SIN REGRESO
Sentado sin cansancio espero
a que la nada pase y me recuerde
que los patos y el lago ancho de octubre
nunca dieron ni consuelo ni placer
a mi áspero corazón de tantas partes,
receloso de todo lo inefable
y nunca esperanzado por lecciones
que nada entregan gratuito y al final
parten pechos, riñones,
e ilusiones...
Retomo gordos temas aplazados
y recuerdo que ya no estás aquí,
que no fumo, que tengo medio siglo,
y que casi no tengo lo soñado,
que duermo poco de lado,
duermo poco,
y mi puerta que tiene dos candados,
hace mucho ya nadie la traspone,
exceptuando al que la abre
y luego cierra...
Los colores funestos de la tarde
me perfilan contra el amplio cielo,
dónde estás, qué cosa estás haciendo,
son dos de mis preguntas favoritas
de emplazada respuesta
y pobre tono,
se me está declarando en mi memoria
ese estado sin gracia por no verte,
se me olvida el aroma de tu pelo,
y el marco de tu rostro, tus destellos,
y he pensado que es como la muerte,
ese verte marchar
de mi cerebro...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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