viernes, 26 de agosto de 2011

SER O SABER, ESE ES EL DILEMA.../ poesía de José Ignacio Restrepo

ENTRE MAESTROS


Una cosecha de mieles cubiertas,
descendida como angélico alimento
para que vean mis manos por la piel
lo que los ojos tallan,
y se demoran sin afán en retener
porque han recibido oro sin reparo,
y no hay temor en ir por soledades,
incluso si hubiere hambre,
o murmullos de voces asesinas,
o parientes perdidos que te llamen
desde la fronda misma de la muerte
donde la parca espera,
siempre impaciente y culta
para ver quien viene...
Esta cosecha de dulces augustos,
sin sales derramadas sobre el suelo
que trae escrito mi nombre con tu puño,
la agradezco mil veces y una más,
porque saqué de costales el vacío
y las manos de querer brotaron plenas,
musité mi nombre en ecos mustios
y él se devolvió junto con otros,
los llamo tus amigos,
señalándome,
y yo debo decir,
no pude por virtud reconocerlos,
uno vino se acercó diciendo,
maestro tiene usted los ojos llenos,
y yo le agradecí de una mirada,
él sonrió
lo supe porque mi mano él apretó,
le dije no te apures por faltar a la verdad
hace ya mucho tiempo que agradezco
de la vida saber sabidurías
aunque mis ojos afuera nada vean..

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 22 de agosto de 2011

USTED CONVERSA MIENTRAS YO RECUERDO / Poesía de José Ignacio Restrepo


COTILLEO

sexo y recuerdo

Por ese risco sin virtud
desde el cual todos oteamos,
en donde duermen pecados
que se resisten al olvido,
rostros perfectos,
dentaduras blancas,
almas que pugnan
por no ser evanescencia,
que no desean ser luz de dos noches,
o gracia que dejemos en cajones
junto a fotografías amarillas,
desde allí yo te observo y me observo todo,
sin dejar de merecer este minuto de tiempo,
tu nobleza reactiva cada célula noble,
cada filón profundo que el antes derruido
pronunció sin mesura la marca ayer dejada,
una mesa, un tapiz, el lleno cenicero,
y entonces vasta magia,
te devuelves como cierta profecía,
entre volutas migratorias
de aviones suspendidos en el tiempo,
triángulo de Bermudas horizonte funesto,
mis pies, mis manos, mis ojeras
te llaman heroica princesa…
Has desertado del olvido
que te llevaba atrapada por las manos,
y aquí llegas manca y casi tuerta,
al llamado cumplido de mi espalda,
la que lleva tatuado y fiel tu nombre,
y el recuerdo ileso entre el presente muerto

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 17 de agosto de 2011

CANTOS DE AMOR / Poesía de José I. Restrepo

DESDE EL JARDÍN


De la palabra por mi solo oída,
qué hora, qué renglón, qué día,
los ecos ella tiene se los juro,
pintada en la pared o en algún muro
por la mano juvenil corazón viejo,
hoy la descubro yo,
perlada como el día que surgió
sin el eco proscrito de su llanto,
o la risa de dije entre brillando,
por no poderla oír ahora o entonces,
juvenil corazón sordo temblor,
tu no oíste ese día,
que todo fue una queja enamorada
que saltaba la verja presurosa,
para rosas robar sin que le vieran
y al quererse salir ya no podía,
la reja que saltó era ya un muro
de altura incomprensible
para el miedo de ser
y de que oyeras...

Y la palabra que vaga entre la sombra
aún se deja oír en madrugada,
se da contra la frente en su vidriera
y suma algunos ecos en la iglesia,
a breves oraciones de otras damas
que llegan a rezar inútilmente
por sus penas de amor,
que quedaron también entre jardines
el día que llegue ahí a presumirle
de que pasaría la vida enternecido
robando para ella hermosas flores...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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sábado, 13 de agosto de 2011

PARA SIEMPRE / Poesía de José Ignacio Restrepo

TATUAJE



El alma que bien huye hacia adelante,
trae en la piel mensajes de otra parte
y un mapa por pintar en cuero duro,
animosos me son hoy estos latidos
que de llanura a monte bien escucho
no ignoro en donde parten y terminan
y su preclara misión de mil consignas
que saben bien como sé me reconocen
la virtud que les ata a mis temblores
proveniente de saber sin que lo sepan
olvidos prodigar  sin testamentos...

De este canto de fe a solas hecho
puedo decirte bajo con tres gestos
lo llevo entre la piel pleno y compuesto,
como adagio que lucha renovado
entre arias sin fin verse cantado,
te dejo otra liturgia inesperada
que haga grande tu fe de enamorada,
esclareciendo sendas novedades,
que llevas en las manos fehacientes,
la primera hace pan con este trigo
para el hambre que da dejar su abrigo,
y con el bello tono que no es queja
de su voz, yo construyo la segunda,
el recuerdo imposible de marcharse,
se resguarda en el tímido tatuaje
y cada poro que ves me es merecido,
de llevarla para siempre como anillo,
pintada al corazón y atravesada
con la flecha de Eros enterrada 
hasta el borde del alma que no hallo,
sin derecho de hablar por algún tiempo
en silencio vital como yo llamo
en razón de virar cual voy haciendo…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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ENTRE RECORDANDO A MI VESTAL / Poesía de José Ignacio Restrepo

EGREGIA IMAGEN


Es esta noche 
mi frugal sembrado de nenúfares, 
lo que cruelmente emite 
un sincero brillo 
acaudalado 
pero solo...
Ensortijado,
en los acres destellos de mi trono,
que se despiden ciertos
a su pesar bellos y veleidosos,
mis dedos se interrogan,
y mi pelo,
que no es nada sin tu mirar
entrecortado,
simplemente
se decolora en el entrecano
pulso incipiente
con la vida...
Es esta inmensidad tesoro 
que con nombrarte no traigo 
ni lo pedido o lo hallado, 
algo del todo puesto
en su minúscula sapiencia, 
¿cómo gobierna el camaleón su tono 
y el búho negro sus ojos mientras vuela, 
y yo no puedo siquiera ver los míos
en el recuerdo supremo 
de tu tierna mirada lisonjera?

