte
la que le salve el corazón de la rutina

No queda más que rogar hoy por el mañana
para que empaque entre sus horas el pedido,
que traiga manos, pies, sexo, mil miradas,
que entreguen en un final nuevo a la jornada,
no estas miradas de atajo y cabestrillo
que hacen sentir el Edén tan diminuto,
aunque por dentro sepa que tus pies
están cansados de lo tenaz de la jornada
y entonces me corone de egoísmos,
derribe puertas, paredes y ventanas
solo porque compruebo inútilmente
que somos tallos de ortigas diferentes
puestos en agua de fuentes separadas,
pero que miran al sol del mismo lado,
que han tenido por país un alfeizar,
por universo el tiempo postergado
y entre los dos el aire que las ata,
que sin pedir nos da a los dos la hora,
para que entrambos hagamos el mañana…
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 6 de marzo de 2012

TU DERMIS SOBRE MI... / Poesía de José Ignacio Restrepo

ENTRE LA PIEL


¿Cuál de tus rosas tiernos
me dejas en la piel regado?
¿Cuánto de tu relieve al que someto
arriba en la llanura de mis manos,
viaja del pedestal de mis caricias
hasta este manto de manchas,
que han quedado regadas
en una húmeda y volcánica ceniza,
para que sepas luego
hacer tu vuelo a casa?

Deja que alado
nuevamente cuente
los cabellos dejados al cuidado,
de las sábanas de flores que no caen,
ni fallecen sobre el prado noble,
entre mi cama
los vuelvo manantiales,
unjo mi frente
con noctámbulos recuerdos,
que eternamente
quedan sobre el rostro...

Luego retomo
este ancho escapulario
que de tu olor construye
mi extrañeza,
y me lo acerco a la cara sin reparo;
voy al balcón que como yo te llora
y enfrento mi desnudez a tus recuerdos,
ellos reparan sin esfuerzo mi calvario
cuando el espejo nota que me faltas,
y entonces tomo mi tertulia vieja
y practico sin ninguna indumentaria,
las artes presas del hacer pagano,
telépatas del sudor que nos decía
que tejeríamos sin dolor
mundanos versos
que todos llamarían
poesía

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 4 de marzo de 2012

VIRUTA DE CEDRO Y PIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo

OTRO 
PECADO 
DE AYER


Sostente de la mies que te alimenta
aunque paloma no seas ni recorras
los cielos con sus nubes derruidas,
que las cosas que de atrás 
se nos devuelven
sin más marco que el dado por el día,
en el rostro de estupores sigilosos
y sombrías sendas de agua rumorosa,
hogar fue de galeones medio hundidos
y perdidos tesoros,
mientras atrás de los ojos pervivían
las tonadas perdidas luego halladas,
para tejer en sus bordes
viejos nombres,
y perderse de tanto sentimiento
con los párpados cerrados y cosidos
desde dentro
con un hilo basto

Quiere bien esa llena cornucopia
que levanta sus frutos a la noche,
deja que riegue el jugo pegajoso
en tu piel de mohoso principiante,
el retal de tu verbo itinerante
tiene visos de gloria cancerosa
mientras grita la esclava de quince años,
no soy yo la que lava y la que plancha,
los recuerdos cegados
que transitan,
hago hoy las rutinas de los sabios
en la piel demorada y bizantina,
de un anclado tenor que dejó el canto
y su piano olvidado en su letrina,
 acomete con sed rutinas mudas
y hace a veces repulsas con la mano,
debiendo dar caricias cenicientas
porque tiene espejos bien quebrados
en sus muros pelados,
que le muestran como en cuadros godos
esas guerras perdidas,
y él se nace para darse muerte
ante ese amor que rige su lamento,
mandamiento cruel y prestigioso
donde siempre se persigna
como monje bueno

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 3 de marzo de 2012

ESA LIBERTAD LLAMADA AMAR... / Poesía de José Ignacio Restrepo

OTRO HIMNO SENTIDO


Que decir al vaivén
que se lleva las horas,
que sirva de argumento a los recuerdos
para probar que merezco 
estos ojos que me miran como a mago,
por hacerlos felices solo así
dejando que me miren,
yo mirando...

Que dejar ex profeso a esta hora,
escrito por el arte de mi alma
para algún ministerio que aun no llega,
 yo deberé servir sobre esta mesa,
aquello que nos sirva de alimento
por una vez y dos, y para siempre,
doncella de la piel fresca y clemente,
que entre todos a mi solo elegiste
yo que guardo a este triste
para serte,
el dulce capataz de tus jornadas
tus paseos ociosos por la playa,
sin mar, sin sal ni arena,
esa  que lleva huellas prisioneras
que no pueden borrarse 
con el agua...

Que pignorar para acabar la deuda
que nos dejó el ancho compromiso,
dejar de dar amor sin el permiso
de todas las nubes del cielo,
más bien regalarlo sin decoro,
con las venas abiertas
derramando,
la sangre sobre el césped de la vida,
el rojo sobre el verde,
bandera de la esperanza
en tierra frigia...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 2 de marzo de 2012

ALGO QUE AMAS, AUNQUE NO VEAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


DETALLE DE DOS

espalda de culto

De las muñecas voy atareado
en quitarme tu yugo inútilmente,
sin embargo el dolor es tan sublime
que ceso por momentos en zafarlo
y lo veo de nuevo, pardo y turbio,
en equimosis de semanas y hasta meses,
por lo que amo el dolor y el vicio vano
de llevarte tomada de mi mano
sin ir mi voluntad mediando
el acto

Tengo fe en el olvido que revierte
aquellos muy profundos comezones,
que anunciando la muerte no la traen
sino solo abatiendo sus noticias,
las breves con lo nuestro mío
y las delicias de saberte aun viva,
aunque no pueda verte,
mi espalda es alargada una señal
de que cargo tu bien para mi mal,
y no puedo sanar tus soledades
ni siquiera doblándome
en mis males

De la corte del rey que feneció
en mitad de un placer que prometido
le atacara arribando sobre el cuerpo,
precisa compostura sin halago,
morir entre atisbando lo soñado,
vos y yo cual súbditos  creyentes,
espalda contra espalda enamorados,
atados por las manos apretando,
para vernos en el fondo del espejo,
que espera su equimosis verdadera
las manchas de la plata ya cuarteada,
para ver nuestra silueta enamorada
unida por las manos
y a la espalda…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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