miércoles, 16 de julio de 2014

AÑADIDOS POR HILO Y NUDOS CIEGOS / Poesía de José Ignacio Restrepo



SEPARADOS


Son mis voces partidas arandelas,
que antes de hoy de seguro fueron broches,
de abrillantada fuerza sostenida en un gancho invisible,
que tenía por misión hacer un nido que fuera una cárcel infalible...
Ni siquiera su único adjutor notaría su carácter de mazmorra,
o la belleza cruzada de mentiras en sus lazos tendidos como trampa
que el amante simplemente anudaría alrededor del cuello,
convirtiéndolos en tenues filamentos de ungüento precoz para los ojos,
para que no los abriera mientras leía su nombre sobre el suelo,
de baldosas pulidas y orden recto...
Mis voces son pasado revestido de laminillas de oro exuberante,
 hebras de hielo heridas que semejan escapularios de dioses repelentes,
que moran hoy en pequeños incensarios quemándose hasta el fin...

Yo suelo regresar como un obrero a cubrir las paredes con tus huellas,
que conservé pegadas a mis dedos con tus puntadas de hilo azucarado...
bardos de versos ebrios han tratado de extraer de sus líneas el pasado,
sentándose a beber aquí a mi lado pero ha sido inútil, doloroso...
Ahora toco las cosas sin asirlas colocando los dedos en su lumbre,
y aquello que se preste a mi tañido suelo mirar solamente,
pues guardo los áridos gemidos que en bucle se escapan lentamente,
de un libro que narra los esfuerzos convergentes del todo hacia la nada,
ya muy pronto te envío la noticia de donde puedes comprarlo,
mientras tanto te doy la garantía de que tu nombre no surge, 
ni en la página que habla del desdén, ni tampoco en la otra algo alargada
que dice quien juntó para engañar esos hilos perdidos y adiestrados,
de los cuales colgaron hace tiempo unos dioses sin rostro,
guardados en su propio escapulario...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright © 

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