DECIR VERDAD
Un miedo vigoroso me recorre
atado a mi valor que es retenerte,
un miedo sin color que resplandece
sobre todo en la noche,
tu lo sabes,
cuando rondan los gatos, y las artes
son diabólicas, bellas y circenses,
de algún modo es el antes que revive
en el aire que tomo para dar
a mis músculos, horas y a mis pies,
kilómetros de ti entre cantimploras
que no guardan agua sino fiel tu carne,
en pensamientos de majestades
desertados...
Entre mis dedos flotas,
te paseas mágicamente
como moneda de juego,
te llevas piel como cargan
mis palabras un poco de evangelio,
de ese oscuro, níveo, perpetuamente sugestivo,
que no puedo bautizar me pertenece
pues hace tiempo nació
de aquello que proscribe y ama,
los centímetros de tu alma rumorosa,
la piel estío que te lleva y te gobierna,
eso que vemos
y que te da forma...
Allende a los recuerdos y mi instinto
están dormidas mis ocres intenciones,
la ilusión de abrazarte aun más fuerte
lleva inscrita desde siempre mi apellido,
a lado de tu corto y santo nombre
marcha capitulando cada paso
el mío corto de dos palabras hecho,
qué, que se halle adentro
puede irse,
qué, que se esconda fiel ante tu brillo
podrá surgir de pronto en otro sitio,
qué, que te ame sus latidos haga
en otro corazón como canalla...
No puede lo que vive siempre aquí
cambiarse de lugar
y seguir vivo...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
Solo queda asombrarme y deleitarme con la belleza de tus letras,letras que van hilvanando las mas variadas sensaciones en mi alma,felicitaciones poeta ,querido amigo ,besos a tu alma.
ResponderEliminar...en el día de mi santo, que vengas Lidia es mi mejor regalo...abrazos amiga...
EliminarQué, que insinúen las palabras con el viento,
ResponderEliminarel detalle de haber caído al mundo
con el deber metido al tuétano designio
de desgranar rosarios de palabras,
aquestas tendremos grabadas en el tiempo,
de mil detalles y mil y una historias,
alumbradas de pasión en la penumbra
de la talla universal de estos versos;
sempiternos serán según el velo,
que cada cual descorra o cierre a gusto,
transitando sobre las huellas del adusto,
memorial de amores o destierros.
Rezumados de tanto en tanto, en vinos,
es un gusto que hago lapidario,
cada vez que que suspiro estos caminos.
Un abrazo, feliz recuento, José Ignacio.
...felices los ausentes que te ven y los eternamente agradecidos, más aun...Tu huella, tan cercana y permanente, de cada paso ha ce propia luz, y esa virtud la admiro, es elocuente...Gracias por venir querida, Vanessa, a este zaguán de pasos y de huellas...Abrazos!!
Eliminar