LA GITANA
Zíngara infeliz y sometida
ataviada de lágrimas y pena,
¿porqué bailas y ríes y porfías
en mitad de la gente que te mira,
y conviertes la pista de este antro,
en sangrante escenario?
Vos señora de un único apellido
que recuerdas los sables, las peleas,
las danzas de gitanos rumorosos,
que aunque sufran el baile continúan,
el baile que es la vida rencorosa,
la vida que sin vernos nos arrolla,
la vida que es sin ti la misma muerte,
que espera a que pases para verte,
echándote la garra para atar
el vuelo de tu pelo con tu risa,
y así llevarte plena
viva aún.
Vos señora
que esperas restas, sumas,
nobles operaciones que te nombren,
no divides cuando piel arrojas
de los ojos de retórica cantante,
y los pones en la piel de otros
cual si sal de ajo fuera todo,
tu te esparces al viento engalanando,
remiendas las ojeras murmurando
tus canciones caribeñas y españolas,
todos miran, repiten, y susurran,
sin duda pensamientos duro nombran,
al mal hombre que ayer sombreó tus ojos
y los puso a llorar más de la cuenta,
ya la muerte le tiene haciendo fila
en la lista de aquellos insufribles,
que dolieron a la lánguida gitana
restándole alegría a su aventura
de gaviota ingeniosa
y solitaria...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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