SONATA PASION PARA CUARTO SOLO
El lánguido zaguán que algunas noches
les hizo de garaje o les sirvió de estación,
o sólo les miró por bien pasar
para llegar al cuarto solitario
y componer sin prisa los acordes
para llegar al fondo de la noche,
a esta hora tardía remunera
con su cauto silencio en soledad,
tantas veces que hiciera de escenario
para verlos a ellos, para oírlos,
componiendo sin pausa, sólo ritmo,
con total maestría y ortodoxia,
las mejores sonatas y poemas,
que gratis un lugar mostrar pudiera
sin un espectador, sin una queja,
apenas estos dos que se regalan,
siempre tan amorosos,
dadivosos conmigo que soy sólo,
un vestíbulo largo y harto oscuro,
con sus siempre cerradas cuatro puertas,
y sus dos largos muros…
Y hoy le veo venir tan silencioso,
este vástago hombre de sus hembras,
le conozco sin nombres dos decenas,
que regaron sus muslos,
y voltearon sus ojos,
mientras yo las miraba sin asombro,
porque ellas son fieles de otro modo,
con el frasco tapado y bien cerrado,
pueden ser amorosas en extremo,
con las alas cortadas y engarzado
a prestadas esposas que le anuden,
el ángel que se preste al artificio
de cortarse las alas por si mismo
para ya no volar sobre el abismo
natural que a su hombría tienta y honra,
condenas purgará sin manifiesto
en los brazos de ella la elegida
para saldar condena de por vida,
hallará esa sedada libertad,
que le da la bienvenida subyugada,
entre aquellas dos piernas que mojara
cuando sabio y viril
como uva de vid sacramentada,
que cosecha no es de vino alguno,
pues se sabe muy bien que por su cuño,
en el último beso es cepa amarga…
La mirada de él va taciturna,
no es hora para un hombre solitario,
que aun joven se halla, que es apuesto,
cuyos ojos sin esfuerzo bien remedian
en los ojos de ellas cien dolores
y con apenas posarlos salen flores,
para llegar a casa sobra noche…
La cabeza él levanta como oyendo
esta triste sonata que le vendo,
tratando de que de la media vuelta,
se arme de valor y de recuerdos
y convenga conmigo en que es fatal
portarse como viejo,
si su cuerpo esta fresco y natural…
Pero hoy no es mi día, y hoy se acaba,
soy un triste zaguán agradecido
por verlo tantas veces abrazado,
sin poder conservar en mis recuerdos
los que tiene de bellos
de íntimos y largos ese cuarto
que ahora lo recibe entre silencios,
oscuro y asediado por sus fríos,
y acaso va a cantarle esas canciones
que recuerdan dolores acunados,
cuyo origen clásico se muestra
y como obra maestra,
en las manos de él, algo gastadas,
que toman su cabeza encadenada
a las manos de ella que recuerda,
hoy mismo le ha dejado en libertad
de elegir el camino a trasegar,
y él vencido por ideas absolutas
ha escogido recorrer este zaguán
para llegar solitario y sin sentido
al lugar otrora compartido,
donde puede decir
no me pude quedar entre sus ojos,
para dejar mis pasos enrejados,
aun no es la hora mi zaguán,
mi amada libertad paciente y noble,
que hoy me acaba de recibir sólo y viril
pese a haberla engañado tantos meses,
con una bella cualquiera,
que la tenía penando en este cuarto,
cuando llenábamos todo de pasión
y escondida latiendo el corazón
debía contentarse con mirar el circense derroche,
que hoy hace de recuerdo, simplemente,
ante mi libertad y como no,
con mis llorosos ojos de varón
que las pieles de todas bien recuerdan,
aunque falte memoria sin embargo
para saber cuantas veces entregó
en el cuarto su ya viejo corazón…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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Maravillas salidas del alma... Te felicito amigo... Poeta que atraviesas las planicies de mi corazón .. les das vida y las amalgamas con sabores de nostalgias.. Me ha conmovido tu decir en esta noche fría de otoño.. Te dejo un abrazo .. el que atraviesa las fronteras y se alojará entre tus musas...
ResponderEliminarSinceramente Alina.
A conmoverte llama, la histórica noticia de palomas que mueren por algún raro veneno puesto en la comida por la mano de alguien que las ama, tomando la disculpa que son muchas... De esta compasión no digo nada, aunque creo en la fuerza que la inspira, en el desierto que crece por su causa... Sereno corazón que contraído, clama solo al olvido sin siquiera su zaguán por fiel testigo... Esta siempre es tu casa Alina... Besos!
ResponderEliminarCon la pena saldada en el olvido, sacras nuevas noticias del don Juan dejan solo saber que yace bien esperando dejar a la memoria el peor quehacer: Hallar serénidad en el destierro, amor elemental sin besos nuevos, lozanía estelar en el oscuro cielo... Gracias por tu comentario bello querida Europa mía...
ResponderEliminarExcelso!!!!! Este poema lo aplaudo de pie. Gracias por compartirlo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCasanova o Tenorio, que más dá, en todo caso mucho se ha hablado de la dudosa hombria de quien tanto necesita y no encuentra manera de saciarse.
ResponderEliminarSi condena es amar a una sola mujer...¿Se condena porque ya no puede con tantas?.
Me temo Milord que en mi condición y amando a las mujeres, no puedo ser objetiva con tu poema, así que....he venido a saludarte, ya que he recibido tu invitación, pero excúsame si sólo he dado mi opinión sobre el personaje y no sobre el poema, que no es un tema que me agrade. Un saludo
Por tu hermosa expresión Salvador, te doy las gracias... Eres mi hermano de alma, siempre serás bienvenido entre mis letras...!!!
ResponderEliminarPues si Mabel, pero esta historia del cuarto y el zaguán tiene como arabesco y ruiseñor, al hombre reseñado por la piel por amores de papel, que ahora en soledad saben amargos...Agradezco tu visita y la pasión con que alzas tu voz...
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