COEXISTENCIA SUTIL
Hay noches
en que todas las palabras
parecen ser simplemente
cantimploras vacías,
y el eco de tu voz
como encendida lámpara,
llega desde los minutos transcurridos,
para llenar estos cuatro por cuatro,
cama,
mesa,
puerta hacia el balcón,
librero,
llenando hoja, corazón,
manos, espíritu,
tu boca se dibuja en las paredes,
cierro mis ojos y puedo ver los tuyos,
enhebrados en luces estelares,
y entonces
esas vacías cantimploras
se ven llenas,
las palabras nadan como peces,
como sutiles mariposas vuelan,
sin mesura ni tedio
te describen
Hay noches
en que duermo tibio,
recordando instintivo como se ora,
pidiendo como lo hacen los infantes
que a ti nada malo te suceda,
que tus esfuerzos devuelvan
el fruto que con fe tu esperas,
entre ellos yo pido
que me quieras por bien,
como quiere el tiempo
al reloj que marca su gasto,
el descanso entre un segundo y otro
que da a todo valor...
Las palabras sentidas
se vuelven un anuncio esclarecido,
como ovillo se muestran
casi mantas de lana
hechas para curar el frío,
y yo me meto en ellas,
sin ninguna pregunta esperando,
viajo hacia mi sueño
lentamente,
como presintiendo
que allí aguardas
como un hada que no presume
de saber algo más que el tiempo
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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y es que en todo mi admirado poeta, un chispa de magia es suficiente para que todas las palabras aparezcan, un poco más de magia y se cumplen deseos que luego orquestarán destinos, de su color no sabemos pues hadas no fuimos nunca, un poema bellísimo que levantaría el ánimo más decaido, seguro. Abrazos Restrepo.
ResponderEliminarContra vientos que suman los destinos en consejas de duelo y resquemor, son las hadas palabras que clarean, nuestros sueños inquietos como flamas, y tu bella presencia que me habla da sentido marcado a mi sendero, al tenor de mi amor que no se acaba, a mi ruta de vuelo...Gracias Carmela, por acudir a este mar de letras, que se asombra y se agrada con tu paso...
EliminarBellísimo... José
ResponderEliminarTentado estoy de resolver la vida en un instante, cuando perezco revivido en ese brillo elocuente de tus ojos, materia elemental de los escritos de aquellos que vivimos redimidos, por las letras sapientes del Edén perdido...Gracias por venir a visitar, este zaguán de sentimiento vivo, querida Yia de mi alma...
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