VICIO
Quien porfiando
le haya dado al juego
dos instantes de gozo y tres fracasos,
y sumando presente un resultado
matemáticamente decoroso,
ha prestado sus manos
vanamente,
al siniestro deseo de hacer fácil,
lo que cuesta dos noches
y algún daño,
y en nada se encadena
con la suerte...
Piensa al menos
que tiene una ocasión
de ponerse a la par con su destino,
sin saber que lleva la p de perdedor
tatuada sin cuidado allí en su frente,
convencido como va de ser sincero
con la voz que le dice desde adentro,
que no pierda el control
y el dado lance,
o que elija la casilla 23,
que la suerte le trae un cofre lleno,
de riqueza, pereza ingobernable,
en el grito alertado de sorpresa,
que lo devuelve así
a la marquesina,
en la acera de entrada del garito
donde hace tres horas empezaba,
a perder el ludópata sin credo
el derecho a vivir
esta jornada...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Quien porfiando
le haya dado al juego
dos instantes de gozo y tres fracasos,
y sumando presente un resultado
matemáticamente decoroso,
ha prestado sus manos
vanamente,
al siniestro deseo de hacer fácil,
lo que cuesta dos noches
y algún daño,
y en nada se encadena
con la suerte...
Piensa al menos
que tiene una ocasión
de ponerse a la par con su destino,
sin saber que lleva la p de perdedor
tatuada sin cuidado allí en su frente,
convencido como va de ser sincero
con la voz que le dice desde adentro,
que no pierda el control
y el dado lance,
o que elija la casilla 23,
que la suerte le trae un cofre lleno,
de riqueza, pereza ingobernable,
en el grito alertado de sorpresa,
que lo devuelve así
a la marquesina,
en la acera de entrada del garito
donde hace tres horas empezaba,
a perder el ludópata sin credo
el derecho a vivir
esta jornada...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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