EL ANUNCIO
Fue bello hacer senderos de universos
abiertos a los pies como cuadernos
que esperan limpios el favor del lápiz,
como si fuera un gigante encadenado
a la augusta misión de darles vida...
Lleno de asombro recorrí tu cuerpo
haciendo de mis caricias eslabones
de este presente que sin más ya tu recorres,
guiada por el brillo de mis ojos,
que te decían cómo, cuándo y dónde
debía tu silencio hacer de acento...
Yo solo respiraba el mismo aire
que en tu pecho a mi nombre daba vida,
porque ésto ni se dice ni se llama,
como gesta de pocos contra muchos
que en anales históricos perdura,
la plática grabada en nuestras mentes
serena sobre nubes deambula,
esperando que lleguemos de la guerra,
que nos tiene distantes y remisos,
haciendo solitarios de las horas
abrazos que nos aten a segundos
en la magia que aguarda sin remedio
a que lleguemos solos
siempre juntos...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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