CURADORA DE ALMAS, ERES TÚ / Poesía de José Ignacio Restrepo

A MI HURÍ

Hoy que te hayas de viaje
por trabajo
es perceptible mi alero de dolor, 
en el canto de tristezas hecho, 
y ese ósculo plano que no puedo
ni regalar al aire que me ronda 
con el verbo trenzado de pedidos, 
de claros llamados y de olvidos...
Todos los apostemas operados, 

todas las pústulas planas y olvidadas, 

todos los núcleos, 

las babas, 

los emplastos, 

las cicatrices que prueben o denigren, 

las cóncavas miradas con mal de ojo, 

las cárdenas curadas, 

todo lo que lo dolía y hoy no duele, 

lo que tuvo angustias dibujadas
en la retina, el rostro, entre las manos,
y hoy obtuvo urgente patrocinio, 

de la mano que soba con ahínco,
una vez, y dos veces, y hasta un ciento
dejando entre el bramido senda virgen,
la acariciante y vigorosa estampa
del amor que solo es un murmullo,
pero que puesto en repetidos haces
 siembra ante la tristeza bosques puros,
altas ceibas y bellos humedales,

que ante huellas de ardor y de quebranto

tan juntas en el mapa de la vida, 
curaciones renace,
restablece
los lunares que cánceres recogen
dejando como hoy la piel curada,
corazones que manan de si mismos
el remedio que sí rejuvenece

al cuerpo a tropiezos caminando, 

urgiéndose dolores, 

marchándose de trampas en caricias...
Eso eres vos, tus días ya lo testan,
 lo que hacen tus caricias todas,
esas manos de calidez gestora,
ante angustias te vuelves precursora,
mágica hurí que llegó hasta mi condado
para no ver un solo dolor más,
pues es tu compañía

ungüento eximio
para echar los vividos,
al olvido...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©