ENTRE LA PIEL
Azoteas me miran desde arriba
como si soñaran casi ser gaviotas,
y en la playa que se pare ante mis pies
certeras se estremecen las arenas,
como un juego me tardo en recorrer
resintiendo que no sean tu piel,
y mis pasos caricias de colores....
He afirmado,
mis silencios son testigos,
que te amo desde siempre,
que si existo es para retenerte
en mi piel y sus cercanos condominios
hacedores de la paz y de la guerra,
en gemelos y cortos estertores,
que suceden sin darme casi cuenta,
si los días no traen tus rubores
y tus manos silentes
a mi fiesta.
Aplicado te cargo entre la piel,
tus palabras atan allí mis huesecillos
el oído se sustrae complacido
y dormita esperando tus respuestas
entre aquello que te nombra
todo el día,
haciendo caso omiso de la vida
que no posea escritos tus sonidos,
tu nombre que me marca los latidos
y el eco que produce tu llegada,
sendero ten en ti ya la alborada
que es ella que ya pronto nos visita
y si no deja sola esta mi playa
que es igual
si mi ser se la imagina...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Intensidad y ternura en hermosa complicidad ...tus palabras atan allí mis huesecillos... creatividad y belleza. Me gustó mucho, José Ignacio, Un abrazo
ResponderEliminarPILAR ROMANO
Que los gustos al placer demandan y al azar de volver te comprometen, querida Pilar...Has de esta, una etapa más de la jornada, cada vez que este placer te hiera el alma...Bienvenida siempre, abrazos...
EliminarCaricia sutil, anhelado sendero trazado con latidos que atrae al Edén placentero. Sublime poema José Ignacio
ResponderEliminarCon las manos que toco, con los pies que llego, con los ojos que hasta sin culpa bien la miran, llego junto y describo mis haberes, cual si de cutáneas aventuras se tratara, a sabiendas que son tareas del alma...Que tu sabes Maria, estoy seguro. Gracias por venir amiga, tu voz me llena de orgullo.
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