CASI FUEGO
Que fue en la última hora,
lo recuerdas,
justo antes de que sin tu verme
me marchara,
con el último gracejo de por medio
haciendo tránsito de mi boca
hasta tu afuera,
deseando que no fuera un repetido,
genial y enamorado atrevimiento,
y me lavara todo
hasta el ahorro,
de los errores aún no cometidos,
y tu risa porfiando temerosa
en tu rostro servido,
que aún ama,
lo sé porque las huellas
que conozco,
las tuyas y las mías enlazadas,
detallan esa ardiente geografía,
y están perennemente allí enclavadas
para cartógrafos que sean observadores
y que sepan cuánto amas,
mirando la carencia de colores,
en un tono preciso
de ese malva...
Los que fuí yo he sido por amor,
todavía no nace el mejor hombre
en mis lícitos contrastes vagos,
y aunque ya me delatan bien los años
están vivas las ansias juveniles,
por tal motivo lloro
si tu lloras,
y si te ríes río,
por más que no conozca bien motivos
para estar de esa guisa
desarmados,
ya lo sabes,
hoy fue casi fuego
solamente,
no me prendiste
y tampoco yo lo hice,
una menos en la carne mutua,
una más de las vividas cicatrices,
que pasaron por bien
y no por mal,
y nos hacen reír justo a esta hora...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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y seguir sumando armisticios a la colección del verso más pacífico... porque hay fuegos y fuegos, porque un volcán dormido no es lo mismo que un volcán muerto y de ello sabemos los que soñamos como muertos entre los vivos. Precioso Jose, lloro si tu lloras y si te ríes río... donde vayas voy y donde voy vienes conmigo.. Besos.
ResponderEliminar...que hermosa llegada...como el aroma de un jardín renovado, florido hasta en las macetas partidas por el rigor del tiempo...Ya sabes que sé, y también que ignoro sin la prisa antigua, por beberme todo...A la hora del ron, con un café en la mano, bendigo tu presencia en mi vida, a pesar de todo....Gracias por venir, querida Carmen, querida...!!!
EliminarPoeta, para que se enciendan las llamas en el hogar y darle tiraje a la chimenea, se necesitan leños que los acompañe el fuego, un complemento, una tarea de a dos, atizar la lumbre juntos y sentarse, -como dice Sabina- ♪♫♪a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea♪♫♪. Lección de una sureña que por adopción vivió un trozo de su vida arrimada y abrigada al calor de los hualles. José Ignacio, tiene aromas de árbol tu poesía, tiene raíces de fuego, y mil semillas sembradas aquí en este íntimo lugar de encuentro con tu poesía. Brillante como siempre...Te abrazo mi poeta...!!!
ResponderEliminar...horas después, aún rezumaba la piel dos mil olores, y ese recuerdo acompañó sus días, que fueron grises también y de colores, y que echaron raíces, formando entre su alma un aposento, hecho de tiernas huellas y sabores, de la presencia suya entre los otros, y el trasiego del alma, que toma en lo vivido su alimento...Poesía...Gracias Mariela, sabes que aprecio muchísimo tus visitas, abrazos...
EliminarUna más de tantas cicatrices, sin amores que logren borrarlas.
ResponderEliminarA deshora el grato encuentro del saber por la experiencia misma, hollando huellas, observando sinos.
Viejos los vientos silentes que esculpen golpe a golpe, las marcas geográficas del amor vahído.
Que se cuenten las risas, a cuentagotas...
...y también el remezo uncido al viento, moviendo levemente las patillas, y la barbilla partida ya desnuda, pues la barba le corté desde hace tiempo...Ser viejo, ser la suma invaluable de los días, todos completos, sin olvido...Oyes bien, cuando la azada cae en el asfalto rebota un talismán que tu alojaste, y que es en su cuerpo color ocre, fanal y sin saber depositario, de todo el caminar, de cada paso...Gracias por venir Vanessa, las gotas sin son de vino, aún sin ser contadas van a morar al alma...
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