ABAJO
Tardío,
el lenguaje vencido de mis manos
llega lento a la curva que más quiero,
y el bello terciopelo que la cubre,
otra vez me enamora,
derivan ante mi los años idos
el temor,
la prisa por llegar,
el hacer que no rendía fruto,
el gastado atributo de los dos,
y los sordos reparos que nos dieron
más de un final por pasaporte,
sin que bien se cumpliera algún adiós,
ni por ti, ni por mi,
ni por los sueños...
ni por los sueños...
Extiendo,
la derecha con sapiencia,
alimento con cuidado el nido,
se que aprecias el tacto silencioso
y que esté apagado ese bombillo
que alumbra lo que luz bien necesita,
por eso no lo está para esta cita,
en mitad de este hosco calendario,
los esposos no suelen ser amantes,
ni exigirse en pos de este pecado,
al sueño destilar tras dos mil besos,
y una labor grandiosa más abajo
que trae amor enlazado por cortejo,
y la voz como danza alucinando,
que el cielo nos promete
nuevamente,
amanecer amando,
de esta fiebre salada levitar
y del cansancio rebelde
en nuestros cuerpos,
hallar ese sendero recorrido
que al descanso nos lleve
sin dolor...
Cuando cese
el amor...
que trae amor enlazado por cortejo,
y la voz como danza alucinando,
que el cielo nos promete
nuevamente,
amanecer amando,
de esta fiebre salada levitar
y del cansancio rebelde
en nuestros cuerpos,
hallar ese sendero recorrido
que al descanso nos lleve
sin dolor...
Cuando cese
el amor...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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