YO PECADOR
El sagrado menester
de los adeptos
no ha hecho surco entre tu piel
ni en parte alguna de tu cuerpo,
abrillantado por la fe
y la entendida cornucopia que se ve,
tras la verja amada de tus ojos...
Canta la palabra cierta
y el sutil modal de tu albriciado arrojo,
toma por blasón
de mi extranjera sabia
tu preciado aliento,
que desde el momento primero
llevo cariñosamente
adherido al interior
avaro de mi cuello
Frigio gorro sin sangre
ni gastada arruga,
el sabor de la falta con su roto asilo,
ha llegado prendido del recuerdo
con su yugo mentado en un tatuaje,
que sabemos de autor desconocido...
mustia región de broches
que nada atan,
semejante al recuerdo
del olvido...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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