NOCTURNO LILA
Ese derecho aleve de aferrarse
cuando del alma fuimos recibidos,
y vueltos piel de noche luz de día
como alforja que va contigo siempre,
como arruga de carne
o fractura no curada en hueso,
dolor que se concibe amigo nuestro,
esperado y sutil,
amalgama en lo que fue perdido
y vuelve como viento conocido,
una y otra vez entorno nuestro
Cadáveres que laten
eso somos,
si no llega la noche con su paso,
los que amamos con el relieve de la angustia,
somos cebo de la muerte,
del increado pero vivo sentimiento
que nos convierte en el otro
sin quererlo,
y nos hace esclavos de sus cosas,
haciendo de las nuestras
sus juguetes de asueto,
para que la mutua gloria hable de prisa,
con risas desguazadas e infantiles,
de todo lo logrado por mitades
cuando el todo es la nada y él lo sabe,
que completa mi parte y esta es trizas
si no colma su presencia el aire,
la mitad de lo dado es bien perdido,
si no acude a beberlo con su trino,
de ave del ya ganado paraíso,
al que voy aferrado
como riso de cirrus
como riso de cirrus
que morirá en la tormenta,
ya pronto, no aun,
ya pronto…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Tu verbo a veces llega a lugares de mi alma donde no hay ninguna palabra, o yo no sé encontrarlas, se esconden entre suspiros y lágrimas, interrogantes y suertes por otras manos echadas, entonces no puedo comentarte como mereces, no es nunca desinterés es invalidez o tara, sólo puedo volver a leer y sentir un vértigo inefable...
ResponderEliminarSimplemente un poema a mis amores, los que llevo consigo, que atesoro, donde tienes enclave e isla propia, querida amiga del alma...gracias por tu rezo entre mis trinos...
EliminarTu eres esa ventana que a una de mis partes le fue dada para desarrollarse, me gusta asomarme a la radiografía del alma...desde ahí la respuesta es más fácil encontrarla, gracias por el diagnóstico que me acerca y al boleto que no me cuesta más que indagarte..
ResponderEliminarQué díscolo de mi párvulo quehacer, poetizar no es más que preguntar por esas partes de otros, que aunadas a las tuyas hacen guerras de día en nuestras almas, Pegasos con las alas despegadas, llevándonos tan bajo que los radares no pueden ni vernos, mucho menos saber a dónde vamos...Verte me hace sentir bueno, saberte algo mía me sabe tan bien; por venir gracias GriCël querida...
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