miércoles, 14 de marzo de 2012

DESTINADO A TENERTE... / Poesía de José Ignacio Restrepo

UN FRÍO BRINDIS


Una calada al cigarro por los dos,
si al final de esta calle es despedida,
y estos días de guerra detenida
que seguro después recordarás, 
son un viaje entre mis brazos y tu pecho
que en la piel y en los ojos llevaré
por los días que queden 
y las noches que resten,
con estos dimes y diretes que ya son
nuestros versos en pálidos silencios
ornaremos los segundos detenidos
como crema de leche derretida
sobre el café frío...

Lo que tengan tus ojos que decir
y que callas por dentro,
dejaría en relieve bien descrito
para ufano saber cuando convenga,
que estuve por aquí en tu piel de menta,
testamentos como humo lento ascienden,
en volutas de un gris que se disuelve
cuando cierre los ojos nuevamente,
sin que el sueño se porte cual conserje
que me impide dormir para soñarte.

Y cuando el largo cigarrillo se me acabe
y el recuerdo de todo gris se marche,
me pondré de pie como soldado
que soñó estar varado en una guerra ,
y al regreso no tuvo otra razón
para así revivir su corazón
que sembrar este amor entre otro pecho
 en el día siguiente a su regreso,
con un beso de amigo que no hiere,
que no mancha con llanto ni supura,
y que puede sin duda prometer
pues ha olvidado ya amar,
y en la guerra dejó lo que tenía
hasta el mustio dolor que le dio vida...




JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

2 comentarios:

  1. Quién eres tú que mi verso avivas
    cuál es el fecundo sortilegio
    que mantiene hechizada mi alma
    cuándo llegaste de la última batalla
    para devolverme ilesa la vida
    cómo se logra del fuego tanta calma...

    Dejan de importar las respuestas
    cuando resultan las preguntas tan claras
    queda la ciencia para los sabios
    y alivia del cigarro la última calada
    que quema como beso entre los labios.

    (perdón por la osadía, el vicio del tabaco ya sabes...) Mil besos.

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    Respuestas
    1. Ese suave quemón que reconozco, de los días en que yo también fumaba, se devuelve en la última calada, con tu beso de promesas y de augurio. La respuesta entre versos se parece a esa fiel caridad reconocida, de los días pasados mas no idos, y el tono de tu voz que nunca olvido se presenta tan fuerte como siempre, como si estuvieras al lado de este tedio afirmado que medita, este hombre de letras tan callado, que en el muro musita...Abrazos querida Carmen Soriano...

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