COLUMPIO
Me salvas...
Confiar tu aroma al viento
que se bate en todas partes...
Hacer de tu caricia un gozo más
de mi naviero equipaje resentido...
Ese que viene y se va
sin poner más azul
que retórica indulgencia
en el mar que lo trata como ola,
y lo deja sin playa
para poder su ética venderle,
en manual de una hora....
Yo provengo de dolores absolutos
que mi alma de monje colecciona
las mandrágoras atadas a los muros,
que me temen siempre y lo divulgan
obcecadas y mansas dan tributo
ante el ácido aroma de mi cuerpo
en lenguas que en la noche yo traduzco
con ladrillos de amor como los tuyos...
Y cuando me doblego ante tus ojos,
agua de vida que tu boca busca,
entonces si mi amor derribo muros,
abarco sin hacerlo continentes,
me predico en tus iris indulgentes
que la hora que pasó sin darnos ésto,
realmente no fue tiempo perdido...
He creado el vacío de tu aroma,
la nostalgia perfecta de tu aire,
y dentro tengo escrúpulo sincero,
para luego abrazarte como nunca,
mi ser en tus pestañas se columpia
como aquel infante noble e invidente
¿lo recuerdas?
¿o ya te hincó el olvido?
Es un niño recogiendo piedras
va meciéndose en el parque sin cuidado,
igual que mi ser hizo la otra tarde,
como crío que pensaba que volaba,
mis sueños locamente te alcanzaban
en la luna, una sombra aparecía
en la luna, una sombra aparecía
que mis pasos sin cesar
solo seguían...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
*Copyright ©
...una história fascinante entre conlupios de voces de imagens, de preságios, de oráculos de destinos fatales, adivinados en el éter..... de susurros furiosos de memórias, de pasillos de sombras alternando con tiernos azules conducentes a imagens desfocados por lo vértigo de la fugacidad o por lo vinil de viejjas nuevas melodias absorbidas y desviadas con algo de mucho profundo y, à la vez, etéreo....que ni tus letras hacian, hacen y habran de resucitar en lugar sin nombre.....Oh!, Dios, que torrente haces jorrar de tus Poemas....un beso!
ResponderEliminarVehículo de mi entrada a la vorágine, impetuosa y diaria de mi esfuerzo, tañen tus voces como mil unísonas campanas, para darle espacio allí en mi pecho a esa búsqueda que nunca ha de cesar, salvo cuando mi voz pueda cantar...por ser éter azul de firmamento...Gracias Maria, querida amiga, por el estímulo sin par de tu alegría...abrazos...
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