LA LLAMADA
Fue de tu aroma creado ser palabras,
de tu costal de haberes solo un hilo
y mendigo del azar me acerco ahora
a este fuelle esmerado entre las dunas
donde el aire me dice en sus silencios
lo poco que de grato hay en mi miel,
o de perverso azogue en la ausencia,
que signa entre vos y yo la diferencia
de cercanos que decían tener todo,
lo nuestro y otro poco tuyo todo...
Ahora el pasado llega en voces
cuando soplan a desgajo frías horas
podando los recuerdos ilusorios,
abriendo espacio en micras de sustento,
para poder hallar en un instante
las letras mancornadas, miserables
de un corto y encorvado
padrenuestro...
Querella en el sitial de mi memoria,
en tu atril ancho, aleve e indulgente
parecías dormir días de gloria
pasando de mi tu, todas las páginas,
y ante la audaz presencia de otro tema
hacías tu de buena y peleabas,
defensora de mi alma y circundantes,
ese hálito de fe que siempre dije
ha sido bautizado con tu nombre,
entonces que me queda bello aroma
si me dejé escindir por tu destino
y luego de marchar no sé hacia a dónde,
un vacío me queda que te exime...
Fue de tu egregio aroma ser el aire
sin parar hacia adentro de buscarte,
y el amplio sortilegio de tu pan
que sin tu ya estar fue mi alimento,
cómo fuerzan la vida los recuerdos,
hadas agrestes van y vuelven siempre
sin avisar de rutas o de viajes,
una de ella que ni nombre tiene
se fue ayer sin mi, solo a buscarte,
y me trae por un mágico dictamen
tu voz en el teléfono,
llamándome...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
y se incrusta en la piel como poro permanente aquello que pasa por tu vida y se a diere al lagrimal mas que a la lágrimas y se tuerce y endereza en la sonrisa... un beso enorme.
ResponderEliminar...¿sabes, mujer? Esas palabras tuyas son tan sabias, me hicieron relinchar, dar un respingo, me hicieron absolverte del presidio de no poder siquiera verte, absolverte, mientras me seco los ojos...tus palabras heridas pero bellas, atadas sin remedio a este poema...gracias por venir Anabel, tu azul está por todas partes...
Eliminar