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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jueves, 11 de agosto de 2011

SEREMOS LA HISTORIA QUE CUENTEN LAS HOJAS / Poesía de José Ignacio Restrepo

A FAVOR DE LAS CRÓNICAS


En nada vale poner seña en un mapa
que tiene marcas claras no seguidas,
por antípodas huestes que marcharon
del vigor al olvido resarcidas,
los colores de gozo bien tatuados
y el fragor del reposo allí encarnado
por recuerdos de hacer el bien caídos,
y recién levantados como estatuas
cuando al mal de nacer fueron llamadas...

Resta mucho de la suma antigua
con matemática carente de vergüenza,
adicionando un puente para el paso
en la bien levantada fortaleza,
y aunque sea perdido ese derecho
que tuvimos de paso al franquearlo,
el mapa de su hacer es ya breviario
de nuestra piel y manos conocido,
pero fue mal uncido el pegamento,
que lo adhirió no tiene fundamento
aunque gloria se dio de poseerlo...

De la leja y restada casa bella
de la que esta mi mente sabe poco,
queda la verja alta musitando
del viento un empujón que cual sollozo
me dice en la distancia que es de otro
restañar nuevamente este camino,
arpa grande y sapiente ya no hay duda,
demasiada lo siento mi cordura,
de vital instrumento se precave,
y no tengo el vigor que otros pudieran
soy retal de una joya que deriva,
ola viajera que en nada determina
la dirección del mar que la acomoda,
que en mi mapa es verdad
ni nombre lleva...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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domingo, 7 de agosto de 2011

TESTIMONIO EN NADA CASUAL / Poesía de José Ignacio Restrepo

EL DON 


Ves que fácil es de muerte herirnos,
(beso)
o tus ojos dejaron ya de ver,
(qué es)
sonriéndonos sin guardar aun la voz,
(pero)
con la miel de la pasión y del deseo,
(ardor)
que guía, comezón del nuevo día,
(piernas)
bebida en cruz, hermosa madrugada,
(boca)
de nuevo ojos pero es otra jornada,
(cielo)
y tengo entre mis labios tu sabor,
(sexo)
pasillo imperecedero fiel batalla,
(manos)
ver tus relieves envueltos en mi tacto,
(ciego)
y recobrar la vida en ese acto,
(canto)
porque no es ya morir marcharse sólo
(alma)
sino sin sucumbir evaporarse
(halo)
en medio de la vida de tu carne,
(oda)
perder la circunstancia, enajenarse,
(pieza)
y sucumbir al deseo de afirmarse,
(ego)
ante tu pie llegando a alguna hora,
(viento)
porque se trata más de sentir esto,
(gala)
que de entender la vida o la premura,
(boca)
por la que el universo recupera,
(salto)
el camino que lleva a la quimera,
(sendas)
que tu y yo por separado recorremos,

Otra vez me someto a la ternura
de la mano que guío y alimento,
porque su haz de luz es el fermento 
de donde brota inquieta la mesura,
 ignición de mi voz en poesía
levanta lo tirado,
arde lo muerto,
y entre letras sin vaho,
y resacas que vieron el silencio,
resucita mi vida y fundamento
dejando nuevamente el puente abierto
para poder pasar hacia mi casa,
que es suya desde hace tanto tiempo
que le pido permiso para entrar
y ella lo hace conmigo sin dudarlo
cuando debe tomar de mi alimento


JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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jueves, 4 de agosto de 2011

UNA VISITA NOCTURNA / Poesía de José Ignacio Restrepo


LA PALABRA AMAR

soplando-besos

Incluso entre afirmados y exegetas,
que han hecho escatológicos ensayos
por desarmar la fe y hacer profetas
entre parceladores y anticuarios,
se encuentran en su virtud acuartelados
los recios y silenciosos domadores
de la palabra heredada en los osarios,
de otrora libertarios vengadores…
De los confines eméritos del mundo
donde la historia y la sangre son hermanas,
viene entre enarboladas inquietudes
serena y casta la sin igual palabra,
hirsuta la de los bellos legionarios,
o esa que han canturreado los peludos,
o aquella que han vendido los conjuros
y ahora sufre por no ser bien legible,
de repetirse indistinta entre el apuro…
Yo entrego entre las mías dispendiosas,
invitaciones claras y elocuentes
a conversar en el llano y en pendiente,
con la verdad por fe y escapulario…
La entrego como mi gracia de primera,
y llamo como hace el sol en primavera
a las abejas reinas y a las otras,
a los diamantes tallados y a los otros,
a las anemias de niños y de adultos,
y a la insana pelea de la guerra,
para que atienda voces de quimera
que todos garabateamos en los muros
sin saber qué significan ni decretan,
hablando del amor y de su gloria...
Entonces yo los reto a fomentar,
a hacerse de verdad fieles discípulos,
y ya no más mentir con la verdad,
pues tenemos el fin frente a los ojos,
y ha ocurrido en segundos simultáneos,
nos dejamos de amar y todo cesa,
el milagro se va y ya no regresa
la palabra se va, sola enmudece,
la más bella ilusión llamada vida
moribunda que está y atropellada
al no ver el amor en parte alguna,
difunta se decreta y se hace nada…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor
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