ACIAGO
Verdugos los recuerdos sin tu nombre,
como arideces que mostraran en un mapa
cómo llegar y huir al mismo tiempo,
me cantan sus inhóspitas parodias
y reclamas intactas,
trayéndome las caras bifurcadas
de las mimosas hembras que yo amé,
en el ayer distinto, casi ido,
que vuelve cuando sientes que dormito,
pero solo consigo recordar
buscando las ovejas
esas bellas traviesas
que se dejen contar...
Sin tu nombre son muchos y variados,
los caminos que hollé noches sin tregua,
cabellos extendidos y aromados
con caras que sonríen bellamente,
son los protagonistas diligentes
de recuerdos que no llamo por nombres,
me ufano de olvidar lo mercenario
de esos instantes largos fructuosos,
pero no soy tan viejo todavía,
y obedecer me cuesta,
sobre todo si marcho
cuesta arriba,
observándolos vivos
tras los ojos...
¿Despiertas?
solo es un movimiento involuntario
y sigues sin afán tu sueño intacto,
yo envidio tu cansancio distinguido
que busca repararse en estas horas,
a mi me ocurre todo lo contrario,
las ideas se amargan en recuerdos
y vienen del balcón a la cocina,
se meten en el baño y en la tina,
y toman luego el mando,
concedo y me someto a que aterrice
cuando le venga bien y acabe el vaso,
a veces me arrepiento de vivir
y me entran feas ganas de dormir,
incluso de soslayo miro el lazo,
que cuelga en el dintel
del porvenir...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
A veces....cuántas incluso demandan los ojos, de ese sueño que pinte los párpados por dentro de un inacabado blanco...
ResponderEliminarO negro, indiferente....Sólo que a veces, justamente, es el alma la que pide espacio para abrir las alas, para soltar cansancio, que si se midieran, contarían en prehistóricos milenios...
La soga...que no, no porque darle el poder a un inanimado, de llevarse las vidas que se han llorado, no...y es por ello que allí queda, colgando, de recuerdo, de cobardías o valentías, depende el ojo del pensamiento que lo está mirando.
El secreto a veces, es dejar ir a los desvelos, por la misma puerta por la que entraron, y que se lleven la tristeza que ya debe alquileres incontables en los fondos del descanso, del pecho, del cuerpo, del corazón remendado...
¿Eras el que a veces camina acompañando mi cansancio?
Conocemos las mismas sendas, no cualquiera recorre el pesado laberinto y sale a salvo.
Hermano de ecos lapidarios, tú...
Ya de regreso, es otro día... Abrazos Vanessa,,, Gracias por venir !!!!
Eliminarme ufano de olvidar lo mercenario
ResponderEliminarde esos instantes largos fructuosos,
pero no soy tan viejo todavía,
y obedecer me cuesta,
sobre todo si marcho
cuesta arriba,
observándolos vivos
tras los ojos...¡¡Exquisito JI,me encanta leerte ya lo sabes,aunque no sepa expresar muy bien mi sentir.
Siempre es encantador ver tus huellas querida Mayte, por este zaguán mío sembrado de flores rojas... Abrazos para ti, querida amiga...
Eliminar