AL NO OLVIDO
No se supone que sepa de memoria
todas las cosas dichas por los otros,
a duras penas cargo con lo mío
y pongo en mi bolsa lo que es tuyo,
para que nunca pase, amor, un frío,
y vaya a constiparse por descuido,
o por duda de amor que llamo yo,
a ese olvido con grumos por el sol...
Este ir apegados tanto tiempo
sosteniendo tu derecho con mi izquierdo,
ha logrado que sienta como mío,
lo que es tuyo por bien y por derecho,
no te creas, sé que no me perteneces
y que es dada por instantes esta ofrenda,
pero qué puedo decirte, virtud mía,
en la carne a diario confundida
hay calores que no pueden olvidarse,
sobre todo cuando llegas algo tarde
y las ropas se quedan en el suelo,
resintiendo la baldosa que está fría,
pues se alarga impávido el invierno...
Y las cuerpos se juntan destapados,
y se callan las bocas de los dos,
tras el beso que desde antes aguardaba
viene todo, las sales y el azúcar
y el calor que se funde sin decir
una sola palabra intransigente,
en este imperio amable que no vemos
y que será imposible
que olvidemos...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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