OTRO EVANGELIO
Sueles llegar como un presentimiento tardío,
como ordenanza a un fiel remitente
de nombre y dirección desconocidos,
carta que abrimos para obtener
un dato del enigma
que traiga la razón a él uncido
y sin embargo, cruel,
no sepa darte
más cognición ni dato
que esclarezca,
porqué llega una carta aquí a tu puerta
con sello de dudosa procedencia,
y sin ser para ti está aquí abierta,
hablándote de cosas atinentes
a tu sendero alevoso,
a tu búsqueda insensata,
a tus placeres sin nombre
y tu deseo de no ser y no estar
que tan pocos conocen...
Son estos milagros de orfebre
que tallados en el destino decorado,
tampoco hacen feliz a quien los ve,
y acaso menos por mucho
a quien los sufre...
Cognición de las brujas,
cuya vital premura de sentirse
aún vivas en este bosque
de crecidas ortigas y musgos
nos las pone en frente de la casa,
cartero preciso
que en vez de planas cartas
trae sendas preguntas
que no pueden ni deben
ser por nadie contestadas,
pero que tu de la cláusula ignorante
tienes ahora abierta entre tus manos,
mientras buscas atrás en el pasado,
dónde está dirección,
esta seña, este dato,
cuál de mis sonámbulos contritos
puso fe en esta piedra aparecida
dando vida y física esperanza
a voces sin boca,
cabezas no bien bautizadas,
ramitas de muérdago inocentes
de pecíolo corto y maltrozadas,
carta bella de aromas que me llega,
ya leída por mis ojos y palpada
por mis manos,
cuyo sentido como parco evangelio
a mi personalmente
poco o nada me dice,
aunque lento suponga
que musita todo...
SENTIR SIN VER
Nuevamente cierro los ojos,
los aprieto fuertemente
hasta hacer de ellos la concha
que hace tiempo dejé viva en el mar,
porqué en mi mano vida no tenía,
y ya no puedo abrirlos cuando quiero,
mariposa feliz,
amor apaciguado,
tierra firme, nácar de agua
para mi sed de sales
y mi odre roto hace mucho...
Otra vez suelto el mendrugo
antes de poder comerlo,
y el rasgo de apetito portentoso
que aciago me visita,
no deja noticia suficiente
para que dulces instintos que otros tienen
en mi hagan árbol de semilla,
y destierros me llegan tras seguirme
por dos huellas apenas,
por dos horas insignes perdidas
llegan sin solapa alguna
las perdidas recobradas penas,
porque destinos tienen las cortinas
de tapar la luz y de mostrarla,
pero con el oscuro afuera
no abrirlas basta
no abrirlas basta
para que luces de ayer
atrás alumbren,
venidas jornadas miserables
tras vívidas marchadas
minutas de nadie...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor
Sin embargo mi certeza pueril ante la sombra, asegura que una luz desde el solar te nombra, pero es este silencio pertinaz que llevo dentro morando hace tiempo, que aunque lo ha vuelto fecundo tiene cariz de forastero, pues cuando el polvo que bien le pertenece toca mi pie, este hondo trata de hacer una huella pero falla, y el pantano que toda lluvia deja apenas como a leproso que dejara el hogar, huir le deja......
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