BAJO RELIEVE
De ilustrados es morder la uña,
cuando no tienen respuestas a la mano
y les parece el gesto más diciente
que decir algo vulgar o irreverente,
a más de que se ven interesantes,
lo ha dicho el espejo en cualquier parte…
Tenemos gestos de antes aprendidos,
se suman a las máscaras compradas
para que hagan de caras sin prejuicio,
y menos malestar que la que tiene
anclados bien los ojos y la frente,
y es incapaz de irse o de quedarse,
cuando el encartado es el paciente
que la lleva prendida desde siempre,
desde el vientre hinchado
de la madre…
de la madre…
Todo un decálogo de docta esencia,
cuya doctrina tiene base en muchas partes,
el teatro, la sicología y la oratoria,
no olvides la política ni en broma,
toda creencia las tiene cosechadas
para probar al creyente y al que no,
que la rutina filosa que le llama
todo contiene, todo corrobora,
y que no fue distinto ayer o antier,
o en otro día o mes,
o año o siglo…
o año o siglo…
Y entre nosotros, digamos, vos y yo,
que convergemos en nortes por el sur
y descreemos de los mismos nobles,
las máscaras son tiernas y pecosas,
adolecen de fe, son rencorosas,
pero colgadas como están de la pared,
han de esperar que lleguemos a la casa,
para solicitarnos con mesura
si vamos a jugar con ellas puestas,
o nos dedicaremos al festejo
de rendirnos ante el pedido
de los cuerpos…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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